Ejemplos con resfrió

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Montt murió en Bremen, y al poco tiempo Fernández Albano le siguió también, producto de un resfrió tomado durante los funerales del presidente.
Siendo así que entonces en la ciudad se cometieron mil excesos e injusticias, se dice que, lo que más mortificó a los Atenienses fue que, habiéndoseles mandado pagar y entregar sin dilación doscientos cincuenta talentos, cuya exacción se hizo de una sola vez y sin excusa, cuando Demetrio vio todo el dinero junto, dio orden de que para jabón se entregara a Lamia y a las otras mozuelas que tenía consigo: porque sintieron más la vergüenza que la multa, y la expresión de desprecio más que la violencia de hecho. Algunos dicen que no fue con los Atenienses con quienes esto se ejecutó, sino con los Tésalos. Fuera de esto, queriendo Lamia dar un banquete al rey, exigió por su propia autoridad dinero a muchos, y fue tan celebrado por su suntuosidad este convite, que Linceo de Samo escribió una historia de él. Con este motivo hubo un poeta cómico que llamó a Lamia, con tanto donaire como verdad, Helépolis. Demócares de Solos llamaba a Demetrio Cuento, porque decía que tenía como los cuentos su Lamia o Hada. Daba esta mujer celos y envidia, con ser tan querida y obsequiada, no sólo a las mujeres legítimas de Demetrio, sino aun a sus amigos. Fueron en una ocasión embajadores de parte de Demetrio a Lisímaco, a quienes éste en un momento de ocio mostró en los muslos y en los brazos cicatrices profundas de las uñas de un león, y les refirió la lucha que había tenido con aquella fiera por haberle encerrado con ella el rey Alejandro, y ellos, echándose a reír, le dijeron que también su rey llevaba en el cuello mordiscos de otra fiera cruel, que era Lamia. Era cosa de admirar que habiendo andado con reparos al principio para casarse con File por razón de la edad, se hubiera dejado vencer de Lamia y la hubiera amado por tanto tiempo, pasada ya y muy pasada su flor. Así es que Demo, llamada también Mania, habiendo tañido la flauta Lamia sobre cena, como le preguntase Demetrio “¿Qué te parece?”, “Vieja, señor”, le respondió. Y en otra ocasión, habiéndose puesto en la mesa grande abundancia de postres, diciéndole el mismo Demetrio: “¿Ves qué de cosas me envía Lamia?”, “Muchas más te enviaría mi madre- le respondió- si quisieras dormir con ella”. Consérvase finalmente en memoria la objeción de Lamia contra la sentencia llamada de Bocoris. Se había enamorado uno en Egipto de la cortesana Tonis, a la que había ofrecido una gran suma, habiéndole parecido después entre sueños que yacía con ella, se resfrió en su deseo y ella le puso pleito sobre el precio convenido. Diose cuenta a Bocoris y mandó que el amador trajera a su presencia en un talego todo el dinero prometido, y que con la mano lo sacudiera a uno y otro lado, y la cortesana se contentara con la sombra, teniendo a la opinión por sombra de la verdad, pero Lamia repuso que esta sentencia no era justa, porque la sombra no satisfizo en la cortesana la codicia del dinero, como el sueño había borrado el amor en el mancebo. Mas baste lo dicho acerca de Lamia.

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