Ejemplos con roble

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

a Lepe, del actual departamento de Melipilla, que queda al Norte de la línea de cumbres entre el cerro del Roble Alto y el cerro de Las Cardas, pasando por el Alto de Carén, el cerro de Los Morros y el paso de los Padrones sobre el Estero de Puangue.
En la cervecería donde comían las más de las noches, falso salón medioeval, con vigas de artesonado hechas a máquina, paredes de yeso imitando el roble y vidrieras neogóticas, el dueño mostraba como gran curiosidad un jarro de figurillas grotescas entre los de porcelana que adornaban las repisas del zócalo.
Por todas partes la obscuridad del roble.
Se vió en una especie de semejante a la fachada, con chimenea gótica de alabastro imitando el roble, grandes jarros de porcelana, pipas de tamaño de bastones y armas viejas adornando las paredes.
Todo tiene en la naturaleza su punto culminante, su nota dominadora, su faz grave y severa: la selva, el roble centenario, el océano, la ola inmensa de cresta arrebolada, el desierto, el león hirsuto y arrogante, y la sociedad, el genio.
Todos sentían la dulzura del bienestar, la satisfacción de la vida, en aquel comedor, al que daban, el roble tallado y el cuero obscuro de las paredes, una impresión de suntuosidad discreta y señorial.
El peligro era inminente, hallábase una de las ruedas traseras fuera del camino, sostenida sobre el precipicio tan sólo por el tronco de un roble inclinado, cuyas raíces se sentían crujir y ceder a cada momento, arrancando grandes pelotones de tierra Un instante perdido, un solo movimiento de cualquiera de los espantados brutos, y coche, caballos y viajeros rodarían por el alto repecho de la cuesta, haciéndose trizas.
A un grito de Tom Sickles fustigó Jacobo los caballos bárbaramente, azuzólos Fritz dando voces y el coche arrancó al fin crujiendo, bamboleándose un momento hacia el precipicio, dando, al entrar en la carretera, un vaivén violentísimo, que despidió al hombre dormido desde lo alto de su banqueta en mitad del camino, donde cayó inerte y pesado cual una piedra de diez arrobas, mientras el coche desaparecía entre una gran polvareda por el declive de la cuesta y seguía corriendo hasta llegar frente de Oiquina, donde pudo al fin Jacobo detener el tiro a la sombra de unas higueras, cubierto de polvo, sudoroso, jadeante Ya era tiempo: el roble, descuajado por completo, cayó a lo largo del violento repecho del camino, quedando suspendido sobre el precipicio por algunas raíces.
Pronto se le ofreció ocasión oportuna: a una vuelta del carruaje enredóse la sombrilla en las ramas de un roble, y despedida aquella con violencia, vino a caer sobre uno de los caballos, espantóse el animal, reculando bruscamente, retrocedió el coche a su empuje, osciló un momento y quedó inmóvil, inclinado, hundiéndose, hundiéndose suavemente Un grito de espanto escapóse de los labios de todos, y una vieja que cruzaba guiando un borriquillo gritó, extendiendo los enjutos brazos, con esa energía de la fe en los momentos de angustia:.
Visanteta acababa de tender el mantel adamascado, brillante de blancura, sobre la mesa del comedor, pieza de ebanistería moderna, tallada a máquina, que con su color obscuro imitaba al roble de un modo discreto.
Fue una lid obligarle a poner los zapatos a diario, porque todas sus congéneres los reservan para las fiestas repicadas, fue una penitencia enseñarle el nombre y uso de cada objeto, aún de los más sencillos y corrientes, fue pensar en lo excusado convencerla de que la niña que criaba era un ser delicado y frágil, que no se podía traer mal envuelto en retales de bayeta grana, dentro de una banasta mullida de helechos, y dejarse a la sombra de un roble, a merced del viento, del sol y de la lluvia, como los recién nacidos del valle de Castrodorna, y Máximo Juncal, que aunque gran apologista de los artificios higiénicos lo era también de las milagrosas virtudes de la naturaleza, hallaba alguna dificultad en conciliar ambos extremos, y salía del paso apelando a su lectura más reciente, , por Darwin, y aplicando ciertas leyes de adaptación al medio, herencia, etcétera, que le permitían afirmar que el método del ama, si no hacía reventar como un triquitraque a la criatura, la fortalecería admirablemente.
Volaron hojas y pedazos de rama de un roble próximo, aunque ninguna codorniz cayó herida.

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