Ejemplos con refugiaban

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Cuando el peligro era mayor, se refugiaban en la sierra del Eje, territorio libre para los guerrilleros durante varios años.
Esto llevó a una paradoja cuando Rusia apoyó las políticas conservadoras en Valaquia y Moldavia mientras los revolucionarios se refugiaban en Estambul.
En el Castillo de Cardona se refugiaban las tropas del marqués de Campo Verde, capitán general de Cataluña, que se habían agrupado desde la Segarra.
Disponía de dos zonas: el albacara, donde se refugiaban los moradores de los arrabales con todos sus enseres y ganados cuando existía amenaza de peligro, y el recinto principal donde se guardaban las armas, las vituallas, estaban instalados los aljibes y los almacenes, así como la residencia del jefe del grupo, militar o alcaide encargado de la defensa.
Los dulcinitas se procuraron alimento por medio de pillajes cometidos en las campiñas de Valsesia, mientras se refugiaban en una improvisada fortificación en el monte Rubello, cerca de Biella, soportando la hambruna y las nevadas.
Los eliminados de los clanes se refugiaban en la isla del muerto donde tenía lugar la última competencia donde el perdedor resultaba eliminado.
El Asedio al Santuario de Nuestra Señora de la Cabeza fue un episodio de la guerra civil española que realizaron las tropas republicanas a un grupo de Guardias Civiles que se refugiaban en el Santuario de Nuestra Señora de la Cabeza en Andújar, Jaén.
Los jurisconsultos, aquellos que poseían el sentimiento más riguroso del derecho que es aquel conjunto de reglas que someten las relaciones humanas en la sociedad civil, y hombres versados en la ciencia del derecho y dotado en ella de conocimientos poco comunes, que comprendían que las leyes, tan fácilmente atropelladas por la prepotencia de los magnates, escritas a menudo al antojo de la política e impotentes para mantener la justicia y para satisfacer todos los intereses, pues ellos mismos se refugiaban en el estoicismo por los siguientes motivos:.
Desde mediados del siglo XVII se consideró necesario defender la playa de San Andrés para proteger a los barcos que se refugiaban en sus aguas huyendo de los piratas y para alejar a los buques enemigos y hacerles perder su barlovento, tan necesario para acercarse y batir los fuertes de Paso Alto y de San Miguel.
El vampiro macho alfa al golpearse contra el vidrio del laboratorio donde se Refugiaban Neville,Ana e Ethan, el vidrio al fracturarse forma una mariposa.
Otra versión del origen de este platillo es que cuando los marinos que pescaban las anchoas, llegaban al puerto de Napoles y mientras vaciaban sus bodegas se refugiaban en las casas de cita de la ciudad.
En un pueblo se refugiaban setenta españoles.
Fue este el nombre que recibió el antiguo castillo ubicado en el lugar donde hoy se encuentra la iglesia parroquial y donde se refugiaban los arrobdas o vigilantes cobradores.
En lo más alto, como puntos negros, volaban hacia la isla grande otros pájaros fugitivos: los halcones que se refugiaban en el Vedrá y daban caza a las palomas de Ibiza y Tormentera.
Las iglesias de los pueblos eran aún verdaderas fortalezas con torres robustas, donde se refugiaban los labriegos al enterarse por las fogatas de que desembarcaban enemigos.
Los freos eran hervideros de olas, los peñones se cubrían de espuma, los rudos hombres de mar retrocedían vencidos, los barcos se refugiaban en los puertos, el paso se cerraba para todos, las islas quedaban apartadas del resto del mundo Pero esto nada significaba para la marinera invencible de cráneo pelado, para la caminante de piernas de hueso, que podía correr con gigantescos saltos por encima de montañas y mares.
Su buque era el único refugio para el resto de su existencia, y debía acogerse a él como los grandes criminales de otros siglos se refugiaban en el asilo de los monasterios.
Pero sus ojos, unos ojos de estudio, con la pupila mate, grandes, asombrados y miopes, se refugiaban detrás de unas gafas de gruesos cristales, dándole un aspecto de hombre pacífico.
Todos se refugiaban en Lucera dei Pagani, castillo defendido por los sarracenos al servicio de Federico, únicos fieles a su memoria.
Unos se refugiaban en los puertos neutrales más próximos, temiendo a los cruceros enemigos.
Los jóvenes de la clase media, vencidos en esta competencia se refugiaban en las artesanas, y no lo pasaban mal.
Pero los pobres obreros o marineros, vencidos por los señoritos, ¿dónde se refugiaban? No les quedaba más recurso que la taberna y los palos.
En las tardes de invierno, después del coro, el músico y Gabriel se refugiaban en aquella habitación.
Arrimado a la torre, en su rollo grietado y leproso, el cascado reloj virreinal, con su esfera de mármol y sus agujas doradas, invisibles para quien las viese de lejos, porque las ocultaba el ramaje de soberbios ahuehuetes, a cuya sombra se refugiaban los lechuguinos que cada domingo, después de la misa de doce, se instalan allí para ver a las muchachas que salen de misa muy emperifolladas y de ataque.
Felipe II, cuando la intolerancia protestante en las Islas Británicas era tan feroz como la intolerancia católica en nuestra tierra, y tuvo por objeto facilitar la enseñanza de la Sagrada Teología a los hijos de los emigrados irlandeses que se refugiaban en la Península, perseguidos de muerte a causa de sus creencias religiosas.
Los más se refugiaban en sus casas, cerraban las puertas con estrépito y se asomaban a los postigos de las ventanas para preguntar al vecino o al transeúnte el motivo de aquellas carreras, cerramientos de puertas y exclamaciones.
Las mujeres y los niños se refugiaban en los entresuelos, tan lóbregos de noche como de día.
Allí se refugiaban y confundían todos los caprichos sucesivos de Alberto, los cuernos de caza, las flautas, los violines, una orquesta completa, pues Alberto había tenido por un instante, no la afición, sino el capricho de la música, los caballetes, los pasteles, ya que al capricho de la música había seguido el de la pintura, en fin, los floretes, los guantes del pugilato, las espadas y los bastones de todas clases, porque siguiendo las tradiciones de los jóvenes a la moda de la época a que hemos llegado, Alberto de Morcef cultivaba con una perseverancia infinitamente superior a la que había tenido con la pintura y la música, las tres artes que completan la educación ''leonina'': la esgrima, el pugilato y el palo, y recibía sucesivamente en esta pieza destinada a todos los ejercicios corporales, a Grisier, Coolas y Carlos Lecour.
En aquellos tiempos no había ópera, y los grandes señores amantes de la música se refugiaban en el canto litúrgico, hablando de dicho arte con monjes y canónigos.
Llegaron a una cueva donde se refugiaban unas cabras monteses, y el león se quedó a guardar la salida, mientras el asno ingresaba a la cueva coceando y rebuznando, para hacer salir a las cabras.

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