Ejemplos con recibía

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Apolonio, frente a la concha del apuntador, recibía el homenaje de la multitud, henchido de vanagloria, pero indiferente en el gesto.
Todas las noches, después de la cena, la señora recibía unos cuantos amigos en tertulia, aquello, en puridad, era un rendimiento de vasallaje.
Cuando Gabriel bajaba a verla en el jardín, le recibía con el mismo saludo:.
Su ama, una señorona majestuosa, lo recibía en el comedor de su casa.
No se serenaba hasta escuchar el ladrido del perro de su barraca, aquel animal feísimo, que por antítesis sin duda era llamado , y el cual la recibía en medio del camino con cabriolas, lamiendo sus manos.
¿Y si mi buen maestro, si el no me recibía cariñosamente? Eché calle arriba, y llamé a la puerta de la.
A ella he confiado mis pesares, en ella he puesto mi cariño, me amó, me ama, y cuando su amor iluminaba mi alma con celestes claridades, cuando de ella recibía mi corazón vigor y fortaleza, se va, y me deja.
La huérfana recibía las flores y corría a examinarlas.
De tiempo en tiempo recibía yo en el colegio algún regalo suyo: magníficas frutas, mangos cordobeses, piñas amatecas, y naranjas-limas.
El pobrecito estaba destinado a no tener rato bueno, pues a punto que su espíritu recibía algún alivio, se le inició la jaqueca.
Oriundo de la provincia de León, recibía partidas de huevos y otros artículos de recoba.
Metiose en un negocio de pescado, uniéndose a cierto individuo que lo recibía en comisión para venderlo al por mayor por seretas de fresco y barriles de escabeche en la misma estación o en la plaza de la Cebada, pero en los primeros meses surgieron tales desavenencias con el socio, que Juan Pablo abandonó la pesca y se dedicó a viajante de comercio.
De aquellos mil duros que la señora cogía cada mes, daba al Delfín dos o tres mil reales, que con esto y lo que del papá recibía estaba como en la gloria, y los diez y siete mil reales restantes eran para el gasto diario de la casa y para los de ambas damas, que allá se las arreglaban muy bien en la distribución, sin que jamás hubiese entre ellas el más ligero pique por un duro de más o de menos.
Todos los primeros de mes recibía Barbarita de su esposo mil duretes.
Como que todo Madrid iba allí a comprar agujas, y su papá se carteaba con el fabricante Su papá recibía miles de cartas al día, y las cartas olían a hierro como que venían de Inglaterra, donde todo es de hierro, hasta los caminos Sí, hija, sí, mi papá me lo ha dicho.

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