Ejemplos con sombríamente

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Que vuestro corazón se reconfortedecía sombríamente Muntaner en su crónica al dar fin a este relato de horrores.
El campanero miraba sombríamente a Gabriel.
-Quizás no -repuso sombríamente Monsalud.
Repetidas veces me esforcé por hacerle hablar, pero sus labios no articularon una sílaba, y sólo en la calle Ancha, al despedirse de mí, me dijo sombríamente:.
-En momentos supremos, la muerte parece poca pena para la traición -dijo Muriel sombríamente, internándose más en la Judería.
-Hay juramentos -contestó sombríamente Coletilla-, cuyo cumplimiento es un crimen.
-Mientras vivan ciertos hombres- dijo el Doctrino sombríamente-, nada adelantaremos.
-Yo no bebo sino lo que yo me pago -replicó sombríamente Córdoba, y gracias a Dios aún tengo con qué pagarme la mía y el gasto que se haga.
-Te he ocultado mi religión -dijo Morton sombríamente-.
Se la podía comparar a la luna, que en aquel mismo instante ascendía por el cielo, sombríamente azul, y cuyos rayos argentaban el mármol del pavimento y el ligero chorro del surtidor perfumado que caía en un piloncillo, en medio de la estancia.
locura! -murmuró León sombríamente.
-Deseo ver a mi madre -dijo éste sombríamente, y me aterra la idea de presentarme a ella.
Guerra, por natural engranaje de las, ideas, pensó luego en su madre, y sombríamente dijo:.
«Si lo comprendo -dijo sombríamente-.
-Es verdad, sobra una religión, y es preciso eliminarla -dijo Daniel sombríamente.
-Pos no se apure usté entonces, padre -dijo Ángeles tras algunos instantes de meditación-, no se atosigue usté, que to se podrá arreglar cantando yo la gallina -y después murmuró sombríamente-: Lo malo será que se entere el Gaviota.
Padre e hija quedaron sombríamente meditabundos durante algunos instantes, y.
-El tío Cristóbal -murmuró sombríamente el Carambuco.
-Yo no me aseparo e tu vera -repúsole sombríamente Joseíto.
-Pa ná güeno será - murmuró sombríamente Joseíto, el que en toda la semana había podido olvidar la dureza de corazón de su maestro, al negarle a su compañero el anticipo que necesitaba para poder regalarle el mantón, por ella tan codiciado, a la hembra de sus amantes ensueños.
-¡Pero qué requetemalitas y qué requetecomprometeoras que son algunas veces las mujeres! - murmuró sombríamente meditabundo el Totovías.
Sus ojos soberbios y graves vagaron sombríamente distraídos por los accidentes del panorama: todos y cada uno de ellos evocaba en su imaginación una escena furtiva y ardiente de amor, los copudos algarrobos y los altos pinares que tantas veces les sirvieron de sombroso refugio en sus pláticas de amores, las adelfas de la honda cañada, donde mientras ella oficiaba de gentil lavandera, arrullóla un día Joseíto con requiebros chispeantes y saladísimos decires, los matorrales y ciroleros que forman un a modo de dosel al manantial desde donde él conducíale a la casa los pesadísimos cántaros, porque no se le tronchara a su ídolo el mimbre que habíale Dios otorgado por cintura, como él decía, los verdes bancales del huerto donde tantas veces le ayudara a recolectar las frutas en sazón, y el empinado sendero, flanqueado de pitas y chumberas, por donde viole llegar por primera vez al rápido galopar de su caballo y por el cual también habíale visto partir sin que volviera a tener noticias suyas hasta que en la tarde a que hacemos referencia, díjole, deteniendo delante del lagar el paso de su fuerte cabalgadura, el tío Zamarrita, el arrendador de los Zarzales.
-Yo, sí, yo -murmuró sombríamente el viejo, y después, tras breves instantes de silencio, exclamó con acento reconcentrado-: Camará, y en qué horita más negra que escribí yo anoche esa carta maldecía.
-No, hija, que no tengo ni chispita de ganas de abrir la boca -repúsole sombríamente el Zorzales.
-¡Y tan verdá! -repúsole sombríamente el Cartulina.
El más enfurecido, Tomás Cachopa, el carretero, sugirió sombríamente:.
, he sufrido bastante, soy libre! ¡No faltaba otra cosa! -añadió sombríamente-.

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