Ejemplos con reconocemos

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Pero debemos señalar antes que si reconocemos la existencia de mentes colectivas, el trabajo de la psicología social clasifícase bajo tres rótulos:
Y de esta manera se establecen lo que hoy reconocemos como bailables o bailes populares.
Orr y Hilleman juntos desarrollaron el juego que todavía reconocemos hoy como Madden Football, el título de más éxito de ventas en la historia de juegos en Norteamérica.
El plano de lo emocional es el plano de lo que entendemos o reconocemos como entendido, recordado y concluido en nuestras mentes, si percibes una emoción respecto al hecho, no hay necesidad de discusión adicional lo has captado.
Russell, por su obra, y que gustosamente reconocemos que el Señor lo utilizó y bendijo grandemente su obra, pero no podemos en consistencia con la Palabra de Dios consentir en ser llamados por el nombre 'russelistas', que la Watch Tower Bible and Tract Society y la Asociación Internacional de Estudiantes de la Biblia y la Peoples Pulpit Association son meramente nombres de corporaciones que como compañía de gente cristiana poseemos, controlamos y usamos para ejecutar nuestra obra en obediencia a los mandamientos de Dios, pero ninguno de estos nombres propiamente se adhiere o aplican a nosotros como cuerpo de cristianos que seguimos en las huellas de nuestro Señor y Maestro, Cristo Jesús, que somos estudiantes de la Biblia, pero, como cuerpo de cristianos que formamos una asociación, rehusamos asumir, o ser llamados por, el nombre de 'Estudiantes de la Biblia' o nombres semejantes como medio de identificación de nuestra debida posición ante el Señor, rehusamos llevar o ser llamados por el nombre de hombre alguno.
No reconocemos la FDA, o su comisión en colaboración según este aviso, más que como una autoridad irresponsable, extraviada y maldirigida,.
Reconocemos que Harry Potter y las Reliquias de la Muerte está lleno de puntos vitales que completan los arcos de la historia de todos los personajes.
Reconocemos que todos los individuos viven en el seno de comunidades y que algunas acciones son destructivas y están equivocadas.
Aunque en un comienzo se pensó en todo lo que implicaba el traslado desde Santiago hasta el sur del país, reconocemos que ese fue el inicio de la historia de la que más tarde pasaría a llamarse Radioemisoras Armonía.
, reconocemos que el gobierno de Dios es una pura teocracia y que Cristo Jesús está en el templo y en pleno cargo y dominio de la organización visible de Jehová, así como de la invisible, y que LA SOCIEDAD es la representante visible del Señor en la Tierra, y por lo tanto pedimos que La Sociedad organice esta compañía para el servicio y designe sus diferentes siervos, para que todos trabajemos juntos en paz, justicia, armonía y completa unidad.
El vídeo utiliza una muestra de síntesis de voz y de imágenes de nubes con un método lapso de tiempo, mientras que el portavoz se dirige a los líderes de la Cienciología directamente: Reconocemos que como un serio oponente, y estamos preparados para una larga, larga campaña.
Las Asociaciones y Grupos independientes firmantes nos reconocemos como parte de la Hermandad Scout, unidos por una Ley, una Promesa Scout y un origen en Baden Powell.
Entre sus Gaitas más conocidas podemos citar algunas, aunque reconocemos que es difícil ya que en su repertorio cuenta con un sin fin de temas de gran calidad, entre ellas se encuentran: El marciano, El barbero, El mercado los buchones, Sabor Añejo, Amor Chiquinquireño, El Bodegon, la Taguara de Bartolo, y la última que grabo horas antes de su muerte llamada Tu Ave Cantora a duo con Betulio Medina, una gaita dedicada a la nuestra señora de chiquinquira y otras más.
Pero finalmente, todas estas reacciones nos permitieron empezar la tribuna de los lectores, que fue muy apreciada! A menudo los errores son buenos, a partir del momento en que los reconocemos, y que los anunciamos abiertamente: estos intercambios crean lazos entre los lectores y los autores.
