Ejemplos con sospechosa

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

, le puso en situación muy sospechosa.
Es más que sospechosa esta obsesión de que vamos a perder nuestra peculiaridad.
China considera este gesto de la Unión Soviética de hacer la paz, y fue, obviamente sospechosa, pero fueron muy rápidos para tomar la oferta para hacer frente a los aparatos.
Se cree que esta sospechosa acción de la Procuraduría General de Justicia de Tabasco es por el trabajo que realiza Meade Treviño a favor de las acciones del gobierno federal y del estado de Tabasco en contra del crimen organizado.
, que versifican un pasaje del Arcipreste de Talavera Alfonso Martínez de Toledo contra la locuacidad femenina, o las Coplas de las comadres, donde se reproduce un diálogo entre comadres murmuradoras y de sospechosa reputación que halla correlatos y paralelismos en La Celestina de Fernando de Rojas:.
En la secuela, Tramell aparentemente mató ya a Currel y comienza a seducir a Michael Gass, el psiquiatra encargado de determinar su culpabilidad al ser sospechosa de matar a su novio, un jugador de futbol.
Las características patológicas microscópicas determinan si el tumor epitelial en cuestión es benigna, sospechosa o maligna, fundamentado en la evidencia de invasión del estroma u otras características de malignidad.
Ya entonces PROSEGUR era sospechosa de evasiones multimillonarias de dinero.
° El Guardia Civil, cuando se halle destinado al servicio de los caminos reales o carreteras, los recorrerá frecuentemente y con mucha detención, reconociendo a derecha é izquierda de los parajes que ofrezcan facilidad de ocultar alguna gente sospechosa.
Magaña realizó también un papel protagónico en el episodio Alguien en el teléfono de la película No abras nunca esa puerta de Carlos Hugo Christensen, considerado uno de los mejores policiales de la historia del cine argentino, donde establece una sospechosa y sórdida relación con su hermana, Reneé Dumas.
Bromeando con ellos, Silo pidió ayuda a los niños para su causa, a lo que los niños empezaron a reir, todos excepto Catón el Joven, que le miró de una forma sospechosa.
Con ayuda de ambos, Mello comienza a espiar a Misa Amane, sospechosa de ser el Segundo Kira, y también obteniendo información de los avances de la SPK, por ello Mello acaba viajando a Japón y cierra el cerco de vigilancia sobre Takada, sospechosa de estar aliada con Kira.
Por eso, entre la gente se despierta una paranoia que lleva a matar en la hoguera a toda mujer que sea sospechosa de ser bruja.
Ante la publicidad y alarma social suscitadas por el caso la Guardia Civil aceleraba sus pesquisas y finalmente la detuvo como sospechosa por lo que pasó a prisión preventiva.
Si es descubierto en una actitud sospechosa, pierde su disfraz.
La agente del FBI Clarice Starling está en problemas cuando una operación para atrapar a una criminal sale mal, dejando a la sospechosa y algunos miembros de su equipo mueren.
Andaba en tratos con viejas tenidas por brujas, consultaba a curanderos hebreos, se encerraba en su dormitorio con toda esta gente sospechosa, y los vecinos temblaban viendo a altas horas de la noche sus ventanas inflamadas por un fuego de infierno.
Doña Elena era argentina Pero a pesar del silencio de las doncellas, don Marcelo temía alguna denuncia del patriotismo exaltado, que se dedicaba con incansable fervor a la caza de espías, y que la hermana de su mujer se viese confinada en un campo de concentración como sospechosa de tratos con el enemigo.
Azoraba todo esto a Currita, pareciéndole indicio cierto de conjura sospechosa, y al mismo tiempo que procuraba sostener y animar la desmayada conversación de sus comensales, prestaba oído atento a lo que por fuera del comedor pasaba Sucedía de ordinario los viernes que, aun antes de terminarse la comida, poblaban ya los salones gran número de tertulianos que se apoderaban de las mesas de tresillo y de billar y formaban grupos y corrillos llenos de la alborotada animación, que duraba siempre hasta muy entrada la madrugada Nada se oía aquella noche, y cada vez más inquieta Currita procuraba alargar la comida, agotando todos los recursos de su ingenio e intercalando entre plato y plato historietas que equivalían a las más picantes salsas, con el fin de dar tiempo a la llegada de la gente y evitar que los comensales recibiesen la mala impresión de encontrar los salones desiertos.
Pues conste que, si la reconciliación no se efectúa, tú tienes la culpa, que tu mujer ha cedido cuanto es posible ceder, y tú, tú mismo, por una obcecación bien sospechosa, destruyes todo lo hecho.
Hecha esta operación, comenzó el tío Frasquito a desprenderse de sus accesorios componentes para meterse en la cama, mas antes, en puntillas y ya en mangas de camisa, hizo un tercer viaje de exploración a la puertecilla sospechosa, el vecino parecía tranquilo y el tío Frasquito emprendió el viaje de vuelta, dando largas y sigilosas zancadas, y tarareando muy bajo, con pueril satisfacción, aquello de :.
