Ejemplos con remolón

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

El payés, con ese egoísmo rústico propenso a huir de la desgracia, hacíase el remolón, evitando el cumplimiento de sus obligaciones.
Entonces, si el amiguito se hacía el remolón y no se apresuraba a compartir con él la golosina, arrimaba el hocico y, no se la arrancaba violentamente, que esto no cuadraba a su educación ni a su carácter diplomático, pero con sutileza increíble se insinuaba, se insinuaba, principiaba por lamer tímidamente el pastel y concluía por abrir con extrema delicadeza la mano del niño y engullírselo.
O era que se hacía el remolón para que le dieran mimo y le llenaran la pandorga, dejándole las horas muertas sentadito al sol, o a la sombra cuando el sol picaba más de la cuenta.
El tiempo, remolón, simulaba una inmovilidad burlona y traicionera.
Basta ya de hacer el niño mimoso y el enfermito remolón.
Andrés, cómo agradecen los caballos que el jinete eche unas copitas? Es cosa sabida, para hacer andar un caballo remolón, no hay como verterse entre pecho y espalda un jarrito de ginebra Pues ahí donde usted la ve, D.
O era que se hacía el remolón para que le dieran mimo y le llenaran la pandorga, dejándole las horas muertas sentadito al sol, o a la sombra cuando el sol picaba más de la cuenta.
¿Se hacía el asistente remolón para ir a desempeñar un recado? Pues no faltaba un «¡Granizo! ¿Vas o te hago ir más que de prisa? ¡Granizo!».
Y andando, andando, cuanto más andaba más remolón se iba haciendo, porque según oreaba los propósitos con el aire de la calle, menos cuerdos le parecían.
Pero le enseñó desde chiquito tantas mañas y tantas burradas, que toda su vida quedó el potrillo remolón y testarudo, y que poco faltó para que también le saliera una cruz en las espaldas y aprendiera a rebuznar.
del otro mundo no se hacía el remolón, y se espontaneaba.
Un travieso muchacho fustigaba á un burro remolón, y tanto hubo de castigarlo, que el cachazudo cuadrúpedo perdió su genial calma, y le aplicó tan tremenda coz en el ombligo que lo dejó patitieso.
El Señor, de rato en rato, metía la mano en la manga y llevaba a la boca una cereza, y como quien no quiere la cosa, al descuido y con cuidado dejaba caer otra, que San Pedro sin hacerse el remolón se agachaba a recoger, engulléndosela en el acto.
El altivo Monteagudo se hizo el remolón, y volviendo la cara hacia el grupo de acompañantes, gritó: «Un criado que reciba el sombrero de su excelencia».
¿Mandas algo? Dame tus encargos, hija de Eneo, que ando ya mucho tiempo remolón.
El tiempo, remolón, simulaba una inmovilidad burlona y traicionera.

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