Ejemplos con soplando

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

La tercera vez Sindre puso hierro en la fragua y pidió a su hermano que continuara soplando, sino todo se perdería.
La teoría detrás del nombre era que ellos estaban soplando un nuevo viento en la industria del anime.
Durante el concurso de deletreo su hermana Kiana coge a una madre tramposa soplando una letra a su hijo concursante, que permite a Akeelah para tomar el punto de calificación décimo y final para la abeja regional/estatal.
Hacia el final de la canción, cada uno de los elementos empiezan a mezclar juntos, como el agua cayendo en el ardiente desierto y el viento soplando a través del bosque.
En Bretaña se llama Ael-Fal a un viento malo que se supone que algunas personas perversas o envidiosas dirigen sobre otras soplando.
Escucha música en una cuchara golpeando la taza, en el viento soplando, en un auto pasando.
Desde entonces, y soplando ya aires conciliares, el patriarcado de las Indias Occidentales ha permanecido vacante, hasta la fecha, aunque sin que haya sido nunca formalmente suprimido.
También de la pareja formada por la duenda y el duendi zunguluteru, que además de trastearlo todo como los típicos duendes enreadadores, se le achaca el provocar los retortijones y los gases soplando en el oído a la gente mientras duerme.
Cuando el gaitero toca, un ritmo se mantiene soplando y apretando la bolsa.
Por ejemplo, en la tin whistle irlandesa o en la flauta dulce, el intérprete puede tocar una octava alta usando la misma digitación, pero soplando más fuerte.
En la mañana del viernes el viento cambió de nuevo de dirección, soplando ahora hacia el norte.
Vio tribunales con hombres vestidos de negro, los ojos entornados y el gesto imponente, oyendo las miserias y locuras de sus semejantes, y tras ellos otros tantos esqueletos enormes, con una grandeza de siglos, envueltos en togas, eran los que movían las manos de los jueces cuando éstos escribían y los que soplando sobre sus cabezas les dictaban sus sentencias.
Después se entretuvo en reducirlas a polvo entre el índice y el pulgar, soplando para aventarlo más presto.
Después proseguían su camino sin decirse una palabra, aunque bufando y soplando mucho.
Así siguió un rato, pero como no hiciera su música el efecto que buscaba, soltó el cornetín, cogió la trompa, y soplando en ella con toda su fuerza, produjo estos bélicos sonidos: ¡Qué gloria ver resucitado en nuestra época el soldado de Castilla, el castellano Cid, verle junto a nosotros y tocar con nuestra mano la suya, y poder abrazarle y bendecirle en la realidad, no en libros y papeles! Reviven en la edad presente las pasadas.
Juan de Dios se lanzaría con resolución a la política de venganza, que soplando el cuerno revolucionario haría revivir su popularidad, para con ella, y los jirones que aún le restaban de sus desgarrados planes, causar terror y desconcierto en los estatuistas de viejo y nuevo cuño.
¿Y la sangre? Limpió la colcha como pudo, soplando el polvo.
¿a ver?, ¿qué? -dijo la patrona, soplando los carbones.
Desta manera comenzó a volver el viento de la ventura de Ricardo, soplando en su favor, sin saber lo que hacían sus mismos amos.
Desta manera comenzó a volver el viento de la ventura de Ricardo, soplando en su favor, sin saber lo que hacian sus mismos amos.
Todos fueron de parecer que se quedase en el aduar, solo Preciosa tuvo el contrario: y la abuela dijo que ella no podia ir a Sevilla ni a sus contornos, a causa que los años pasados habia hecho una burla en Sevilla a un gorrero llamado Triguillos, muy conocido en ella, al cual le habia hecho meter en una tinaja de agua hasta el cuello, desnudo en carnes, y en la cabeza puesta una corona de cipres esperando el filo de la media noche, para salir de la tinaja a cavar y sacar un gran tesoro que ella le habia hecho creer que estaba en cierta parte de su casa: dijo que como oyó el buen gorrero tocar a maitines, por no perder la coyuntura se dió tanta priesa a salir de la tinaja, que dió con ella y con él en el suelo, y con el golpe y con los cascos se magulló las carnes, derramándose el agua, y él quedó nadando en ella y dando voces, que se anegaba: acudieron al momento su mujer y sus vecinos con luces, y halláronle haciendo efectos de nadador, soplando y arrastrando la barriga por el suelo, y meneando los brazos y las piernas con mucha priesa, y diciendo a grandes voces: Socorro, señores, que me ahogo, tal le tenia el miedo, que verdaderamente pensó que se ahogaba: abrazáronse con él, sacáronle de aquel peligro, volvió en sí, contó la burla de la jitana, y con todo eso cavó en la parte señalada mas de un estado en hondo, a pesar de todos cuantos le decian que era embuste mio, y si no se lo estorbara un vecino suyo, que tocaba ya en los cimientos de su casa, él diera con entrambas en el suelo, si le dejaran cavar todo cuanto él quisiera: súpose este cuento por toda la ciudad, y hasta los muchachos le señalaban con el dedo, y contaban su credulidad y mi embuste.
Así es la verdad respondió Sancho, que por este lado me da un viento tan recio, que parece que con mil fuelles me están soplando.
Bóreas empezó de primero, soplando con violencia, y apretó el hombre contra sí sus ropas, Bóreas asaltó entonces con más fuerza, pero el hombre, molesto por el frío, se colocó otro vestido.
Una hora después apareció, sin saberse por dónde, un remusguillo juguetón que la emprendió con las nieblas del valle, y soplando aquí y allá, hízolas refugiarse en la montaña, abrió por las cimas más altas algunas rendijas en las densas veladuras, introdujo por ellas sus rayos el sol, y a su contacto, los dispersos jirones blanquecinos reuniéronse en fantásticas moles, y fueron rodando monte arriba, sobre brañas y barrancos, hasta desvanecerse detrás de las cordilleras en el azul intenso del espacio.
Venían enjutos de tobillos arriba, pero muy espelurciados y «ardiéndoles» las narices y las orejas, porque, según declararon, aunque había cesado de nevar, continuaba soplando el cierzo, más frío que la misma nieve.
El viento seguía soplando cada vez más huracanado, y la lluvia empezó a arreciar, salpicando el rostro de Trini, que se defendía con el maltrecho mantón.
El tiempo se mostraba tempestuoso, espesas nubes entoldaban el cielo y el viento norte, soplando con violencia en lo alto de la cabría, hacía gemir el maderamen sacudiendo los cables a lo largo de los niveles.
-¿Cómo es posible que por ningún camino se halle virtud en gente que anda siempre soplando?.
Acudieron su mujer y sus vecinos con luces, y halláronle haciendo efectos de nadador, soplando y arrastrando la barriga por el suelo, y meneando brazos y piernas con mucha priesa, y diciendo a grandes voces: ''¡Socorro, señores, que me ahogo!'', tal le tenía el miedo, que verdaderamente pensó que se ahogaba.

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