Ejemplos con rojizas

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Este arbusto de salvia tiene bello y verde follaje, y sus ramas florales tienen flores largas, profundas y rojizas.
Por lo común, tienen el aspecto de numerosas manchas rojizas, anaranjadas, amarillas o incluso de color blanco que ocasiona la rotura de la epidermis, que no dejan de ser los cuerpos fructíferos que producen las esporas del hongo.
La forma erosiva se presenta como áreas de eritema, rojizas que se ulceran y son frecuentemente incómodas.
Las alas posteriores tienen, generalmente, pequeñas manchas rojizas en la parte marginal y dos o tres colas filamentosas que alcanzan, a veces, dimensiones importantes.
Tienen la cabeza, punteada densamente, las antenas pardo rojizas o rojizo oscuras.
Mejillas y partes inferiores castaño anaranjadas, patas muy cortas y rojizas, pico negro, largo y recto.
Cuando secas, sus hojas usualmente son grises o rojizas marrón.
Las flores jóvenes son amarillas anaranjadas, tornándose rojizas cuando maduran.
Senderos de areniscas rojizas, cerros que se levantan entre la vegetación y rincones que guardan las más atrapantes huellas del pasado aborigen.
Esta muerte del fiero animal ocurrió a la altura del llamado Canchu la sangri, que aún, como dicen los informantes, presenta pigmentaciones rojizas que corresponden ala sangre del Escornáu.
Presenta un cuerpo de color pardo con manchas más oscuras a rojizas, irregulares, alargado, comprimido lateralmente, cabeza pequeña, con hocico en tubo, recto, boca pequeña, desdentado.
En el otoño las hojas toman coloraciones rojizas y amarillentas.
Muchos de ellos han sido seleccionados por sus hojas rojizas y por la apariencia de sus flores.
No es raro conseguir plantas profusamente manchadas con máculas rojizas, cosa que es completamente normal, y en plantas adultas y bien desarrolladas, tampoco es raro observar hojas exageradamente grandes, incluso para los estándares de una Laelia brasilera.
Tiene ramas nuevas gruesas, aristadas, rojizas.
Tiene también unas líneas anaranjadas o rojizas en el cuello.
Imágenes obtenidas con el Telescopio Espacial Hubble permiten ver como estrellas jóvenes, azules y calientes se concentran hacia el centro galáctico, mientras que las más viejas, rojizas y frías se encuentran más diseminadas.
El pico es blanco en la base y azul en la punta, la garganta es delgada azul, las patas son rojizas.
El pico es rojo o anaranjado, muy arqueado y comprimido, las patas son rojizas.
Muchas especies tienen dos pequeñas manchas rojizas en sus alas mayores.
En el fondo de esta masa verdosa, iluminada con transparencias de ópalo por el sol poniente, veía agarradas a las peñas extrañas vegetaciones, bosques minúsculos, en cuyas frondas pegajosas movíanse bestias de formas fantásticas, rampantes y veloces o torpes y sedentarias, con duras corazas grises y rojizas, erizadas de defensas, armadas de tenazas, de lanzas y de cuernos, dándose caza entre ellas y persiguiendo a seres menos fuertes que pasaban como exhalaciones, haciendo brillar en la rapidez de la fuga su transparencia de cristal.
Al otro lado de la bahía perdíase mar adentro, en las brumas flotantes del horizonte, un cabo de obscuro verde y peñas rojizas, sombrío y deshabitado.
Su columna nebulosa, rayada con estrías rojizas por la luz moribunda, parecía reflejar el fuego interior.
Y revueltos con los cacharros que habían guardado el vino y el agua dulce de una liburna naufragada, había pedazos de maroma endurecida por los infusorios calcáreos, garras de ancla cuyo hierro se quebraba en láminas rojizas.
Siguiendo las sinuosidades del promontorio, existía una fila de torres rojizas, cada una de ellas con otras dos iguales a la vista.
Hacia el Poniente alzábase la negra silueta del cabo de San Lorenzo que avanzaba mar adentro buen trecho, y en su extremidad un faro movible desparramaba a intervalos iguales sus luces, ora blancas, ora verdes, ora rojizas.
Las techumbres, con grandes aleros de tejas rojizas y sueltas, estaban mantenidas contra los embates del viento por una orla de pedruscos.
Los más antiguos, de tonos suaves y desmayados, mostraban jardines persas, con fontanas azules en las que bebían rojizas bestias.
Las nueve sería, cuando los tres entraban por el portal de la casa de corredor, y no fue poco su asombro al ver en el patio resplandor de hoguera y multitud de antorchas, cuyas movibles y rojizas llamas daban a la escena temeroso y fantástico aspecto.

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