Ejemplos con sorbía

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Con n odio inmenso Melkor hendió su lanza en las raíces y en el cuerpo de los Árboles, mientras la Araña sorbía la savia que brotaba de las heridas e introducía un poderoso veneno que terminó por matar a los Árboles.
Su nariz sorbía con tristeza el ambiente.
¡Con qué felina zalamería menudeaba los golpecitos en la panza, y llamaba a graves sesentones ratoncillos, perritos suyos, gatitos, , y otros apelativos cariñosos y regalados, que a arrope y miel sabían! Pues ¿qué diré del chiste y garbo incomparable con que oprimía entre sus dientes de perlas, un pitillo ruso, lanzando al aire volutas de humo azul, mientras la contracción de sus labios destacaba la arremangada nariz y los hoyuelos de los arrebolados carrillos? ¿Qué de aquella su maestría en ocupar dos sillas a un tiempo sin que propiamente estuviera sentada en ninguna de ellas, y puesto que reposaba en la primera el espinazo, en la segunda los tacones? ¿Qué de la agilidad y destreza con que se sorbía diez docenas de ostras verdes en diez minutos, y bebíase dos o tres botellas de Rhin, que no parece sino que le untaban el gaznate con aceite y sebo para que fuese escurridizo y suave? ¿Qué de la risueña facundia con que probaba a sus amigos que tal anillo de piedras les venía estrecho al dedo, mientras a ella le caía como un guante? En suma, si la aventura que se murmuró por entonces en los bastidores de un teatrillo, y en la mesa redonda de la Alavesa, parece indigna de la prosopopeya tradicional en la mirandesca estirpe, cuando menos es justo consignar que la heroína era la más divertida, sandunguera y comprometedora zapaquilda de cuantas mayaban desafinada y gatunamente en los escenarios de París.
Ella sí que cuando me besaba, parecía que me sorbía el alma.
Jamás salió del valle nativo, y en él fue siempre su principal distracción subir a Carrascosa y sentarse a horcajadas en un escueto peñasco que avanza tres varas sobre el río, y estarse así las horas muertas fumando su pipa y contemplándole deslizarse a cuarenta pies bajo los suyos, o arrojando astillitas al torrente para ver cómo el agua las sorbía en un punto y las escupía más abajo.
Apuntando iba, por ende, lo que se sorbía, ¡y Dios sabe cómo lo apuntaba, sin reposo ni sosiego para hacerlo con estricta equidad!.
Un gran vaso de agua campeaba sobre el velador, de vez en cuando, Paso llevaba a sus labios el vaso, pero apenas el agua tocaba en los bordes del vidrio, apenas unas gotas de ella caían en la boca del bebedor, éste apartaba el vaso con un desdeñoso ademán, y, a manera de enjuagatorio, sorbía una copa íntegra de aguardiente.
Natario se sorbía las lágrimas, se guardaba el golpe -porque no era ignominioso- y volvía al obrador con más indignación depositada en el pecho.
Adentro, Pulido, abrigado entre su chinchorro, sorbía la porción.
través sobre el fogoso animal que se sorbía los vientos.

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