Ejemplos con sinvergüenza

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Kaganóvich escribió: el único castigo para el sinvergüenza, chusma y prostituta es la pena de muerte.
Un adorable rufián, un viejo sinvergüenza mundano que lucho en las cruzadas, salvo la vida de , Dusang era ambicioso y vil hedonista que traiciono a sus compañeros.
También llamado palo cruz en el Paraguay, auque en otros países como la Argentina corresponde a palo sinvergüenza, martín gil, palo barómetro, toro ratay, entre otros.
¿Qué importa? Digo que si entonces me hubiera retirado, creería usted que yo era un cura sinvergüenza y falsario.
Que se quede en la estancia y que venga con ella el sinvergüenza.
Eso se lo habrá enseñado a ustedes el sinvergüenza de su padre.
¡Y este tiempo de primavera! ¡Y este buque que es una isla! Nunca me he visto en otra: ni en Madrid, cuando me convidaban a comer los políticos de segunda clase para que escribiese bien de ellos, ni en París, cuando hacía traducciones españolas para las casas editoriales y engañaba el hambre en los bodegones del Barrio Latino ¡Y pensar que doña Margarita mi patrona, con un cariño que data de ocho años, rezará por el pobre don Isidro que va navegando por los mares! ¡Y pensar que a estas horas, en nuestro café de la Puerta del Sol, se preguntarán aquellos chicos melenudos que lo saben todo y no han visto el mundo por un agujero: ¿Qué será del sinvergüenza de Maltrana?.
Isidro Maltrana: un canallita simpático, un sinvergüenza que conoce la manera de vivir.
El mayor sinvergüenza que he conocido.
Arreglarlo, señor dotor: que ese sinvergüenza sufra castigo.
Yo creo en la Virgen del Sagrario y un poquito en Dios, ¿pero en esos señores? ¡Si los conocieran como yo! Pero, en fin, todos hemos de vivir, y lo malo no es tener defectos, sino ocultarlos, hacer la comedia como el sinvergüenza de mi yerno, que ahí donde lo ves, grandote como un castillo, se da golpes de pecho, besa el suelo lo mismo que las beatas, está deseando mi muerte, creyendo que guardo algo en mi arcón, y quita lo que puede del cepillo de la Virgen, y roba las velas y hace trampas en el cobro de las misas, y ya estaría en la calle si no fuese por mí, que pienso en mi hija, siempre enferma, y en los pobrecitos de mis nietos.
Eso lo dije el otro día al sinvergüenza de mi yerno, que se indignó viendo que marchaba a Madrid en busca de la chica.
Ahora que eres mío, comprendo con conocimiento de causa que no te limitarías a mirarla como si fuera estampa, pero lo que es de que servías de tapadera y de que don Juan fue quien te preparó la conquista de la sinvergüenza de eso no te quepa la menor duda.
No merece que vuelvas a pensar en la muy sinvergüenza.
¿En qué piensas, burro?solía decirle, ¿te estás acordando de aquella sinvergüenza? ¡Cochino!.
Doña Frasquita era algo avara, pero antes de tolerar que su marido acabase de corromperse y perderse comprando medias a una sinvergüenza, consintió en que Cristeta saliese de Madrid acompañada de una doncella, costara lo que costara.
Ya no haces caso del sinvergüenza de tu maridillo.
Te juro que si es verdad, esa mujer, esa hipócrita, esa sinvergüenza que me vendía amistad, no se ha de reír de mí.
Y a esta sinvergüenza la planto en la calle.
Bien decía doña Lupe que tenía los demonios metidos en el cuerpo y que era mala, pero mala de veras, una sinvergüenza, una mal criada y una calamidad.
¡Vaya una gracia! Era un sinvergüenza, un desalmado, un asesino.

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