Ejemplos con regularidad

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

A las once y media de la mañana abandonaba al nieto, y calándose un sombrero de copa, de seda negra en invierno y de castor en verano, salía a dar un paseo por las calles de Palma, siempre por igual sitio e idénticas aceras, lo mismo cuando llovía que cuando abrasaba el sol, insensible al frío y al calor, puesto de levita en todo tiempo, siguiendo su marcha con la regularidad de los autómatas de reloj, que aparecen, caminan y se ocultan al sonar ciertas horas.
A unas personas se les colma de sopetón la vasija, y caen dormidas en un sueño inerte y sin ensueños, luego la vasija se va desaguando con regularidad, y en las tempranas horas mañaneras la cabeza se halla vacía, limpia, despejada y el cuerpo con anhelo de ejercicio.
Su vida externa, el curso y movimiento de su vida social, era al modo de una rueda dentada, en engranaje con otras, esta rueda cada día realizaba mecánicamente una vuelta completa, entreverando sus dientes con los dientes de las demás ruedas, siempre los mismos y siempre de la propia forma y disposición, y de suerte que no cabía averiguar si ella hacía girar a las otras o las otras le hacían girar a ella, o si la una y las otras rodaban con regularidad a impulsos de un mecanismo incógnito y enorme.
A trechosbrillando entre los árboles o partiendo el camino con una inoportunidad que obligaba a molestos rodeosextendían sus láminas acuáticas unos charcos enormes, todos iguales, de una regularidad geométrica, redondos, exactamente redondos.
El empequeñecimiento del territorio nacional se efectuaba con una regularidad metódica, a razón de cincuenta kilómetros diarios.
Cuando iba a la capital, pasaba inadvertido por su aspecto rústico, con las mismas polainas que usaba en el campo, el poncho arrollado como una bufanda y asomando sobre éste las puntas agresivas de una corbata, adorno de tormento impuesto por las hijas, que en vano arreglaban con manos amorosas para que guardase cierta regularidad.
La doctora, como si adivinase la necesidad de atizar su odio contra el gran enemigo, apelaba a los recuerdos históricos: Gibraltar robado por los ingleses, las piraterías de Drake, los galeones de América apresados con metódica regularidad por las flotas británicas, los desembarcos en las costas de España, que habían perturbado la vida de la Península en otros siglos.
Todo funcionaba en sus entrañas con una regularidad vital, sujeto a las leyes generales de la existencia.
Era una bella cabeza, más por la expresión y carácter que por la misma regularidad de facciones.
Tal era para Miranda el resultado físico: el moral era un anhelo de reposo y bienestar egoísta, esa regularidad del hábito, esa tiranía de la costumbre que se impone en la edad madura, y que mueve a tener como desdicha irreparable el que la comida o el sueño se retrasen media hora más de lo ordinario.
Acostumbrados a verla impasible cumpliendo los deberes domésticos con la regularidad de un reloj, les era forzoso un esfuerzo grande de penetración, que no todos pueden llevar a cabo, para adivinar la verdadera fisonomía moral de la primogénita de los Belinchón.
Sonaban los golpes del acero y el de los acompañantes con una regularidad mecánica, interrumpidos algunas veces por el de los barrenadores, que al respirar jadeantes, parecían escupir su cólera sobre la piedra enemiga.
Pero no había que temer: sus brazos mostraban la regularidad de una máquina.
Y mientras la joven iba soltando con automática regularidad los pecados de siempre, murmuraciones en las visitas, mentiras sin importancia, deseos de humillar a las amigas, desobediencias a su madre, miraba a través de la rejilla al famoso jesuíta, su cara sin una arruga, la nariz aguileña, aquella sonrisa dulce que parecía acariciar, pero que a ella le causaba cierto miedo, como si fuese una tenaza irresistible que extraía las verdades por hondas que se ocultasen.
Había querido ser dueño de las minas, y suyas eran en su mayor parte, dándole un rendimiento fabuloso, con la regularidad de una fuente tranquila y perenne.
Muchacho, ¿te atreverías tú con todo eso? ¡Vaya si se atrevió! El millonario reconocía que desde que Sanabre estaba al frente de los altos hornos marchaba la explotación con más regularidad, siendo menos frecuentes los conflictos entre la administración y el ejército obrero.
Marchaban por plataformas de tierra refractaria, surcadas con una regularidad geométrica por pequeñas zanjas que servían de moldes al mineral en fusión.
Sus ojos lo examinaban todo con estupefacción, como admirados de que cada objeto estuviera en el mismo sitio que cinco años antes, con una regularidad que hacía dudar de si realmente había transcurrido el tiempo.
La regularidad y noble simetría de todas las facciones infundían amor y respeto, pero las angustias del patíbulo, los horrores de la agonía, los tormentos todos estaban marcados en aquella cara flaca y macilenta, y en aquel pecho y en aquel costado herido por la lanza.
Los peones le conocían, como si fuese un contratista o maestro de obras, y cuando le faltaban estas distracciones emprendía atroces caminatas: iba a pueblos distantes, andando siempre con una regularidad mecánica, el cuadrado sombrero sobre las cejas, flotante el paleto, que no abandonaba ni aun en el verano, y bajo el brazo el bastón de su juventud, una caña vieja y resquebrajada, con puño redondo de marfil que casi era una bola de billar.
Sus instintos de comerciante honrado, amigo de la regularidad, sublevábanse al pensar en un medio tan vergonzoso de adquirir dinero.
Doña Manuela tenía dinero, comenzaron a pagarse las cuentas con regularidad, los proveedores no la molestaron ya exigiendo el pago de los atrasos, y la modista francesa, después de embolsarse algunos miles de reales que creía perdidos para siempre, hizo a las niñas de Pajares nuevos trajes para lucirlos en la feria de Julio.
Esta mitad de la plaza no tenía la regularidad monótona del tendido de sombra.
Era joven, había regularidad en su semblante, tenía la barba algo crecida, los ojos vagos, la tez cárdena y lustrosa.
Y es que si los estados más sólidos se quebrantan cuando la hacienda no marcha con perfecta regularidad, aquella casa, hogar, familia o lo que fuera, no podía menos de resentirse de las anomalías de un presupuesto cuyo carácter permanente era el déficit.
Estas cosas daban a Fortunata alegría y esperanza, avivando los sentimientos de paz, orden y regularidad doméstica que habían nacido en ella.
Las personas muy rutinarias y ordenadas que se acostumbran a las dulzuras tranquilas del método en la vida, concluyen, abusando en cierto modo de la regularidad, por someter al casillero del tiempo, no sólo las ocupaciones, sino los actos y funciones del espíritu y aun del cuerpo que parecen más rebeldes al régimen de las horas.
Los paseítos por la noche para tomar el tranvía del , las excursiones a algún teatro de verano, las tertulias en casa de Samaniego o de Rubín, las garatusas del crítico en la calle, la romántica figura de Olimpia colgada en el balcón como una muestra o insignia que dijera: aquí se ama por lo fino , las extravagancias de Ballester, los espasmos de Maxi, todo continuaba repitiéndose de día en día con regularidad de programa.
El cura de Boán sacudía estacazo limpio, con regularidad y energía infatigables.
A pesar de conocer a Orense y haber estado en Santiago cuando niño, discurría y fantaseaba a su modo lo que debe ser una ciudad moderna: calles anchas, mucha regularidad en las construcciones, todo nuevo y flamante, gran policía, ¿qué menos puede ofrecer la civilización a sus esclavos? Es cierto que Santiago poseía dos o tres edificios espaciosos, la Catedral, el Consistorio, San Martín.

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