La gran verdad, resumen de todas las experiencias de la vida, la verdad que buscamos a tientas y desechamos muchas veces al encontrarla, la que sólo reconocemos en el último momento, cuando ya es imposible recomenzar y los errores no tienen remedio, salía de su boca llorosa: Renuncio a mi divina ciencia y se la doy al mundo.
De improviso unos cuantos tiros les sorprenden a ellos tanto como a nosotros: detienen el paso, extendemos nosotros la vista con ansiedad y recelo en la oscura noche, todos ponemos atento el oído, y al fin nos reconocemos, sin vernos, porque el corazón a unos y otros nos dice: Ahí están.
Si no reconocemos las abdicaciones, ni admitiremos de Rey a ese D.
Si tenemos sarna, nosotros nos la rascaremos: no reconocemos más Rey que a Fernando VII.
¡Cuántas veces nos ocurre que al primer golpe de vista no reconocemos la fisonomía que más acostumbrados estamos a ver! Estos errores son instantáneos, y cuando la aparición nos coge de improviso, que es cuando generalmente ocurre el fenómeno, nos preguntamos: ¿Quién es éste?.
Sabemos que las fuerzas del mal se irán en contra, pero para servir a la humanidad de veras, hay que constituirse en redentor de ella, aunque reconocemos que la humanidad no gusta de los redentores, por ello cuando alguien practica el bien siempre oirá decir: El que se mete a redentor muere crucificado, y es que los humanos no gustan de los redentores.
Los marinos somos como los francmasones, que nos reconocemos unos a otros por ciertas señales.
Nosotros reconocemos los primeros el influjo de las pasiones, desgraciadamente no nos es lícito ignorarlo, concebimos perfectamente la existencia de la virtud en el pecho de una mujer, aun faltando a su deber, convenimos con el autor en que ese mundo que murmura de una pasión que no comprende, suele no ser capaz del mérito que granjea una mujer, aun sucumbiendo después de una resistencia no menos honrosa por inútil, establecemos toda la diferencia que él quiera entre el caso excepcional de una mujer que se halla realmente bajo el influjo de una pasión cuyas circunstancias sean tales que la dejen disculpa, que la puedan hacer aparecer sublime hasta en el crimen mismo, y el caso de multitud de mujeres que no siguen al atropellar sus deberes más inspiración que la del vicio, y cuyos amores no son pasiones, sino devaneos: ¿quiere más concesiones el autor? Pero semejantes casos son para juzgados en el foro interior de cada uno: queden sepultados en el secreto del amor o de la familia.
No los reconocemos.
Reconocemos en todo el discurso una mano maestra, y de buena gana recomendamos su lectura a los aficionados a estas cuestiones literarias, bien seguros de que habrán de sacar del discurso más luz que de todas las discusiones vocingleras de café, y deseosos de que su lectura haga renacer la amortiguada afición a desentrañar y estudiar las muchas y extraordinarias bellezas de nuestro teatro antiguo, que nosotros, dueños de ellas, tenemos olvidadas, al paso que la Europa entera les tributa el justo homenaje de imitación a que son tan eminentemente acreedoras.
No reconocemos magisterio literario en ningún país, menos en ningún hombre, menos en ninguna época, porque el gusto es relativo, no reconocemos una escuela exclusivamente buena, porque no hay ninguna absolutamente mala.
-No es lo mismo -les dije-, primero, porque nosotros no reconocemos que la tierra sea de ustedes y ustedes reconocen que los ganados que nos roban son nuestros, segundo, porque en la tierra no se vive, es preciso trabajarla.
Fijando en las pisadas un instante su ojo experto, empezaron a decir con la mayor naturalidad, como nosotros cuando yendo con otros reconocemos en la distancia ciertos amigos: che, ahí va el gateado, ahí va el zarco, ahí va el obscuro chapino.

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