Ejemplos con seguirás

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Sin embargo, seguirás existiendo en tu universo original, pero no existirás en el universo que se originó al matar a tu abuelo.
En el muro trasero leemos sobre baldosas de cerámica: De esta agua beberás y pronto te casarás Y si estuvieres casado seguirás enamorado.
Una leyenda citada por san Ambrosio de Milán dice que Lorenzo se encontró con Sixto en su camino al martirio, y que le preguntó: ¿Adónde vas, querido padre, sin tu hijo? ¿Adónde te apresuras, santo padre, sin tu diácono? Nunca antes montaste el altar de sacrificios sin tu sirviente, ¿y ahora deseas hacerlo sin mí? , a lo que el papa profetizó: En tres días tú me seguirás.
Nuestra ruta llegará hasta un cruce de caminos donde por la izquierda seguirás hasta Mianos, destino de nuestra ruta, pero si deseas continuar desde aquí el Camino de Santiago puedes llegar por la senda que sale a la derecha hasta Artieda.
De lo contrario, aún seguirás disfrutándolo.
La tuya llevó la seguridad de que estás enamoradísimo de ella y de que la seguirás hasta el fin del mundo.
Reconstruirás cuidadosamente las cartas, y seguirás entregándolas al Embajador de España, y cobrando lo que este señor te pague por tu servicio.
Escúchame: seguirás en mi casa sirviéndome con las mismas apariencias de fidelidad, seguirás siendo espía del Duque de Vistahermosa.
Bastante has trabajado hoy con esos cálculos tan difíciles Mañana seguirás No, no creas que me parece mal, yo te ayudaré a pensar hablaremos de esto.
-Seguirás -repitió Campos con benévola insistencia-, y no sólo seguirás, sino que nos serás útil.
'''Martirio''': No seguirás mucho tiempo.
Tú, ya sola, seguirás andando con valor contra el curso del agua, y procurando no encontrar a ningún ser humano.
-Pos dice que en ti hay la mar de cosas metías, que si sigues, que no seguirás con salú que Dios me dé, jarreando pa alante, que sé yo, yo no me acuerdo ya de las muchísimas cosas que el periódico te dice.
Y entonces el rey dijo: ¡Oh visir de mi padre! seguirás siendo el gran visir de mi reinado.
seguirás dándome la comida, y como ella trae la cena y el desayuno, y para lecho nos basta el mío, en nada se altera el presupuesto, ni en cosa alguna te perjudico.
A partir de hoy ya no seguirás trabajando como mozo en esta casa.
»-Adonde yo voy, no me puedes ahora seguir: mas me seguirás después.
Y suspirarás por la instrucción popular, y conti­nuarás tan burro como antes, clamarás por la libertad y tan amarrado como antes a la argolla del salario seguirás, de­mandarás equidad, justicia, solidaridad, y te darán fárragos y más fárragos de decretos, de leyes, reglamentos, pero ni una pizca de aquello a que tienes derecho y no gozas porque ni sabes ni quieres tomártelo por tu mano.
- ¡Tú me seguirás!, ¡me seguirá Ánjela!.
¿Qué inconveniente hay? Entonces seguirás con tus sermones, y como he de tenerle más respeto, los oiré de rodillas y haré lo que en ellos me mandes.
Tú, que eres razonable, lo comprendías así, y seguirás comprendiéndolo.
-Extranjero, acuérdate que muchas veces me has hablado del amor que es preciso tener a nuestros padres, acuérdate, por otra parte, cuántas veces me has dicho cómo el buen Dios, el Dios de los cristianos, convierte los dolores de la tierra en delicias del cielo, y si yo me voy delante, tú, por mucho que vivas, me seguirás pronto a ese cielo, que es la patria de los espíritus.
Reconstruirás cuidadosamente las cartas, y seguirás entregándolas al Embajador de España, y cobrando lo que este señor te pague por tu servicio.
Escúchame: seguirás en mi casa sirviéndome con las mismas apariencias de fidelidad, seguirás siendo espía del Duque de Vistahermosa.
En cuanto a Abu-Saada el judío, inaugurará mañana su jornada con el espectáculo de este mono tuerto y lisiado, y tendrá la misma visión todas las noches, y cada día le afligirá Alah con un nuevo impuesto o una carga o una vejación, y de ese modo, al poco tiempo se arruinará, ¡y cuando no tenga ya nada entre las manos, se verá reducido a la mendicidad! ¡Así, pues, ¡oh Califa! retén bien en la memoria lo que acabo de decirte, y prosperarás y seguirás el camino recto de la dicha!.
«Me seguirás después», había dicho al propio tiempo a todo el que lo quisiera oír, y, diez y seis siglos más tarde, un humilde sacerdote de la Alpujarra seguía también a JESÚS, veíase crucificado en su santo nombre, y recibía en el costado derecho la lanzada de otro Longinos.
«Me seguirás después», había dicho JESUCRISTO a San Pedro, y San Pedro, al cabo de treinta y dos años, padeció efectivamente la muerte en cruz.

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