Ejemplos con revolviéndose

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Eran unas depredadoras subacuáticas muy hábiles, podían maniobrar muy bien, revolviéndose y girando rapidamente mientras perseguían a su presa.
Poco después atacó y batió al general Reille y a las órdenes del general Caldagués acudió en auxilio de Gerona, con Milans y Baget, los somatenes y las guerrillas, obligando al orgulloso Duhesme a levantar el sitio de la ciudad, que había de conquistar el glorioso título de inmortal, y revolviéndose contra Reille, le persiguió por el camino de Francia sin dejarle un punto de reposo.
Y revolviéndose instintivamente, dio la vuelta, quedando con el pecho en tierra, apoyado en una mano y tendiendo la otra, que empuñaba el revólver.
¡Miente usted!exclamó revolviéndose furiosa con los ojos llameantes.
En un granero de techo agujereado, tendidos en la paja, había más de cincuenta cuerpos humanos sumidos en doloroso sopor o revolviéndose entre lamentos.
Se adivinaban a esta luz incierta las pirámides afiladas de las rocas, las estalacitas blancas del techo y, abajo, el mar, hirviendo en espumas, semejaba una aglomeración de monstruos de plata revolviéndose en un torbellino.
El instinto de la nacionalidad cristiana revolviéndose contra los invasores, el repliegue de toda el alma española a los riscos de Covadonga para caer de nuevo sobre el conquistador, era una mentira.
Mientras los pueblos del Norte diezmábanse en guerras religiosas y vivían en una barbarie de tribu, la población de España se elevaba a más de treinta millones, revolviéndose y amasándose en ella todas las razas y todas las creencias, con una infinita variedad engendradora de poderosas vibraciones sociales, semejante a la del moderno pueblo americano.
Por la noche, acostados ya todos, durmiendo los menores, en vela Carrasco, su mujer haciéndose la dormida, notó esta que el buen señor se levantaba despacito, evitando el ruido, y que con paso de ladrón a su despacho se encaminaba, púsose en acecho la señora, le sintió encender luz, oyó el chasquido de la silla cuando en ella cayó el proceroso cuerpo, le sintió luego revolviéndose con paseo de lobo enjaulado en la reducida estancia, y a veces oía secos golpes, como si D.
Era Jacobo muy perezoso y costábale gran trabajo arrancarse del lecho, dio en él varias vueltas, estirándose y revolviéndose con esa dejadez del que no tiene cuidados, ni le esperan obligaciones, ni encuentra para saludar al nuevo día otra fórmula, otra oración, otro brote de sentimiento que un prolongado bostezo.
En vano la pobre mujer la dió prisa, revolviéndose impaciente en la barraca, como espoleada por la campana que sonaba a lo lejos.
A las once, el calor y la afluencia de gente hacían ya insoportable la estancia e imposible el tránsito por los salones del marqués de Butrón: hallábanse abiertas de par en par cuantas puertas y ventanas había en la casa, y más que concurso de gentes, parecía aquello un confuso revoltijo de joyas, plumas, flores, telas vistosísimas y mujeres medio desnudas, entre las que se destacaban las manchas oscuras de los hombres, revolviéndose entre ellas sofocados y sudorosos, como un enjambre de gusanos negros que hubiera fermentado aquella compacta masa de mundo, demonio y carne En el gabinete más próximo al vestíbulo, el marqués y la marquesa de Butrón recibían a sus convidados, viendo desfilar con la misma amable sonrisa grandes nombres y grandes vergüenzas, inocencias completas y malicias refinadas, honras sin tacha y reputaciones escandalosas, barajadas y confundidas en aquella casa, sin disputa alguna noble y honrada, por la impúdica y funesta tolerancia de las grandes sociedades modernas.
El niño quedó abandonado en el camón del , revolviéndose con los ojos empañados por la enfermedad, y balando débilmente:.
¡Adentro, adentro! Y ayudada por otras mujeres, Teresa y su hija fueron metidas casi a viva fuerza en el , revolviéndose desgreñadas, rojos los ojos por el llanto, el pecho palpitante a impulsos de una protesta dolorosa, que ya no gemía, sino aullaba.
