Ejemplos con recogimiento

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Y así este poeta aristocrático, que no habla nunca más que de lo más íntimo de su alma, crea una poesía que contiene en forma pura, selecta y personal todo lo que constituye el encanto único de la tierra andaluza donde vió el sol, una poesía llena de matices de color y de olores delicados e intensos, de flores y de jardines, de fuentes rumorosas en el misterio de las noches estrelladas, de muchachas soñadoras y pálidas, de pueblos dormidos, de paisajes dolientes, de soledad sonora y luminosa, de dulce y triste recogimiento interior.
¿No te inspira ningún escrúpulo mi reputación de dama honesta? Las poesías de amor son para compuestas a solas y para leídas con recogimiento.
Al amparo de un recogimiento unánime se verificaba en el espíritu de todos ese fino destilar de la meditación, absorta en cosas graves, que un alma santa ha comparado exquisitamente a la caída lenta y tranquila del rocío sobre el vellón de un cordero.
Era un recogimiento de iglesia, impregnado de misterio, un silencio grave, poético, solemne, y parecía sacrilegio turbarlo con una frase o un ademán.
Languideció la conversación entre Artegui y Lucía, y ambos se quedaron silenciosos y mustios, él con su acostumbrado aspecto de fatiga, ella sumida en profundo recogimiento, dominada por la melancolía del anochecer.
Riose la niña de la fractura, y, entreabiertos los ojos y clavados en el techo, se sintió anonadada, invadida por un sopor, un recogimiento profundo de todo su ser.
Yo ¡ay de mí! al pensar que me hallaba, en este día solemne, en medio del silencio de aquellos bosques majestuosos, aun en presencia del magnífico espectáculo que se presentaba a mi vista absorbiendo mis sentidos, embargados poco ha por la admiración que causa la sublimidad de la naturaleza, no pude menos que interrumpir mi dolorosa meditación, y encerrándome en un religioso recogimiento, evoqué todas las dulces y tiernas memorias de mis años juveniles.
Así pues, todos, ancianos, mancebos, niños y mujeres oraban con el mayor recogimiento.
Toda la muchedumbre, guardando un recogimiento religioso, estaba allí, en plena plaza, como en un templo.
El alma que se retira dentro de sí, que se hunde en el abismo insondable de su propia esencia, donde se une o cree unirse con su Dios, ¿qué vale a los hombres? ¿Qué amor les consagra? ¿Qué criatura terrenal podrá existir por cuya suerte se interese? El alma que así se endiosa, encastillada en su recogimiento soberano, lo desdeña todo, menos su propio centro, donde vive identificada con el eterno amante a quien adora y de quien recibe bienaventuranza completa.
Hay en Madrid una institución religiosa de las más útiles, la cual tiene por objeto recoger a las muchachas extraviadas y convertirlas a la verdad por medio de la oración, del trabajo y del recogimiento.
Observó que el Delfín, cuya edad se aproximaba a los veinticinco años, tenía horas de infantil alegría y días de tristeza y recogimiento sombríos.
Y en aquella actitud de recogimiento y tristeza, expiró aquel infeliz hombre.
¡Dos días ya sin misar! Cabalmente desde que era presbítero se había redoblado su fervor religioso, y sentía el entusiasmo juvenil del nuevo misacantano, conmovido aún por la impresión de la augusta investidura, de suerte que celebraba el sacrificio esmerándose en perfilar la menor ceremonia, temblando cuando alzaba, anonadándose cuando consumía, siempre con recogimiento indecible.
Desde su casa y desde su oratorio andaba con el pensamiento los viérnes de cuaresma la santísima estacion de la cruz, y los siete venideros del Espíritu Santo: jamas visitó el rio, ni pasó a Triana, ni vió el comun regocijo en el campo de Tablada y puerta de Jerez el dia, si le hace claro, de San Sebastian, celebrado de tanta gente que apénas se puede reducir a número: finalmente, no vió regocijo público, ni otra fiesta en Sevilla: todo lo libraba en su recogimiento, y en sus oraciones y buenos deseos, esperando a Ricaredo.
