Ejemplos con sembrador

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Pane de Asunción y fue de gran envergadura pues reunió a importantes exponentes de la música paraguaya como: el Grupo Sembrador, el maestro Oscar Cardozo Ocampo y la Orquesta Philomúsica de Asunción.
A partir de la identificación de SATOR, el sembrador, con el Creador, se ha propuesto la siguiente interpretación: El Creador, autor de todas las cosas, mantiene con destreza sus propias obras.
Si se piensa que el término AREPO es el nombre propio de un misterioso sembrador, se llega a la siguiente traducción: Arepo, el sembrador, mantiene con destreza las ruedas , que parece aludir a prácticas agrícolas.
Algunas conjeturas sobre esa palabra llevan a una traducción, con sentido poco claro, como el sembrador, con su carro, mantiene con destreza las ruedas, de la que se intenta aclarar el sentido haciendo referencia al sembrador como cita de un texto del Evangelio.
No se puede decir que si la predicación tuvo definitivas, o forma redondeada, en el sentido de un moderno sermón, su objetivo fue sembrar la semilla de la palabra, que él disperso en emisión, al igual que en la parábola del sembrador.
Sobre el conjunto se erige El Sembrador, que personifica el cultivo de la tierra y la producción.
Radio El Sembrador está sumamente asociada a la iglesia Diocesana en la Provincia de Ñuble, cual está ligada a Radio Vaticana, Conferencia Episcopal de Chile, Diócesis de Chillán, Arca, Radio Universidad de Chile y ARCHI.
Radio El Sembrador es una radioemisora chilena, local de la Provincia de Ñuble, VIII Región del Biobío, Chile.
De ellas se pueden nombrar a Radio Ñuble, Radio Diva, Radio Isadora, Radio Cariñosa, Radio El Sembrador, Radio Macarena y Radio El Buen Pastor.
Ese fue René Dávalos, autor del poemario Buscar la realidad , el cofundador de Criterio, el que escribió en Argos, El Rinoceronte, Alcor, ABC, La Tribuna, Lucha, El Sembrador, Tribuna Universitaria, Época y otras publicaciones.
Forma parte de una joven generación de artistas paraguayos conformada por Lizza Bogado, Juan Cancio Barreto, el Grupo Sembrador, Rolando Chaparro entre otros.
Integran el Grupo Sembrador: Claudia Abente de Gomez, Jorge Arturo Aponte, Luis Antonio 'Pulgo' Bariocanal, José Antonio Galeano, Jorge Garbett, Jorge 'Tuga' Ramirez.
Este ciclo tuvo la participación del Grupo Sembrador, Oscar Cardozo Ocampo y otros artistas invitados.
En palabras del historiador venezolano, Alfredo Tarre Murzi, López Rivas fue un precursor, un sembrador.
Alfredo Tarre Murzi lo describe así en su libro Biografía de Maracaibo : López Rivas fue un precursor, un sembrador, un divulgador, con honda pasión venezolana.
Dos años y medio había, y aun no cabales, que el Emperador había venido a estos reinos y gobernádolos por su persona y presencia, y los tenía en mucha tranquilidad, paz e justicia, cuando el demonio, sembrador de cizañas, comenzó a alterar los pensamientos y las voluntades de algunos pueblos y gentes, de tal manera que se levantaron después tempestades , alborotos y sediciones.
¿Dónde esperar la muerte sin que me acosen con sus voces? ¿En qué oscura cueva de lobo o de león iré a esconderme? ¡No hallo paz en la vida!¡Fui pastor de lobos y ahora mis ganados me comen ¡Engendré monstruos y estoy maldito! ¿Por qué de aquel vientre de mujer santa salieron demonios en vez de ángeles con alas? ¡Estaba maldito el sembrador! ¡Estaba maldita la simiente! ¡Muerte, no tardes! ¡Sácame de este pozo de sierpes y dame a tus gusanos! ¡Que me coman tus hijos, pero no los míos! ¡Muerte, no tardes! ¡Dios, si por mis pecados no me quieres, deja que me arrebate Satanás!.
Conocía las amenazas de , el cual, apoyado por toda la huerta, juraba que aquel trigo no había de segarlo su sembrador, y Batiste casi olvidaba a sus hijos para pensar en sus campos, en el oleaje verde que crecía y crecía bajo los rayos del sol y había de convertirse en rubios montones de mies.
El otro contestó: ¡Sí, ¡oh Comendador de los Creyentes! veo en lo alto de una colina una cosa vaga! ¡Debe ser algún jardinero o un sembrador de cohombros! ¡De todos modos, como sin duda hay agua por allá, echaré a correr para traértela!.
del sembrador más raro que hubo en el monte.
¡Como si él, acostumbrado a trabajar sus terrones y a dirigirlo todo, pudiera resignarse a permanecer inactivo, a convertirse en espectador, a no ver cómo en las mañanas frías de invierno desflora la reja del arado la tierra húmeda y palpitante, para que la mano del sembrador arroje en su seno la simiente fecundadora, a no contemplar bajo los rayos abrasadores del sol de agosto, cómo el trigo desgrana la requemada espiga y la horquilla la recoje y la pala la aventa para que el trigo caiga convertido en granizo de oro sobre el ancho montón que cubre la era y se eleva en forma de pirámide, quedarse en casa bajo la sombra perezosa del emparrado, cuando la hoz arranca de la cepa el lozano racimo y el carro lo traslada al lagar y los mozos lo pisotean entonando canciones hasta que, convertido en mosto, lo recogen las cubas y fermenta en ellas y de ellas sale transformado en chorro rojizo que humedece los labios y calienta la sangre, no tomar parte en la recolección de los frutos, en el esquileo de sus ovejas, en la labor harinera de sus molinos, en la confección y refinamiento de sus aceites! ¿Era acaso eso lo que querían de él? Pues no lo esperaran.
Cuando un adorador de Weng-Chan –dios de la literatura– era favorecido en sus versos y canciones, cuando el rico sembrador hacía una buena cosecha de habas, cuando el vil carnicero sacaba más pesas de grasa del cerdo joven, cuando el pobre de hacienda, a fuerza de estudio y de virtud era favorecido por el mandarín, cuando el transeúnte llevaba un traje de seda amarillo, cuando el honesto labriego podía comer un paté de entrañas de gamo o un nido de golondrinas, cuando el alumno distinguido de la academia conseguía una mención de honor, cuando el justo era alabado, cuando algo bueno hacía sonreír el alma de los habitantes de Siké, los enfermos de la torva enfermedad saciaban su despecho en la reputación del favorecido.

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