Un día se fijó en que Manolita tenía unas hermosas mejillas de melocotón con ligera película, más fina que el terciopelo de a cuatro duros vara, otro, hizo la observación de que sus ojos eran ardientes ascuas , imagen del dominio común de todos los novelistas por él conocidos, una noche hasta llegó a pensar, revolviéndose en su menguada cama de dependiente, que la hija de don Manuel estaría admirablemente formada, a juzgar por su exterior escultural otra frase cien veces leída, y el resultado de estas y otras observaciones fue confesarse a sí mismo que era esclavo de Manolita y la amaría hasta la muerte.
La pasó en vela, revolviéndose inquieto en su cama, y declarando en voz alta que era el más cobarde de los hombres.
El único que protestaba en la casa, revolviéndose furioso contra las desatinadas innovaciones, era don Eugenio.
Pues entoncesreplicó Juanito revolviéndose entre las sábanas, yo quiero que me digan para qué sirven mamá y Estupiñá, que se pasan la vida mareando a los tenderos y se saben de memoria los puestos de Santa Cruz A ver, que me expliquen esto.
¡Y cómo se me refrescan las memorias! Parece que estoy mirando a aquella prójima que se me apareció una noche en Haymarket, al salir de aquel Bar ¡No me ha ocurrido otra! ¡Y cómo se parecía a esta tonta de Aurora Fenelón! Todo pasó, todo va cayendo atrás revolviéndose en la estela que deja el barco.
El trabajo de su cerebro era una calenturienta y dolorosa mezcla de las funciones del juicio y de la memoria, revolviéndose con desorden y alumbrándose unas a otras con aquella claridad de relámpago que a cada instante despedían.
Pero esto que me desvela ahorase decía revolviéndose en el lecho, ¿es verdad, o lo he soñado yo? Sé que entré, sé que caí en la cama, sé que dormí, y ahora me encuentro con esta impresión espantosa en mi cerebro.
Ved la calle, la casa, los peces de colores nadando y revolviéndose con incesantes curvas en sus estanques, ved las jaulas de grillos colgadas en racimos a un lado y otro de la puerta, fijad la atención en la ventana de la escuela y oíd el rumor de moscardones que por ella sale.
Un mozo que iba a pie, viendo caer al encamisado, comenzó a denostar a don Quijote, el cual, ya encolerizado, sin esperar más, enristrando su lanzón, arremetió a uno de los enlutados, y, mal ferido, dio con él en tierra, y, revolviéndose por los demás, era cosa de ver con la presteza que los acometía y desbarataba, que no parecía sino que en aquel instante le habían nacido alas a Rocinante, según andaba de ligero y orgulloso.
No respondió don Quijote palabra, ni los caballeros esperaron a que la respondiese, sino, volviéndose y revolviéndose con los demás que los seguían, comenzaron a hacer un revuelto caracol al derredor de don Quijote, el cual, volviéndose a Sancho, dijo:.
Jinetes y cabalgaduras entre charcos de sangre, terceloras, sables y morriones caídos acá y acullá, tacos todavía humeantes, lanzones mal encajados en el suelo blando de la hondonada con sus banderolas hechas flecos, algunos heridos revolviéndose en las hierbas, lívidos, exangües, sin alientos para alzar la voz: tal era el cuadro en el campo que ocupó el enemigo.
Mientras alzaba la cabeza, no advirtió que pisaba un áspid dormido, el cual, revolviéndose, le mordió.
La humanidad bulle en ella como denso hormiguero, revolviéndose entre el limo de la miseria y el cieno del pecado.
-¡Esa sí que es impostura gorda! -respondió don Hermenegildo revolviéndose en su asiento y haciendo los más exagerados extremos de indignación-.
-¡Las diez y media! -dijo mi tío revolviéndose en el banco-.
-¡Bah, bah! -refunfuñó el aludido revolviéndose un poco-, no me rompas la cabeza.

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