Ejemplos con sanguinosa

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Uno que a distancia iba ya, retrocedió en aquel instante, y plantándose en el grupo dejó ver su faz picada de viruelas, sanguinosa, sus gafas azules, su aire bravucón y desenvuelto, sin capa ni trabuco, con sólo un palo que esgrimía para marcar con acento irónico y brutal estas roncas palabras: ¡Caray, si son los niños de la aristocracia del pavo!.
Los tiempos presentes no pueden tener idea de ello, aunque hayan visto pasar fúnebre y sanguinosa una sombra de aquellas espantables figuras.
Luego entró al Instituto y por las noches era su madre quien le tomaba las lecciones. Y estudió para tomárselas. Estudió todos aquellos nombres raros de la historia universal, y solía decirle sonriendo: « Pero ¡cuántas barbaridades han podido hacer los hombres, Dios mío!» Estudió matemáticas, y en esto fue en lo que más sobresalió aqueIla dulce madre. «Si mi madre llega a dedicarse a las matemáticas...» , se decía Augusto. Y recordaba el interés con que seguía el desarrollo de una ecuación de segundo grado. Estudió psicología, y esto era lo que más se le resistía. «Pero ¡qué ganas de complicar las cosas!», solía decir a esto. Estudió física y química a historia natural. De la historia natural lo que no le gustaba era aquellos motajos raros que se les da en ella a los animales y las plantas. La fisiología le causaba horror, y renunció a tomar sus lecciones a su hijo. Sólo con ver aquellas láminas que representaban el corazón o los pulmones al desnudo presentábasele la sanguinosa muerte de su marido. «Todo esto es muy feo, hijo mío –le decía–, no estudies médico. Lo mejor es no saber cómo se tienen las cosas de dentro.»
Parecen dos tigres que, erizados los lomos, alzadas las esponjosas colas y abiertas las bocas que chorrean sanguinosa baba, se disponen a despedazarse.
Para colmo de solemnidad en la figura, el doctísimo Fiscal era tuerto, de modo que su adusta mirada cobraba un valor indefinido con los turbios movimientos de la sanguinosa y gruesa nube que cubría todo el globo de su buen ojo.
Burbujeaba la onda con hervor dantesco, sanguinosa, túrbida,.

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