Ejemplos con sentimentalismo

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

En referencia al movimiento histórico de sentimentalismo dentro de los Estados Unidos durante el siglo XVIII estaba la idea de origen europeo que enfatizaba los sentimientos y las emociones, una apreciación física de Dios, la naturaleza, y otras personas, más que la lógica y la razón.
Esta visión de la naturaleza era transfigurada en la literatura y el arte mediante el bucolismo, el folclorismo y el sentimentalismo, como formas de reencontrar el alma nacional perdida.
Sus retratos certeros de los llamados desechos de la sociedad, los alcohólicos, vagabundos, drogadictos y prostitutas descritos en Jef y Jacki, evitaban el sentimentalismo fácil, no tenía tampoco miedo a retratar la parte desagradable de su estilo de vida.
es quizás su obra más popular, y de un enorme sentimentalismo de tipo romántico.
Les molesta el sentimentalismo del abuelo, dulce como la mermelada fermentada que ofrece.
Pintó sobre todo retratos, grupos de figuras y escenas costumbristas exentas de sentimentalismo.
El programa apelaba constantemente al sentimentalismo, recreándose en las a veces intensas emociones expermientadas por el personaje de turno, al reencontrarse con personas con las que había mantenido algún tipo de relación profesional o personal en el pasado.
Varias corrientes se consideran postrománticas: El parnasianismo, se caracterizaría por su ruptura con el subjetivismo y con el exceso de sentimentalismo, el simbolismo según definió el propio Jean Moréas es Enemigo de la enseñanza, la declamación, la falsa sensibilidad, la descripción objetiva, se encuentra impregnada de intenciones metafísicas, misterio y misticismo, el decadentismo surge por el acto de potenciar a Baudelaire, que buscaba la belleza en lo repugnante, busca revelarse contra la falsa moralidad burguesa.
La moderación, el racionalismo, la pública inmoralidad serán tajantemente reemplazados por el exceso, el sentimentalismo, la búsqueda de crear una moralidad cada vez más inalcanzable.
En general, las artes del siglo XIX tuvieron una primera fase de búsqueda en el pasado, gigantismo y sentimentalismo, y una segunda fase de crítica a la estética anterior, vuelta a la racionalidad.
Sus figuras femeninas frecuentemente desnudas contrastan con su sentimentalismo religioso.
El príncipe Valkovski, que puede considerarse como paradigma del racionalismo frente al sentimentalismo de sus opositores, es el principal antagonista de los héroes de la historia.
La idea ya se había aplicado en otros países, y aprovechaba el sentimentalismo de los mexicanos para combatir la fuerza que adquirían los movimientos feministas.
La Nueva objetividad en música, como en las artes visuales, rechazó el sentimentalismo del romanticismo tardío y la agitación emocional del expresionismo.
Aunque su imagen es más oscura que el tono apropiado del nuevo Malice Mizer, también se inyecta una suave nota de sentimentalismo en sus letras.
Acaso por un sentimentalismo al revés, Casaccia lo convertirá en el escenario de lo que más odia y no de lo que más ama.
No sabía tanto la hija de Böhl de Fáber, pero así en los que llama , como en muchas de sus novelas, donde la acción es escasa y los personajes y las escenas de familia lo son todo, rayó tan alto como el que más en este linaje de escritos, aunque no estaba inmune de cierto sentimentalismo a la alemana o a la inglesa, enteramente extraño a la índole de las escenas que describe, ni tampoco se libraba del inmoderado afán de declamar a todo propósito, y de interrumpir sus mejores cuentos con inoportunos si bien encaminados sermones.
Vió la Alemania que se había imaginado muchas veces: una Alemania tranquila, dulce, de burgueses un poco torpes y pesados, pero que compensaban su rudeza originaria con un sentimentalismo inocente y poético.
El eslavo reaccionario es brutal, pero tiene el sentimentalismo de una raza en la que muchos príncipes se hacen nihilistas.
Se enternecían con un sentimentalismo de romanza al estrecharse las manos y cambiar un beso en un banco de jardín a la hora del crepúsculo.
¡Bah! ¡Bah!silbó de nuevo Perico, indicando su desdén hacia todo sentimentalismo, ensueño o análoga nimiedad amorosa.
Fernando era para ella ese ideal abstracto que se forja toda mujer al sentirse enamorada por primera vez: el hombre modelo, conjunto de gracia y de fuerza, de sentimentalismo y energía, capaz de enternecerse ante una flor y de pelear como una fiera, ese personaje, en fin, mezcla de tenor amoroso y de paladín membrudo, creado por las novelas, que nunca se ve en la realidad y que turba los sueños de las vírgenes.
Aquella raza aparte, sentía una afición loca por la música: cantaba en todos los momentos de su vida, y sus cantos tenían la tristeza melancólica del paisaje, pero la emoción era de labios afuera, un sentimentalismo exterior que se perdía en el aire.
¡Querer luchar con aquellas gentes, en la amplitud de la libertad, cuando llevaban como ventaja varios siglos de dominación, la incultura del país, la servidumbre de la mujer encadenada a ellos por el sentimentalismo de la ignorancia! ¡Cuando contaban con el apoyo del rico, de tradicional estolidez, que, atormentado por el remordimiento, compra con un trozo de su fortuna la seguridad de no ir al infierno! Mientras aquellos enemigos existieran, serían estériles todos los esfuerzos para reanimar el país.
Pero cuentan con el auxiliar poderoso de los tontos y del sentimentalismo femenil, que avanza en su busca y se ofrece, diciéndoles: Dominadnos, haced de nosotros lo que queráis, y dadnos en cambio el cielo.
¡Ay: estaba bien discurrido aquel asedio, para apoderarse lentamente de la mujer, llegando por medio de ella hasta la dominación del esposo! De ellos era principalmente la culpa, ¿Qué habían de hacer unos seres débiles, faltos de dirección, arrastrados por el especial sentimentalismo del sexo hacia todo lo absurdo? Veíanse obligadas a una vida de harem, siempre mujeres con mujeres, viendo sólo al hombre en el preciso momento del deseo, y el hábil jesuíta se presentaba como un remedio a su tristeza, entretenía su fastidio con una devoción dulzona y afeminada, era el eunuco guardián, el verdadero amo, dirigiendo a su antojo al tropel de odaliscas cristianas.
Faltas de diversión, ansiosas de reunirse, de oír música, de algo que despertase su sentimentalismo, buscaban en la iglesia su club y su teatro, pasando el día en el templo del Corazón de Jesús, allí donde la arquitectura afeminada y ridícula, cargada de oro y bermellón, el armonium, las voces hermafroditas y las bombillas eléctricas, parecían acariciarlas con un halago que tenía tanto de mundanal como de místico.
Existe el sentimentalismo pasajero, el capricho carnal, nunca el amor.
Gabrieldijo el maestro una tarde, usted que es tan observador y sabe tanto, ¿no se ha fijado en que España es triste y no tiene el dulce sentimentalismo de la verdadera poesía? No es melancólica, es triste, con su tristeza huraña y brutal.
Aquella palidez inalterable y llena de vida, aquellos ojos amantes y altivos a un propio tiempo, aquellos labios sensuales y desdeñosos, aquel sentimentalismo del conjunto de sus facciones, tan incompatible con la materialidad de la vida que llevaba pacíficamente la casual esposa de un hombre vulgar o cuando ménos prosaico, todas estas contradicciones de su sér y de su existencia, expresadas vagamente por su semblante, hacian que Soledad cautivase la imaginacion y el deseo, como todo lo misterioso, como todo lo inexplicable, como una esfinge, guardadora de trágicos y peregrinos secretos.

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