Ejemplos con rato

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Luego se le aflojaron las cejas, le comenzó a temblar una mejilla, le asomaron lágrimas a los ojos, dejó caer la carta, sin acabar de leerla, se cruzó de brazos, estuvo silencioso largo rato, mirando al muerto, sollozó:.
Con frecuencia, y ya que estaban apaciguadas, dilatábame largo rato en el cafetín departiendo con las desdichadas, y del coloquio extraía provecho espiritual, puesto que la compasión, a que me movían, es un depurativo del alma, y también observaba los tipos, casi todos estrafalarios, que concurrían en el antro.
Al sentir esta estocada al pecho, Simón miró a Juana, Juana miró a Simón, y el señor cura, mirando al uno y a la otra, adivinó lo que, al cabo de un rato y después de sonreír y vacilar mucho, contestó Simón en estas palabras:.
La niña, después de sollozar un rato, refirió, punto por punto, cuanto la había ocurrido.
Pero es el caso que tenemos que hallarle, y como podría llevar muy a mal que lo intentáramos indagando aquí y allá por los pelos y señales de su vida pasada, lo cual, por otra parte, no nos conduciría al fin que nos proponemos, ya que, por especial privilegio que gozo, me es posible dar con él a la primera tentativa, véngase el lector conmigo para acabar más pronto y evitar un mal rato a nuestro personaje.
Por casualidad tropezó con la cocina al cabo de un buen rato, y allí encontró a sus amigos calentándose a la lumbre y almorzando sopas en leche, acompañados de don Recaredo, cuyo sitial de preferencia tuvo que aceptar.
A ver si es estodijo a poco rato el periodista, leyendo al diputado lo que había escrito.
No era don Simón tan tirolés en negocios como en política, por lo cual estuvo largo rato defendiéndose de los apremios del Ministro.
Después de un rato de palique, el señor Colignon se encamina hacia el lugar en donde Belarmino ha permanecido sin moverse.
¿Qué necesidad tengo de hablar? Ahórreme el mal rato de tener que decírselo yo.
Después de un rato, el seminarista, a medio vestir, salió a la puerta, a fin de despedir airadamente a la criada.
¿Le enojaré, señor Belarminodijo al despedirsesi vengo por las tardes, de vez en cuando, a conversar un rato con usted?.
La señora gozaba abiertamente, y yolos chicos siempre son cruelesno dejaba de pasar un buen rato, aparte de que mi padre y yo no habíamos convivido nunca hasta entonces, y era para mí un ser algo extraño, en todos los sentidos de la palabra.
Como mi padre ha vivido fuera de la realidad, se conduce siempre con desparpajo que asusta y admira, así es que, al poco rato de conversación con la duquesa, y como quiera que se hallaba bastante agitado, comenzó a dispararle versos amatorios, un tanto velados todavía, más por artificio que por timidez, declarando que no en balde la señora se llamaba doña Beatriz y que él, como el Dante, subía del infierno de Compostela al paraíso de su presencia y protección.
Calló un buen rato, añadiendo luego, con el fervor de un comerciante que ensalza su mercancía:.
Y plantado en la plazoleta, seguía mucho rato con la vista al grupo más numeroso, que se alejaba camino de Alboraya.
Teresa se resistió a abandonar a su hijo aunque sólo fuera por breve rato: pronto dejaría de verlo, que no la robasen el tiempo que le quedaba de contemplar a su tesoro.
Al poco rato nuevos gritos sacaron a Batiste de su doloroso estupor.
Después de examinar un rato al pequeño, se había ido sin recetar nada nuevo.
Hace un rato que veo a usted hurgándose las narices y haciendo pelotillas.
Salieron todas corriendo en diversas direcciones, con los cántaros en la cabeza, y al poco rato no se veía en las cercanías de la fuente de la Reina mas que a la pobre Roseta, con el pelo suelto, las faldas desgarradas, la cara sucia de polvo y sangre, caminando llorosa hacia su casa.
Caminaron mucho rato en silencio.
Calló un buen rato, y al fin comenzó a murmurar tristemente:.
Batiste, al inspeccionar las incultas tierras, se dijo que había allí trabajo para largo rato.
Al poco rato sus penosos ronquidos de borracho sonaron entre los verdes y erguidos tallos.
Los domingos, si iba un rato a la taberna de , donde se reunía toda la gente del contorno, era para mirar a los jugadores de truco, para reir como un bendito oyendo los despropósitos y brutalidades de y otros mocetones que actuaban de gallitos de la huerta, pero nunca se acercaba al mostrador a pagar un vaso.
¿Eres acaso una señorita a quien he conocido en el paseo o en la tertulia y con la cual pienso pasar un rato divertido? No.
No diré más, sino que me fué imposible tener la risa y que por breve rato contemplé la profanada imagen, exclamando: “¡Madre y señora mía, cómo te han puesto!”.
Por último, después de vagar largo rato solo por la huerta de la casa, salió y fue al Casino.
Esperó un rato al fin oyó distintamente tenues golpes en los peldaños de la escalera.

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