Respondióla el caballero que todo cuanto le habia dicho del merecimiento, valor, hermosura, recogimiento y principalidad, por hablar a su modo, de su ama lo creia, pero que aquello del pulcelaje se le hacia algo durillo, por lo cual le rogaba que en este punto le declarase la verdad de lo que sabia, y que la juraba a fe de caballero, que si le desengañaba, le daria un manto de seda de los de cinco en pua.
—Señores, habrá ocho dias que vive en esta casa una señora forastera, medio beata y de mucha austeridad: tiene consigo una doncella de estremado parecer y brio, que dicen ser su sobrina: sale con un escudero y dos dueñas, y segun he juzgado, es gente granada y de gran recogimiento.
—No puedo negar, señora, el conoceros, y que vuestra voz y vuestro rostro no consentirán que lo niegue: tampoco puedo negar lo mucho que os debo, ni el gran valor de vuestros padres junto con vuestra incomparable honestidad y recogimiento, ni os tengo ni os tendré en ménos por lo que habeis hecho en venirme a buscar en traje tan diferente del vuestro, ántes por esto os estimo y estimaré en el mayor grado que ser pueda, pero pues mi corta suerte me ha traido a término, como vos decís, que creo que será el postrero de mi vida, y son los semejantes trances los apuraderos de las verdades, quiero deciros una verdad, que si no os fuere ahora de gusto, podria ser que despues os fuese de provecho.
—Del recogimiento, dijo Leocadia, no hay que tratarme, que tan recosida y tan honesta era yo como cuantas doncellas hallarse pudieran, y con todo eso hice lo que habeis oido: de que él la llevase, no hay duda, y de que ella no me haya agraviado, mirándolo sin pasion, yo lo confieso, mas el dolor que siento de los celos, me la representa en la memoria, bien así como espada que atravesada tengo por mitad de las entrañas, y no es mucho que como a instrumento que tanto me lastima, le procure arrancar dellas y hacerle pedazos: cuanto mas, que prudencia es apartar de nosotros las cosas que nos dañan, y es natural cosa aborrecer las que nos hacen mal y aquellas que nos estorban el bien.
—Podia ser que os engañásedes, replicó Teodosia, que yo conozco muy bien a esa enemiga vuestra que decís, y sé de su condicion y recogimiento que nunca ella se aventuraria a dejar la casa de sus padres ni acudir a la voluntad de Marco Antonio: y cuando lo hubiese hecho, no conociéndoos, ni sabiendo cosa alguna de lo que con él teníades, no os agravió en nada, y donde no hay agravio, no viene bien la venganza.
—En el de perdicion, respondió Tomas, porque en todos estos dias que has estado preso, nunca la he podido hablar una palabra, y a muchas que los huéspedes le dicen, con ninguna otra cosa responde que con bajar los ojos y no desplegar los labios, tal es su honestidad y su recato, que no ménos enamora con su recogimiento que con su hermosura: lo que me trae alcanzado de paciencia, es saber que el hijo del corregidor, que es mozo brioso y algo atrevido, muere por ella, y la solicita con músicas, que pocas noches se pasan sin dársela, y tan al descubierto, que en lo que cantan la nombran, la alaban y la solenizan, pero ella no las oye, ni desde que anochece hasta la mañana no sale del aposento de su ama, escudo que no deja que me pase el corazon la dura saeta de los celos.
