Ejemplos con quitándose

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Muy señor míoañadía don Simón, quitándose los guantes, abriendo las solapas y dando un cigarro al campesino, para lucir tres cosas de un golpe: su rumbo, su cadena y sus diamantes.
Ella misma, quitándose los guantes, vaciaba los platillos de bronce repletos de colillas de cigarro y borraba en muebles y alfombras la ceniza caída de las pipas.
francamente, soy yo quien no gusto de comer carne, y como mis pobres feligreses se han acostumbrado por simpatía a amoldarse a mis gustos, ellos también van quitándose la costumbre, sin que por eso les diga yo sobre ello una sola palabra.
Adelantóse el primero con exquisita finura, y quitándose su sombrero de paja me saludó cortésmente.
Los más furiosos saltaron la cuerda, y haciendo retirarse a los acompañantes del , se colocaban a ambos lados quitándose las chaquetas y las boinas.
¡De la Rrrepública española!exclamó el tío Frasquito quitándose el sombrero con burlesca solemnidad.
En el dintel mismo de la puerta hicieron ambos la primera reverencia de corte, en el centro del salón la segunda, y frente a frente ya del rey la última, saludaron después a los Grandes colocados a derecha e izquierda, y estos contestaron al punto quitándose los sombreros.
Tía Pepilla puso en un extremo de la mesa el libro y el rosario, y quitándose el pañolón le arrojó sobre el respaldo de una silla.
Tenga usted,me dijo el mancebo, quitándose respetuosamente el jaranoahí vienen dos cartas para usted.
Al verle yo, se inclinaba, quitándose el sombrero, me dirigía correcto saludo, siempre acompañado de una picante alusión a la disputa de la víspera, y luego, en voz baja me decía:.
Serenóse don Román, sacó la tabaquera, tomó un polvo, y, quitándose las gafas, me dijo en tono cariñoso:.
Vaya, quedaos con Diosdecía doña Barbarita, levantándose de la silla a punto que aparecía el principal por la puerta de la trastienda, y saludaba con mil afectos a su parroquiana, quitándose la gorra de seda.
Estas bajaban a la cocina, aquellas subían a la escuela y salón de costura, y otras, quitándose las tocas y poniéndose la falda de , se dedicaban a la limpieza de la casa.
Oye una cosadijo a Fortunata, quitándose el manto.
El dueño del establecimiento avanzó a recibir a la señora, con su mandil de cuero ennegrecido, la cara sudorosa y tiznada, y quitándose la porra, le dio sus excusas por no haber entregado los clavos.
Ya no hay salvaciónafirmó él quitándose los lentes y frotándose los ojos, cansados de tanto escribir.
Diciendo esto se sentó en la silla, y quitándose el sombrero lo puso sobre la cama.
Esto es tan solitario, hija míadijo el marido, quitándose el sombrero y riendo, que puedes armarme el gran escándalo sin que se entere nadie.
En seguida se volvió hácia Soledad, saludóla, quitándose caballerescamente el sombrero, y, como en esto principiase la música, comenzó tambien el fatídico baile de aquellos dos séres que no habian cruzado nunca una palabra y que, sin embargo, podia decirse que habian pasado la vida juntos, alentados por una sola alma, subordinados a un mismo destino.
Manuel tembló de piés a cabeza, como si, al renunciar a su última y suprema arrogancia, renunciase tambien a la vida, y, quitándose respetuosamente el sombrero, saludó al hombre a quien habia jurado matar.
Y, quitándose el calañés, y tremolándolo por alto, exclamó en medio de la Plaza, con un fervor y un gracejo indescriptibles:.
Dicho lo cual, la saludó muy políticamente, quitándose el sombrero y dejándole franco el camino.
Saludó y se inclinó, quitándose la canaleja hasta tocar con el ala de ella al suelo.
Félix: de lo cual se encolerizó tanto la vieja, que quitándose un chapin, comenzó a dar a la Grijalva como en real de enemigos, la cual viéndose maltratar, echó mano de las tocas de Claudia, y no la dejó pedazo en la cabeza, descubriendo la buena señora una calva mas lucia que la de un fraile, y un pedazo de cabellera postiza que le colgaba por un lado, con que quedó la mas fea y abominable catadura del mundo.
Y quitándose una buena cadena de oro del cuello, que pesaba cien ducados, se la ponia en el suyo.
Asomóse la moza a la ventana, y quitándose al momento, dijo:.
Diéronselas luego, y la Escalanta quitándose un chapin comenzó a tañer en él como en un pandero, la Gananciosa tomó una escoba de palma nueva, que allí se halló acaso, y rasgándola hizo un son, que aunque ronco y áspero, se concertaba con el del chapin.
Entróse, en fin, don Quijote en su lecho, y quedóse doña Rodríguez sentada en una silla, algo desviada de la cama, no quitándose los antojos ni la vela.
Apenas acabó de decir esto Sancho, cuando, levantándose en pie la argentada ninfa que junto al espíritu de Merlín venía, quitándose el sutil velo del rostro, le descubrió tal, que a todos pareció mas que demasiadamente hermoso, y, con un desenfado varonil y con una voz no muy adamada, hablando derechamente con Sancho Panza, dijo:.
Junto a ella venía una figura vestida de una ropa de las que llaman rozagantes, hasta los pies, cubierta la cabeza con un velo negro, pero, al punto que llegó el carro a estar frente a frente de los duques y de don Quijote, cesó la música de las chirimías, y luego la de las arpas y laúdes que en el carro sonaban, y, levantándose en pie la figura de la ropa, la apartó a entrambos lados, y, quitándose el velo del rostro, descubrió patentemente ser la mesma figura de la muerte, descarnada y fea, de que don Quijote recibió pesadumbre y Sancho miedo, y los duques hicieron algún sentimiento temeroso.

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