Ejemplos con rédito

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Desde entonces, el indiano estuvo en casa de su hermano como en ascuas: temía a cada instante nuevas demandas y temía además que le faltase el rédito de lo que le había prestado.
Este ascendía a unos treinta mil duros entre inmuebles y dinero dado a rédito sobre fincas, y descontadas las mandas y los derechos de traslación de dominio, quedaban unos veintisiete mil duros.
Ni una sola vez, ni una, le había dado un pico para que se lo colocase a rédito.
El ex-alabardero era enemigo de las hipotecas con seguridad legal y rédito prudente.
El que había erigido la villa Ercolani -así se llamaba- no era un industrial deseoso de sacar buen rédito al capital invertido, y que por consiguiente emplea materiales de segunda y construye a la malicia, sino un magnate escocés estrafalario y lunático, dotado de esa imaginación impulsiva y sin rédito que suelen tener los hijos del Norte, cuando gastan el lujo de tener imaginación.
Con el tiempo, comenzó a prestar a rédito sobre escrituras de casas y terrenos a ancianos necesitados y que al final pasaban a pertenecerle, pues a sus deudores, por su edad, les era imposible pagarle.
Queda, asimismo, una cola que sólo se podrá liquidar con la venta hipotética de novillos o capones que, quizás, engorden, y cuando, poco a poco, la libreta se haya comido, después de lo gordo, los animales al corte, después del rédito, el capital, entonces llegará el momento oportuno del ahorcamiento final, pues, siempre se debe degollar con tiempo la oveja moribunda, para que siquiera el cuero resulte un poco mejor.
A veces, lo que el asceta de genio sacrifica no es, por fortuna, la aptitud, sino sólo la gloria que nace de ella, condenando a eterno olvido el propio nombre, pero salvando para la humanidad el rédito de su genio, siquiera lo manifieste únicamente como medio subordinado a la idea que le tiene en sonambulismo.
::::Al rédito de la tierra, RENTA y arriendo,.
::::Al rédito del trabajo, RETRIBUCIÓN o JORNAL,.
::::Al rédito del capital, PROVECHO e interés.
=== Capítulo XVI : Del rédito del capital o de los productos.
=== Capítulo XVII : Del rédito de la tierra.
Suponiendo que el capital produzca un seis por ciento, rédito que me parece muy conforme con la ley de Dios, ganará en todo un año.
Amar la naturaleza, amar el campo, para sacarle el rédito, el fruto, vino a ser el único placer de mi vida.
Los cuartos de los derechos parroquiales se convertían en tocino y en huevos frescos con asombrosa rapidez, para volver, mediante la circulación de la sangre del mundo, del vil metal, a trocarse en moneda, aumentada con el debido rédito, y de mis manos pasaba a las de Cabranes.
y que no nos fastidie, que nos dé otros diez mil reales, sin descontarnos nada, con rédito más cristiano que el tres mensual.
Al desilusionarse de la política, ocupose mi bendito hermano en la colocación de pequeñas cantidades a rédito subidísimo, no tardó en tomar el gusto a la carne, y poniéndose en relación con personas adineradas, trabajó en los préstamos con tal celo, finura de trato, y con tan escrupulosa puntualidad y honradez, relativa si se quiere, que en corto tiempo tuvo una clientela formidable de necesitados, y otra no menos fuerte de poderosos que sin quemarse las pestañas querían aumentar su peculio.
Puso aparte ocho de los diez que le correspondían por rédito, y como la cucaracha le preguntase por qué hacía así, le contestó:.
De modo y manera, que fabriqué mi casa, como usted sabe, y me encerré en ella, atenido a cuidar de mis peculios y a vivir con algo de ellos, pues del total del rédito me sobra, sin que sea bambolla, más de la mitad.
Las dos viejas mulas, Caracola y Gifera, apenas pueden retrepar la cuesta con la reja hundida en la tierra, y hay que venderlas y comprar otras, aunque sea a rédito.
Era el reverso de la medalla, la compensación a los vejámenes sufridos, como si se la pagaran con rédito los otros, era saborear como a tragos el delicioso placer de la venganza, su revancha, como el coronamiento de la obra, como una especie de apoteosis de su triunfo, en fin.
Noches semejantes engrosaban el cajón del mostrador, y después, el fajo de billetes que, ocultos por algún tiempo en el buró, salían luego para préstamos a rédito seriecito, del quince o del veinte.
Como Mestival presentaba cerezas cuando no las presentaba nadie, pedía por ellas lo que se le antojaba, y sacaba un bonito rédito al árbol.
Además ¡tomaste a censo aquel terreno por tan poco rédito al año!.
Juan sus miserables ahorrillos, no quebraban, dejaban un rédito sano y constante.

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