Ejemplos con refunfuños

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Si te acercas a la casa de don Julián Montes escucharás constantes refunfuños y regaños dirigidos, sobretodo, a los niños ruidosos que pasan por ahí.
, con refunfuños de impaciencia, tiraba de mí.
El contento relativo de Doña Leandra en su matutina excursión amargábase al llegar a casa cargadita de orégano y hojas de laurel, porque si era muy del gusto de ella la mudanza a la Cava Baja, sus hijas Eufrasia y Lea renegaban de la instalación en barrio tan feo y distante de la Puerta del Sol, a cada momento se oían refunfuños y malas palabras, y no pasaba día sin que estallara en la familia un vivo altercado, sosteniendo de una parte los padres el acierto de la mudanza, y las hijas maldiciendo la hora en que unos y otros juzgaron posible la vida en aquel destierro.
Conformábase el hombre, no sin interiores refunfuños, y pensaba que, si no el corazón, la pierna derecha había de agradecer aquel mandato inflexible de la Divina Voluntad.
Todo franqueza y espontaneidad comunicativa, Milagro contaba los refunfuños y genialidades de su mujer, las bataholas de sus chiquillos menores, y las gracias habilidosas de sus dos niñas.
Fortunata comprendió que también quería meterse con ella, mas no teniendo ganas de reñir, dejaba sin contestación sus refunfuños.
La cual sufre después, y no lo cuenta, los refunfuños y desabrimientos de su ama, como en otro tiempo sufrió los de la señora Braulia por idénticos, aunque no tan notorios motivos.
y, créelo, Solita, muchas cosas más que yo haría si me dejaras en paz y en gracia de Dios, libre de refunfuños y sermones, si tuvieras fe en mí, si jamás te acordaras de preguntarme dónde he estado, de dónde vengo y adónde vamos, porque soy de un temperamento tan especial, que los mejores propósitos se me evaporan si me preguntan por ellos antes de realizarlos, y en fin, Solita, porque mucha de la estimación en que tenemos a una persona, consiste en el buen concepto que ella forma de nosotros.
Empezó luego el reparto de lo que quedaba en los bolsillos, y no faltaron entonces reclamaciones, protestas y refunfuños de una y otra parte, y aun llegó a riña formal, entre el anciano y Gabriel, lo que empezó por quejas del primero sobre el incidente de la aceituna, al ofrecer su ración, un tanto mermada, al segundo.
Los primeros refunfuños ella los desvaneció con algunos besos, pero el fondero no sólo se había asustado de la suma que le costaban los vestidos de su esposa, sino que este lujo los separaba cada vez más.
Doña Gramática, con refunfuños de impaciencia, tiraba de mí.
¿De dónde sacaste aquel tipo septentrional más frío que el hielo, compuesto no de pasiones, virtudes, debilidades y prendas diferentes, sino de capítulos de libro y de hojas de Enciclopedia? Observa ahora la verdad palpitante, y no vengas con refunfuños de una moral de cátedra a llamar graves defectos a los que en realidad son tan sólo accidentes humanos, partes y modos de la verdad natural que en todo se manifiesta.
Esto era tan natural como la salida del sol, y yo haría muy bien en guardar para otra ocasión mis refunfuños profesionales, porque ni venían al caso ni hubieran producido más resultado que hacerme pasar por impertinente y pedantesco.
El quinto, no atormentarlo con celos y refunfuños.
La excitación no pasó de oleadas y refunfuños, y el verdugo Pancho Sales llenó tranquilamente sus funciones.
Pero Zancajos se pintaba solo para descifrar gruñidos y refunfuños, y ajustando los de don Robustiano a su deseo, declaró «el belén» anticipado y acordó, en nombre de los demás, que tendría lugar tan pronto como se despachasen todas las ''zarandajas'' indispensables.
aguantarles refunfuños y malos modos, para que al alba continúe el viaje,.

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