Ejemplos con reciedumbre

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Debido a su reciedumbre y fuerte carácter decide separarse de estos y llevar el rumbo de su vida de acuerdo a su forma de ser y sin depender de nadie, y así estuvo sin un sitio fijo de vivienda por espacio de dos años, hasta conseguir su dojo Hombu Okinawakan.
En Sayulita se puede apreciar la hermosura del mar, la reciedumbre de los acantilados, su hermoso estero.
No obstante los resultados son siempre poco duraderos ya que las cerdas y fibras de cierto grosor, son de difícil sometimiento dada su reciedumbre.
Al rector le gustaban las manifestaciones folclóricas y la poesía, y el joven sinuano sentía una gran admiración por el hombre que pregonaba las ideas liberales y marxistas, y con reciedumbre defendía la rebeldía de sus muchachos.
Sin embargo, su reciedumbre moral lo espoleaba para conservar su entereza en todo momento, como se puede advertir en sus propias palabras:.
El juego de La Fuente combinaba la reciedumbre con la técnica, dominando los espacios del área tanto por arriba como por abajo.
Descargó un puñetazo sobre la mesa, con toda la reciedumbre de sus puños potentes, y platos y copas saltaron con estruendo y destrozo.
No muy alto, más bien recio de complexión, sin que la reciedumbre perjudicase a cierta agilidad airosa de felino, su cabeza era pequeña y bien moldeada, tenía el rostro muy moreno, los labios gruesos, carnosos, húmedos y rojos, los pómulos salientes, pequeños, pero vivos y llenos de picardía los ojos y estrecha la frente, que hacía aun más pequeña, el pelo recortado en flequillo, que se alargaba en las sienes hasta formar tufos a la manera gitana.
Ahora lo tasaban detallando su estatura, la reciedumbre de sus rasgos y sobre todo, esa tranquilidad con que debía tomar las cosas, fueran como fuesen, como si le quedaran chicas.
Puede ser el apretarse más la fibra y resistir la sed, el coraje y firmeza para enfrentar Pamperos con la severa prestancia del ombú, o la sencilla reciedumbre de ñandubay.
Era un bello tipo, con su reciedumbre y piel morena, mas, bajo las pestañas hirsutas, los ojos grandes y de aguas convulsas causaban desconfianza.
Ahora mirábame seriamente, y su rostro enjuto iba adquiriendo paulatinamente, por decirlo así, una reciedumbre que se difundía en otra más grave aún.
Era grande, de reciedumbre atlética dentro de la tela verde del uniforme.

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