Dígame ahora el que se tuviere por mas discreto y recatado: ¿qué mas prevenciones para su seguridad podia haber hecho el anciano Felipe, pues aun no consintió que dentro de su casa hubiese algun animal que fuese varon? Á los ratones della jamas los persiguió gato, ni en ella se oyó ladrido de perro, todos eran del género femenino: de dia pensaba, y de noche no dormia: él era la ronda y centinela de su casa, y el Argos de lo que bien queria: jamas entró hombre de la puerta adentro del patio: con sus amigos negociaba en la calle: las figuras de los paños que sus salas y cuadros adornaban, todas eran hembras, flores y boscajes: toda su casa olia a honestidad, recogimiento y recato, aun hasta en las consejas, que en las largas noches del invierno en la chimenea sus criadas contaban, por estar él presente en ninguna ningun género de lascivia se descubria: la plata de las canas del viejo a los ojos de Leonora parecian cabellos de oro puro, porque el amor primero que las doncellas tienen se les imprime en el alma, como el sello en la cera: su demasiada guarda le parecia advertido recato: pensaba y creia que lo que ella pasaba, pasaban todas las recien casadas: no se desmandaban sus pensamientos a salir de las paredes de su casa, ni su voluntad deseaba otra cosa mas de aquella que la de su marido queria: solo los dias que iba a misa veia las calles, y esto era tan de mañana, que si no era al volver de la iglesia, no habia luz para mirallas.
Ella en este entre tanto pasaba la vida en casa de sus padres con el recogimiento posible, sin dejar verse de persona alguna, temerosa que su desgracia se la habian de leer en la frente.
Contó don Antonio al visorrey todo lo que Carrasco le había contado, de lo que el visorrey no recibió mucho gusto, porque en el recogimiento de don Quijote se perdía el que podían tener todos aquellos que de sus locuras tuviesen noticia.
Este tal graduado, al cabo de algunos años de recogimiento, se dio a entender que estaba cuerdo y en su entero juicio, y con esta imaginación escribió al arzobispo, suplicándole encarecidamente y con muy concertadas razones le mandase sacar de aquella miseria en que vivía, pues por la misericordia de Dios había ya cobrado el juicio perdido, pero que sus parientes, por gozar de la parte de su hacienda, le tenían allí, y, a pesar de la verdad, querían que fuese loco hasta la muerte.
Sólo Sancho Panza se desesperaba con la tardanza del recogimiento, y sólo él se acomodó mejor que todos, echándose sobre los aparejos de su jumento, que le costaron tan caros como adelante se dirá.
Pues si la mina de su honor, hermosura, honestidad y recogimiento te da sin ningún trabajo toda la riqueza que tiene y tú puedes desear, ¿para qué quieres ahondar la tierra y buscar nuevas vetas de nuevo y nunca visto tesoro, poniéndote a peligro que toda venga abajo, pues, en fin, se sustenta sobre los débiles arrimos de su flaca naturaleza? Mira que el que busca lo imposible es justo que lo posible se le niegue, como lo dijo mejor un poeta, diciendo:.
Y si se me hace cargo que eran honestos sus pensamientos, y que por esto estaba obligada a corresponder a ellos, digo que, cuando en ese mismo lugar donde ahora se cava su sepultura me descubrió la bondad de su intención, le dije yo que la mía era vivir en perpetua soledad, y de que sola la tierra gozase el fruto de mi recogimiento y los despojos de mi hermosura, y si él, con todo este desengaño, quiso porfiar contra la esperanza y navegar contra el viento, ¿qué mucho que se anegase en la mitad del golfo de su desatino? Si yo le entretuviera, fuera falsa, si le contentara, hiciera contra mi mejor intención y prosupuesto.
Y no se piense que porque Marcela se puso en aquella libertad y vida tan suelta y de tan poco o de ningún recogimiento, que por eso ha dado indicio, ni por semejas, que venga en menoscabo de su honestidad y recato, antes es tanta y tal la vigilancia con que mira por su honra, que de cuantos la sirven y solicitan ninguno se ha alabado, ni con verdad se podrá alabar, que le haya dado alguna pequeña esperanza de alcanzar su deseo.
Y agora, en estos nuestros detestables siglos, no está segura ninguna, aunque la oculte y cierre otro nuevo laberinto como el de Creta, porque allí, por los resquicios o por el aire, con el celo de la maldita solicitud, se les entra la amorosa pestilencia y les hace dar con todo su recogimiento al traste.

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