Ejemplos con reedificó

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Asimismo reedificó y ornamentó con grandes riquezas el santuario del Inticancha o recinto del Sol, cuyo nombre hizo cambiar por el de Coricancha, que significa recinto de oro.
Dueña absoluta del imperio asirio, fundó o reedificó en los pantanos del Éufrates la más bella y célebre ciudad de Oriente y del mundo, Babilonia, a la que rodeó de muros y de fortificaciones inmensas y adornó con palacios suntuosos y jardines pensiles que se han colocado entre las maravillas del mundo.
La universidad no tenía las facilidades para manejar una entrada tan grande, así que él compró parte de una base militario en y lo reedificó para albergar a algunos de los estudiantes.
El castillo de Pedraza es una fortaleza construida en el siglo XIII que se reedificó en el siglo XV.
Otro de los problemas con los que se encontraban era la de la defensa de los innumerables ataques berberiscos y turcos, motivo por el cual se reedificó la muralla rodeando todo el núcleo central de la población.
Ayudó con una fuerte suma a edificar el Monasterio de San Pablo de Burgos, y reedificó otras iglesias y monasterios de su obispado, entre ellos la Catedral de Burgos, cuya construcción permanecía paralizada desde hacía tiempo.
En un libro de armas se narra que cuando Alfonso VII, el Emperador reedificó Soria se descubrió una gran piedra con un signo grabado que recordaba a una S , la cual se añadió al castillo de Oria y dio la actual voz Soria.
Se reedificó sobre la antigua ermita de la que se desconoce su origen.
entró en ella por marzo de sesenta y siete, con ciento treynta y seis españoles y pacificó y reedificó los dos pueblos despoblados, y a este de San Francisco llamó Santiago de León y el Collado, que está en la costa de la mar, nuestra señora de Caraballeda poblándolos en el mismo sitio que antes estaban.
Reedificó el pueblo de Yapeyú, creó un registro civil que dejó en manos de los curas párrocos, pero que tenía carácter obligatorio y nivel provincial, creó una oficina especializada en las mensuras de campos, intentó la colonización del Chaco frente a las costas de su provincia.
Conserva de su primitiva traza gótica la cabecera, siendo el resto del edificio de estilo barroco, ya que la Duquesa de Gandía la reedificó totalmente en el siglo XVI.
En el siglo XIII el común pasó a manos del infante Don Juan Manuel que reedificó el viejo y destruido castillo de la localidad.
En la ciudad de Cartago reedificó la sede del Cabildo y, por su cuenta, edificó y reconstruyó las iglesias de varias reducciones indígenas.
Esta aldea no tiene iglesia, ya que fue destruida durante la Revolución francesa y no se reedificó.
Durante su gestión se reedificó el seminario de San Cristóbal de las Casas.
En la base de uno de los pilares del crucero hay una inscripción que dice: Aquí yace el obispo Antonio, hermano de los reyes godos, cuya ánima Dios aya, el cual reedificó e acabó esta iglesia.
El el siglo XII se reedificó el ala sur y se construyó la torre sobre un pasadizo de arco apuntado, donde se exponían imágenes sagradas para su devoción.
En efecto, bajo su mandato se reedificó el viejo palacio episcopal de Cáceres, dándole entrada por la plaza de Santa María y se construyó de nueva planta la capilla antigua de las reliquias en la catedral de Coria, que labraron el escultor Lucas Mitata y Juan Bravo.
Afortunadamente intervino el ilustre benefactor Queretano don Juan Caballero y Osio, quien reedificó desde sus cimientos la iglesia y el Colegio, al mismo tiempo que fundaba y dotaba espléndidamente al Colegio de San Francisco Javier.
Entonces se dedicó con la mayor actividad al fomento y mejora de las Poblaciones: reedificó un gran número de casas que estaban ruinosas, promovió los plantíos de olivos y vides, y ejecutó obras nuevas de importancia.
Finalmente el Canónigo Ignacio Duque reedificó el templo, con frontis, torres y cúpula, Allí se venera un cuadro de Nuestra Señora de Belén, muy antiguo y de gran veneración, que fue traído o de España o de Quito en los principios del siglo XVII.
Se reedificó desde el crucero hasta el coro, se cambiaron los arcos, se amplió ventanas y el resultado fue que el templo adquirió amplitud, sencillez y uniformidad en cuanto a su construcción que hasta hoy se admira.
Tras la destrucción del convento el complejo se reedificó creando el colegio que perdura hoy en día.
En el siglo XVI se reedificó gran parte de la iglesia.
En Zamora, reedificó el claustro de la Catedral, destruido por un incendio.
Organizó la defensa de la frontera del Chaco y de la frontera norte, reorganizó el sistema de justicia, reedificó la iglesia matriz, y poco más.
Reedificó el templo donde tuvo lugar el milagro de su conversión, y lo consagró a aquella que en la tierra sufrió y lloró en la orfandad, y que es ahora en el trono de Dios la protectora de los desamparados.
El indio compró un terreno, aumentó el ganado, reedificó su casita, se hizo elegir mayordomo para la fiesta del patrono del pueblo, que festejó en grande, y nadie acertaba a explicarse tan repentino cambio de posición sino atribuyéndolo a pacto con el demonio.
Observando que era de carácter poco flexible y de los que no pueden ser llevados por la fuerza, pero que con la razón y el discurso se le conducía fácilmente a lo que era decoroso y justo, por sí mismo procuró más bien persuadirle que mandarle, y no teniendo bastante confianza en los maestros de música y de las demás habilidades comunes para que pudieran instruirle y formarle, por exigir esto mayor inteligencia y ser, según aquella expresión de Sófocles, Obra de mucho freno y mucha maña, envió a llamar el filósofo de más fama y más extensos conocimientos, que era Aristóteles, al que dio un honroso y conveniente premio de su enseñanza, porque reedificó de nuevo la ciudad de Estagira, de donde era natural Aristóteles, que el mismo Filipo había asolado, y restituyó a ella a los antiguos ciudadanos, fugitivos o esclavos.
Esforzóse, sin embargo, en reparar la ciudad de aquella calamidad, por un feliz acaso, una lluvia que sobrevino al tiempo mismo de ser tomada apagó el incendio: y él, sin salir de allí, reedificó el mayor número de casas arruinadas, dio acogida a los Amisenos que habían huído y establecimiento a los demás Griegos que quisieron acudir, señalándoles un término de ciento veinte estadios.

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