Ejemplos con socaire

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Sacando las secuelas del siglo anterior y la amenaza de la Guerra de las Naranjas, que estuvo a punto de perturbar la vida de la zona, y las consecuencias de la Guerra de la Independencia, durante los primeros años del siglo XVIII, no se producen hechos de importancia que alteren la pacífica villa de Cheles, que seguía restañando heridas de tiempos pasados y procurando salir adelante al socaire de sus posibilidades y del esfuerzo de los habitantes que lo poblaban.
Pueblo de vieja data y añejada solera que, con el paso de los años y al socaire de las circunstancias, cambió de lugar para buscar la defensa, la estabilidad, o la paz de sus moradores.
El dinero se ganaba a manos llenas, y aquellos yermos arenales se cubrirán de suntuosas casas y majestuosos edificios oficiales, y al socaire de las suculentas ganancias, acudirán los personajes más heterogéneos de la sociedad que viajaba entonces por las costas caribeñas.
El capitán y el médico estaban hablando sentados los dos en sillas de lona al socaire de la ballenera, y no vieron a los marineros y a los chinos que avanzaban por el otro lado de la lancha grande.
Junto a la caseta de un guardabarrera, al socaire de las paredes, cuatro o seis gallinas negras picotean y escarban nerviosamente.
¡Hala a bordo!contestó el marinero que tenía el socaire soltando el chicote.
Toda la noche siguió navegando con gallardo andar, los tripulantes vieron de lejos la luz de Almería, y al amanecer montaron el Cabo de Gata, siguiendo después con menos marcha, al socaire de los altos montes y cantil, que también tienen nombre de Gata.
Hecho un ovillo, arrimado al socaire de una de las tiendas que parecían más sólidas, Santiuste conllevaba cristianamente su honda tristeza, su inanición y su calentura.
Guareciéronse en el socaire de una peña.
Andando, andando, siempre arrimado a las estribaciones de la derecha, fueron enrareciéndose los estribos de la izquierda, y dejándose ver, por los frecuentes y anchos boquerones, llanuras de suelo verde salpicadas de pueblecillos entre espesas arboledas, unos al socaire de los montes lejanos, y otros arrimaditos a las orillas de un río de sosegado curso que serpeaba por el valle.
Acerquéme a uno de ellos, y vi que correspondían ambos a otra solana muy escondida al socaire de la pared de mi habitación que, efectivamente, sobresalía mucho de la línea general de la fachada.
Es sabido que la mitad del vecindario de Rinconeda estuvo contemplando el desastre de Cumbrales, durante la furia del huracán, agazapado al socaire del cerro adyacente, y aún se afirma que palmoteaba aquella gente levantisca cada vez que un árbol se tronchaba o caía una chimenea.
cuatro acurrucaditas al socaire del convento.
Y dejando el socaire de unas bardas, se acerca a la puerta del cementerio el coche del viejo'' MARQUÉS.
Toda la noche siguió navegando con gallardo andar, los tripulantes vieron de lejos la luz de Almería, y al amanecer montaron el Cabo de Gata, siguiendo después con menos marcha, al socaire de los altos montes y cantil, que también tienen nombre de Gata.
Ponte al socaire de la escollera.
Cuando un maleante exclama, al ver entrar a una pandilla de pesquisas: ¡los relojié de abanico!, es mucho más grá¬fico que si dijera: al socaire examiné a los corchetes.
y otros cien adornos semejantes, que el buen gusto del lector puede ir imaginando sin temor de alejarse de la verdad, y luego colocáramos una casita, agazapada debajo de su ancho alero, como tortuga en su concha, al socaire del bardal, otras dos parecidas, a la sombra de las higueras, cuatro o cinco, no mayores, detrás de los castaños, algunas con balcón de madera, aquí y allí compartiendo amistosamente con las más humildes el amparo del robledal o los sabrosos dones de los frutales, otras muchas, y cada una de por sí, arrimadas a la setura, de un ''solar'', o a la pared de un huerto, y en el centro de este ''ordenado'' y pintoresco ''desorden'', una iglesia modestísima alzando su aguda espadaña como pastor vigilante la cabeza para cuidar de su disperso rebaño, y, por último, subiéramos al monte frontero, y en una de sus cañadas tomáramos la linfa de un manantial, y la dejáramos descender a su libertad, y arrastrarse a las puertas de este caserío, y murmurar entre las lindes de dos huertos de la mala acogida que se le hiciera en las abiertas corraladas, hasta que después de refrescar las raíces de los álamos cercanos a la iglesia y hacer a ésta una humildísima reverencia que le costara un nuevo rodeo en su camino, se largara mies abajo, entre berros y espadañas, tendríamos, lector discreto, pintiparado a Valdecines.

© Todos los derechos reservados Buscapalabra.com

Ariiba