Ejemplos con rayado

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

El rayado no estaba incluido en la patente Blakely así que los franceses utilizaban el sistema de sus cañones de campaña.
El establimento es una marca presente en algunas telarañas orbitales, que ofrecen un aspecto rayado y nacarado.
Starnoenas del griego starna perdiz y oenas paloma que se refiere al nombre común debido a su parecido en el rostro rayado y en el vuelo aparatoso a las perdices, y cyanocephala del griego de cabeza azul.
Grieve fabricó su cañón en la Escuela de Artes, pero el rayado del ánima lo hizo en la maestranza del ferrocarril inglés.
Aunque ecológico no hay razón de considerarlo un parásito, los silvicultores consideran a veces el arce rayado como un árbol parásito, siendo un proceder uniforme, al punto de aplicarles herbicidas para destruirlos.
Los paskes son enormes animales de pelaje rayado y tres cuernos en la frente.
El jefe maorí es un pez rayado parecido al bacalao, que vive en el océano sureño junto a la Antártida y en el sur del atlántico.
El rayado en los vestidos consigue imitar los efectos del raso, sedas o pieles.
Su rayado permitía que esos cañones disparan balas esféricas con salero de papier-maché, caracerística que no podían igualar los demás cañones rayados.
La hembra y el joven son de color castaño en el dorso, por abajo es más claro con el pecho con un rayado ligero y las alas ligeramente barreadas de castaño.
Silbaba el espacio, rayado incesantemente por el abejorreo de un enjambre invisible.
Junto a la rampa de bajada estaban los animales de desecho: asnos sin orejas, de pelo sucio y asquerosas pústulas, caballos tristes, cuyo pellejo parecía agujerearse con lo anguloso de la descarnada osamenta, mulas cegatas, con cuello de cigüeña, toda la miseria del mercado, los náufragos del trabajo, que, con el cuero rayado a palos, el estómago contraído y las excoriaciones inflamadas por las moscas verdosas y panzudas, esperaban la llegada del contratista de las corridas de toros o del mendigo, que aún sabrían utilizarlos.
Luego, para distraerme, quise escribir, y tuve que emplear los escasos medios que el dueño de la casa pudo poner a mi disposición: una botellita de tinta violeta a guisa de tintero, un portapluma rojo, como los que se usan en las escuelas, y tres cuadernillos de papel de cartas rayado de azul.
¡Valiente caso hacía él de las estupideces del vulgo! Cuando su conciencia le decía: mira, hijo, este es el camino del bien, vete por él , ya podía venir todo el género humano a detenerle, ya podían apuntarle con un cañón rayado.

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