Ejemplos con sentado

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Siempre que volvíamos ,- el niño tonto ,- estar sentado ,- a la puerta ,- mirar ,-.
Luego, había que verle con qué religiosa pompa y taciturno talante, sentado detrás de la pista, limpiaba las espuelas del gallo con medio limón, para mundificarlas, por si estaban emponzoñadas, y las enjugaba después con el pañuelo, y, por último, depositaba levemente el gallo sobre el ruedo, como diciendo: , y ya no hay poderío terrenal que desvíe la voluntad de los hados.
No abusaré de la paciencia del lector contándole punto por punto lo que pasó en aquélla, ni le diré tampoco cuántos padres de la patria llevaban el frac mal sentado, como si no estuviera cortado a su medida, ni cuáles señoras de estos insignes patricios iban hilvanadas con las marchitas rebuscaduras del baúl, ni qué familias de la corte estaban representadas allí por apuesto mancebo o seductora dama.
Un día dijo a su marido, que estaba meditabundo, sentado junto a ella detrás del mostrador:.
Sólo otro permanece en su sitio, allá lejos, sentado en un banco, habiendo saludado al señor Colignon con leve ademán de la mano: es Belarmino.
JÚPITER sentado en el trono de oro y piedras preciosas y llevando en la mano el cetro de ciprés, tiene a sus piés al águila, cuyo plumaje de acero refleja mil diversos colores: los rayos, sus terribles armas yacen en el suelo.
Topábame sentado al abrigo de la capilla, en la misma puerta, y oigo golpes por la banda de dentro, respondo batiendo con el zueco, y escucho la voz de Don Farruquiño.
Estaba sentado en el trono de los arzobispos de Toledo, aquella silla que había sido la estrella de su juventud, y cuyo recuerdo le turbaba en pleno episcopado, cuando paseaba la mitra por las provincias esperando la hora de llegar a la Primada.
Gabriel se había sentado en el zócalo de una pilastra, entre dos columnas, pero a los pocos instantes tuvo que ponerse de pie.
Un día de fiesta había ido de Bayona a San Sebastián, y aburrido, mientras llegaba la hora de regresar a Francia, entró en una librería para adquirir un volumen cualquiera y leerlo sentado en la terraza de un café.
Cerca ya de la barraca, cuando oía los ladridos de su perro, que le había adivinado, vió un muchacho, un zagalón, que, sentado en un ribazo, con la hoz entre las piernas y teniendo al lado unos montones de broza segada, se incorporó para saludarle:.
Y Batiste seguía pensando en su campo, sentado ante la mesilla enana, rodeado de toda su familia menuda, que a la luz del candil miraba con avaricia una cazuela humeante de bacalao con patatas.
El pequeño había muerto, ¿verdad? Y el padre allí, creyendo estar sentado en un ribazo, cuando en realidad donde estaba era con un pie en el presidio.
Batiste, sentado en una silleta de esparto en medio de la barraca, miraba con expresión estúpida el desfile de estas gentes que tanto lo habían maltratado.
El padre, siempre sentado en una silleta de esparto bajo el emparrado de la puerta, fumaba cigarro tras cigarro, impasible como un oriental, volviendo la espalda a su vivienda, cual si temiera ver el blanco catafalco que servía de altar al cadáver de su hijo.
Sentado en un viejo sillón, que perteneció a mi abuelo, pensaba yo en Angelina.
El viejo habíase sentado en una silla baja, apoyando su espalda en el lecho, y con la cabeza inclinada parecía sumido en dolorosa reflexión.
Espera sentado tus tres mil durosexclamó con brutalidad, eso de los valores públicos es una mentira.
Podía esperar sentado a que todas las personas honradas se coligasen, según él decía, para acabar con los negocios bursátiles.
Andresito vio cómo se alejaban los dos viejos, mostrando una nueva cara por el revés chamuscado de su pantalón, riendo su postrera hazaña, dándose besos y abrazos para afirmar la fraternidad del cafetín y hablando a gritos para que quedase bien sentado que la casa grande era una cueva de ladrones, y ellos, desengañados, se retiraban a la vida privada.
Sentado cerca de mi pretendía distraerme con no sé qué historias de mi infancia.
Después de la cena, luego que los empleados se retiraron a sus habitaciones, me fui a la sala, abrí el balcón, y sentado en una mecedora, gozando del fresco de la noche, una hermosa noche de luna, me puse a pensar en Linilla.
Pero ¡ay! de repente me sentía yo acometido de profunda tristeza, de mortal melancolía, de aquella melancolía mortal, mi dulce compañera en las tardes de otoño, cuando sentado en la florida vertiente del Escobillar me abismaba en la contemplación del hermoso valle nativo iluminado por los últimos fuegos del crepúsculo.
Sentado al pie de aquel naranjo, mudo testigo de nuestro amor, pensaba yo en Angelina, cuando llamaron a la puerta.
¡Paréceme que le veo sentado en el butaque , con la pierna cruzada, preso en la estrecha y perdurable levita, puesto en las rodillas el gran pañuelo de algodón, de color indefinible.
La correspondencia se copiaba por un empleado que estuvo cuarenta años sentado en la misma silla delante del mismo atril, y que por efecto de la costumbre casi copiaba la carta matriz de su principal sin mirarla.
No, niña de mi alma replicó él sentado en el suelo sin descubrir el rostro, que tenía entre las manos.
Continuaba sentado en el suelo, las piernas extendidas, apoyado un brazo en el asiento de la silla.
Estaba sentado junto a la chimenea, envuelto de la cintura abajo en una manta que parecía la piel de un tigre, gorro calado hasta las orejas, en la mano un periódico, en la silla inmediata tres, cuatro, muchos periódicos.
Rey permaneció sentado, sereno, valiente, con el valor pasivo de una creencia profunda y de una resolución inquebrantable.

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