A poco sonó una tos sospechosa, no era la pulcra, perfumada y cadenciosa tos del tío Frasquito, sino una tos asmática, tos de viejo, que recordaba esos crujidos peculiares que anuncian en las casas ruinosas el próximo hundimiento.
¿Qué sería de ellos? ¡Pobres hijos suyos! ¡Y Fernandito, tan afectado, tan nervioso, postrado en cama e inspirando su salud serios cuidados! Quizá les esperaba el destierro, quizá la cárcel, quizá ¡Oh! Las damas se estremecían de furor y de espanto, hablando todas a un tiempo, confortando a la víctima con sus consejos y dándose todas al diablo allá en sus adentros, porque era a Currita y no a ellas a quien había tocado la suerte de hacerse sospechosa a la policía y llegar al apogeo de la celebridad de un solo salto.
Púsose después a peinar las largas lanas de Bruin, el oso de Noruega, su mudo compañero, y en esta operación se hallaba, cuando un tropel de gente sospechosa invadió de repente la casa, en actitud nada tranquilizadora.
¡Que lo había dicho Isabel Mazacán, cuyas intimidades con el ministro revolucionario debía hacerla a ella misma tan sospechosa! ¿Pues no sabía todo el mundo que la tal condesa de Mazacán era una intriganta, que andaba detrás del viaje a Roma con la reina, para tapar a García Gómez ciertos líos antiguos que debía de arreglar allí con un príncipe italiano?.
Fueron ciento, puede que mil Ni por esas La cara iba tomando una inmovilidad sospechosa.
Leí luego las razones de la cédula, vilas firmes y valederas, y que no podian faltar en la fe que publicaban, y aunque a ellas como a cosa sagrada se acogiera mi esperanza, en cayendo en la cuenta de la sospechosa compañía que Marco Antonio llevaba consigo, daba con todas ellas en el suelo: maltraté mi rostro, arranqué mis cabellos, maldije mi suerte, y lo que mas sentia era no poder hacer estos sacrificios a todas horas, por la forzosa presencia de mi padre: en fin, por acabar de quejarme sin impedimento o por acabar la vida, que es lo mas cierto, determiné dejar la casa de mi padre, y como para poner por obra un mal pensamiento parece que la ocasion facilita y allana todos los inconvenientes, sin temor alguno hurté a un paje de mi padre sus vestidos, y a mi padre mucha cantidad de dineros, y una noche, cubierta con su negra capa, salí de casa, y a pié caminé algunas leguas, y llegué a un lugar que se llama Osuna, y acomodándome en un carro, de allí a dos dias entré en Sevilla, que fué haber entrado en la seguridad posible para no ser hallada, aunque me buscasen: allí compré otros vestidos y una mula, y con unos caballeros que venian a Barcelona con priesa por no perder la comodidad de unas galeras que pasaban a Italia, caminé hasta ayer, que me sucedió lo que ya habréis sabido de los bandoleros que me quitaron cuanto traia, y entre otras cosas la joya que sustentaba mi salud y aliviaba la carga de mis trabajos, que fué la cédula de Marco Antonio, que pensaba con ella pasar a Italia, y hallando Marco Antonio presentársela por testigo de su poca fe, y a mí por abono de mi mucha firmeza, y hacer de suerte que me cumpliese la promesa, pero juntamente con esto he considerado que con facilidad negará las palabras que en un papel están escritas, el que niega las obligaciones que debian estar grabadas en el alma: que claro está, que si él tiene en su compañía a la sin par Teodosia, no ha de querer mirar a la desdichada Leocadia: aunque con todo esto pienso morir, o ponerme en la presencia de los dos, para que mi vista los turbe su sosiego: no piense aquella enemiga de mi descanso gozar tan a poca costa lo que es mio: yo la buscaré, yo la hallaré y yo la quitaré la vida, si puedo.
Quedó sola Leocadia, quitóse la venda, reconoció el lugar donde la dejaron, miró a todas partes, no vió a persona, pero sospechosa que desde léjos la siguiesen, a cada paso se detenia, dándolos hácia su casa, que no muy léjos de allí estaba: y por desmentir las espías, si acaso le seguian, se entró en una casa que halló abierta, y de allí a poco se fué a la suya, donde halló a sus padres atónitos y sin desnudarse, y aun sin tener pensamiento de tomar descanso alguno.
Los primeros días, como todos los de boda suelen ser alegres, continuó Lotario, como solía, la casa de su amigo Anselmo, procurando honralle, festejalle y regocijalle con todo aquello que a él le fue posible, pero, acabadas las bodas y sosegada ya la frecuencia de las visitas y parabienes, comenzó Lotario a descuidarse con cuidado de las idas en casa de Anselmo, por parecerle a él como es razón que parezca a todos los que fueren discretos que no se han de visitar ni continuar las casas de los amigos casados de la misma manera que cuando eran solteros, porque, aunque la buena y verdadera amistad no puede ni debe de ser sospechosa en nada, con todo esto, es tan delicada la honra del casado, que parece que se puede ofender aun de los mesmos hermanos, cuanto más de los amigos.

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