Ejemplos con recordé

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Al dar las once sin notar hastío ni cansancio en los oyentes le recordé a mi hermano lo avanzado de la hora y nuestro compromiso del teatro, y dirigiéndose a la Reina le anunció nuestra retirada a lo que contestó esta algo sorprendida: ¿Tan pronto?.
Recuerdo que tiré la lanza y que pelé el corvo viejo, le cerré las espuelas al matungo y cuando recordé corríamos como huracán detrás de los indios, que disparaban como alma que lleva el diablo.
Recordé a un personaje en el que había pensado hace años, que podría rodar hecho una bola para destrozar a sus enemigos.
Recordé lo que él me había dicho la noche anterior: que su padre, Apolonio, creía, de conformidad con la sapiencia búdica, que cada hombre lleva su destino escrito en la frente, con caracteres invisibles.
Quiero decir, en lenguaje vulgar, que al salir a la calle recordé que don Telesforo Rodríguez, el profesor del Seminario, me ha pedido un libro que hace tiempo te presté:
Recordé que aquel viejo era el mismo que encontramos Recalde y yo cuando, después de nuestra expedición al , anduvimos buscando al que tenía la llave de la lancha que solía estar atada en la punta del Faro.
Seguí cultivando mi estoicismo, recordé que debía tener un cortaplumas en el bolsillo, y esta idea me animó a esforzarme para soltar la ligadura de las manos.
Mirándole bien recordé haberle visto en la casa de Delfina y en la tienda de ataúdes.
Recordé las santas palabras: Allah es quien hace germinar los seres en el seno de las madres.
Al salir, despedido en la puerta por la blanca , oí de nuevo los rezos lúgubres, y recordé las palabras del Profeta: Escrito está que sus corazones se petrifican en el egoísmo.
Recordé aquellos días amargos en que por primera vez me alejé de los míos, niño tímido y medroso, en quien cifraban sus tías las más risueñas esperanzas.
Entonces recordé estas palabras de la doncella, palabras que resonaron detrás de mí como si ella me hablase al oído.
Recordé cosas y sucesos pasados, evoqué memorias dolorosas de la niñez, pesares y amarguras infantiles, los tristes días de colegio, las melancolías del primer amor.
¡Triste condición la de quién está obligado a servir a otro! Y entonces recordé, uno por uno, todos los malos ratos que había pasado yo en la casa del jurisperito, y en los cuales no reparé nunca, aunque no fueron pocos.
Cuando esta noche, sentado en el Prado, esperaba la llegada de una brisa respirable, levanté los ojos al cielo, y, al verlo cuajado de estrellas, recordé las noches pasadas en el campo, bajo los árboles, sin otra luz que la de la luna, al lado de personas queridas, oyendo el rumor melancólico del agua y respirando un ambiente cargado de esencias de tomillo y de romero.
Y entonces recordé esta verdad, que me dijo mi padre hace muchos años:.
—Cuando yo recordé y volví en mí de otro desmayo, me hallé, señor, en vuestros brazos sin honra, pero yo lo doy por bien empleado, pues al volver del que ahora he tenido, ansimismo me hallé en los brazos del de entónces, pero honrada, y si esta señal no basta, baste la de una imágen de un crucifijo, que nadie os la pudo hurtar sino yo: si es que por la mañana le echastes ménos, y si es el mismo que tiene mi señora.
Recordé que yo también tenía puños y no flojos, y a ciegas, como estaba por la vergüenza y el despecho, comencé a esgrimir los brazos en todas direcciones, y a machacar cráneos, halláranse o no coronados por apéndices tan ignominiosos como el que a tales mal-andanzas me arrastraba en aquel día infausto.
¡Recordé haber recibido la puñalada en el momento de estar apisonando la tierra para volver a cubrir la fosa! Haciendo esta operación, me apoyé contra un sauce, detrás de mí había una roca artificial destinada a servir de banco a los paseantes, porque al dejar caer la mano, sentí el frío de aquella piedra, a.
Todos estos detalles que recordé después de algún tiempo, no me sorprendieron en el momento en que los presenciaba, nada era para mí más natural que lo que estaba pasando y excepto la historia del diamante, que me parecía un poco inverosímil, todo lo encontraba fundado.
Con una mano cogí la bujía ya preparada, y con la otra busqué un papel para encenderlo en la moribunda llama que quedaba en la chimenea, pero por miedo a que, debido a la oscuridad, cogiera un papel interesante en vez de otro inútil, hallábame perplejo, cuando recordé haber visto en el famoso breviario que estaba sobre la mesa un papel viejísimo, ya casi negro, que seguramente.
Su hermosura, y sobre todo sus muslos admirables, me dieron enormemente qué pensar, y recordé estas palabras del poeta:.
Y la repitió, y yo la recordé muy bien entonces.
Confieso que olvidé enteramente a mi compañero de viaje para recrearme en aquellos pormenores, y sólo recordé al notar que el tren se detenía en la estación y escuchar que el artificialista me decía:.
Recordé esta frase del señorito, y al recordarla, me deslumbró más aún aquella luz diabólica que llegaba adentro, al fondo de mi ser de hombre apasionado, caprichoso, en la plenitud de la edad.
Y dejándome llevar ya de mi memoria, recordé que pocos días después del triunfo septembrino, el general Serrano acudía a la Fuente Castellana a rendir un tributo de respeto y de admiración a los mismos ''asesinos'' del cuartel de San Gil, que fueron fusilados allí y no en el cuartel mismo, porque su excelencia no tuvo conocimiento de los asesinatos hasta por la noche del día en que se cometieron.
Al volver a ver la casa del Tarumbo, recordé las «cosas» de éste y hablé de ellas al médico.
Les recordé a los buenos franciscanos que no teníamos tiempo que perder, mandamos mensajeros en todas direcciones y se preparó el altar, en el mismo rancho en que se había celebrado la misa el día antes.
Y pensando en esto, me engolfé en otras reflexiones, y cuando la duda horrible y desgarradora me asaltó, recordé a Hamlet:.
Recordé el día de agitación política, las calles rectas y terrosas, el atrio de la iglesia colonial.

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