Ejemplos con retorciéndose

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

La constelación Hidra aparece como una serpiente retorciéndose, y así aparece en algunos mitos griegos.
¡Dios del cielo! ¿Es posible? ¿Es mi cerebro que flaquea, o era de verdad un dedo del cadáver amortajado retorciéndose bajo la venda encerada que lo envolvía? Helado de indecible pavor, levanté poco a poco los ojos, fijándolos en el semblante del cadáver.
Si pudiéramos mirar a través de un microscopio muy potente, veríamos el espacio fluctuando, agitándose y resplandeciendo, retorciéndose en nudos y formando agujeros de donut.
Apenas hay tierra en el suelo, permitiendo que la roca rompa la fina capa de tierra, cubriendo gran parte del suelo, los pocos árboles que crecen lo hacen retorciéndose, buscando en el aire, en el sol, el alimento que niega la estéril tierra a sus raíces.
Al resplandor de esta luz de tempestad, Jaime contempló a sus pies el vaivén de las aguas lanzando sus chorros rugientes en las oquedades de la roca, bramando y retorciéndose con espumarajos de cólera en las tortuosas callejuelas de los escollos.
Ella, tan pudorosa y tímida, mostraba en su agitación los mayores secretos de su desnudez, olvidada de todo, retorciéndose los brazos, llevándose las manos a la cabeza.
El primero que encontraron fue el , moribundo, con la cabeza chorreando sangre, lanzando aullidos y retorciéndose lo mismo que un demonio Ya había acabado de penar.
Dio un brinco y se plantó sobre la baranda del corredor, ascendió luego fácilmente por el grueso sarmiento de la parra que se enlazaba retorciéndose a las columnas de madera que sostenían el tejadillo, encaramose sobre éste y echando una mirada recelosa en torno y otra de ávido anhelo a la ventana del palomar, sacó la lengua y se relamió repetidas veces con repugnante ausencia de sentido moral.
Entre sus arabescos, muy disimulado, hay un corazón estrujado por una mano, del corazón cae un hilo de sangre, que, retorciéndose, describe una equívoca.
Yo necesitaba estar solo para saborear mi felicidad, y en vez de ir al casino o a mi casa, me marchaba al Rompeolas, me sentaba en el pretil con las piernas para afuera y miraba el mar a la luz de la luna o a la luz de las estrellas, retorciéndose en torbellinos furiosos.
Ignoraba si su fin había sido instantáneo, fulminante, saliendo del mundo con una sonrisa de inconsciencia, o si había pasado largas horas de suplicio abandonado en el campo, retorciéndose como un reptil, rodando por los círculos de un dolor infernal antes de sumirse en la nada.
¡Tiros! Adivinó al otro lado de la verja un rudo vaivén de personas, unas retorciéndose contenidas por fuertes brazos, otras huyendo con el galope del miedo.
Sus manos se elevaron sobre su cabeza, retorciéndose con los dedos entrecruzados.
Los caballitos de mar, esbeltos y graciosos como piezas de ajedrez, subían y bajaban en el ambiente azulado, contrayendo sus colas, retorciéndose como un signo de interrogación.
Incorporose de pronto, sacudiéndose y retorciéndose como un león en la agonía.
Miranda, ya un tanto rejuvenecido por los favorables efectos de la primer semana de aguas, se iba con Perico al Casino, al Parque, enderezando la espina dorsal y retorciéndose otra vez los bigotes.
¡Hijo mío! ¡Mi hijo!gemía la madre, retorciéndose en un sofá.
Palmoteaban unos, retorciéndose de risa por lo inesperado del espectáculo, gritaban otros, entusiasmados por el vigor y la rapidez con que saltaban los objetos del buque al mar, corrieron los camareros para dar aviso de estos desmanes, y apareció el mayordomo lanzando gritos y poniéndose con los brazos en cruz entre la borda y los tiradores.
Pablo se acercó a su familia, retorciéndose de risa.
¡Jesús! ¡Jesús! ¡Jesús!y retorciéndose y desgarrándose los vestidos, Lucía se echó en el suelo, y se arrastró hasta Sol de rodillas, y se mesaba los cabellos con las manos quemadas, y besaba a Juan los pies, a Juan, a quien Pedro Real, para que no cayese, sostenía en su brazo.
Quintín permanecía de pie, moviéndose de aquí para allá, atusándose la barba o retorciéndose el bigote con beatífica dulzura.
Marchaban al paso, tímidas, anonadadas, haciendo comentarios en voz baja, siguiendo de lejos a una compañera infeliz que, retorciéndose y gritando como una fierecilla en el cepo, era arrastrada por un alguacil.
Mátameles, síañadió la diabla, retorciéndose las manos.
Cállate, te digo que te callesgritó Fortunata retorciéndose los brazos.
Retorciéndose el rubio bigote contestó sentenciosamente:.
—¡Perdón, perdón! —gritaba la criatura, retorciéndose entre las chispas y las nubes de humo.
—¡Perdón, perdóname! —aulló retorciéndose—.
Pero echó atrás la cabeza, y el brillante hilo pasó sin tocarle, retorciéndose y doblando su extremo hacia arriba, como una serpiente furiosa.
salió hecho unas pascuas, retorciéndose los bigotes y.
, y en mitad del banquete el convidado se levantaba con los ojos extraviados y espumeante la boca, volvía a caer retorciéndose.

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