Ejemplos con pórtico

En arquitectura, un frontispicio lo constituye los elementos que encuadran y decoran la portalada central de un edificio, en especial cuando aquella está situada en la fachada principal en vez de estar tras una columnata o pórtico.

Para tener la seguridad de adquirir un abono los melómanos parmesanos, desafiando el frío y las inclemencias, esperan todos los años el inicio de la venta, permaneciendo de manera ininterrumpida día y noche durante casi una semana delante de las taquillas del Regio, bajo el pórtico sostenido por los diez pujantes columnas jónicas de la fachada.

A principios del siglo XX existió un proyecto para destruir la espadaña y construir en su lugar una torre campanario de planta cuadrada a cuyos pies se habilitaría un pórtico de tres arcos.

Por testimonios orales sabemos que las ruinas tenían una planta rectangular con pequeño pórtico, que también aparece mencionado en el Libro de Bautizados de la parroquia como lugar de frecuente exposición de recién nacidos.

Así de esta forma en la zona central existe un pórtico con seis columnas corintias teniendo en el centro del edificio una linterna con cúpula de cobre.

Los restos del lado este del pórtico unido al teatro así como tres de los otros cuatro templos asociados habitualmente al teatro pueden observarse en el Largo di Torre Argentina.

Su cara norte es la que reúne los mayores valores artísticos y ornamentales: un panel superior central que integra un escudo, un balcón corrido en la primera planta apoyado sobre columnas que conforman un pórtico y dos garitas rematadas por chapiteles.

Palladio añadió un nuevo armazón exterior de marmol, una logia y un pórtico que ahora oscurecen en original diseño gótico de la basílica.

Luego de este cruce se ubica el colegio Inmaculado Corazón destacándo su amplia fachada y su pórtico principal que se levantan en el cruce con la Avenida Santa Cruz.

La fachada exterior de la iglesia, que se abre a la calle Jamerdana, presenta en su parte inferior un pórtico con árcadas de medio punto.

Desde un punto de vista arquitectónico, lo más notable de la edificación se concentra en el pórtico de la fachada principal, al que se accede por tres gradas de piedra volcánica.

La puerta de entrada, en cantería roja, de paso al alpendre del patio interior, pórtico cubierto de teje apoyado en muros laterales y en cuatro zapatas.

Por esta causa hallamos la puerta de la iglesia en su parte lateral orientada al Mediodía, bien con un pórtico o sin él pero siempre formando la plazoleta donde el pueblo se reunía y aún se reúne en corrillos.

Tiene un pequeño pórtico sobre cuatro sobrias columnas y un templete de buena sillería con dos campanas.

Exteriormente se ha añadido un pórtico perimetral de madera, que cubre el acceso del edificio, igualmente se han construido unos rellenos artificiales junto a las estoldas de modo que el edifico ha ganado un pequeño terreno respecto de la Ría, entre estos rellenos se ha construido una pasarela de hormigón adosada al edificio que se apoya sobre un pilar de hormigón colocado entre los arcos de las estoldas.

En el Áticame dijo aquel día de sobremesa don Amaranto, ostentando didácticamente un tenedor de peltre, al modo de férulase iba a buscar la sabiduría al mercado o bajo el pórtico de Júpiter Liberador, donde Sócrates, con palabra ligera y gesto sonriente, parteaba, como avezada comadrona, el alumbramiento de las ideas, al huerto umbrátil de Academo, donde Platón, de hombros anchos y labios melifluos, empollaba en las almas jóvenes los alados anhelos con que volasen de lo sensible a lo absoluto, en el Liceo, donde el seco Estagirita desmontaba en piezas la máquina del mundo, y mostraba sus relaciones, ensambladuras y modo de funcionar.

Mas ya que el individuo se aplica a realizar el concepto de ciudad, es decir, de un esquema, una estructura, con propósitos ideales, de la cual él no es sino subordinada partícula, surge la ciudad helénica, arquetipo de urbes, surgen la norma, el canon, la simetría, las calles soleadas, regulares y homogéneas, las viviendas civiles de hospitalario pórtico e inviolable hogar, los jardines, el mercado, el ágora, el templo armonioso, que no esa catedral bárbara y campanuda.

En nuestros días, la mejor universidad, el verdadero convento, el más cumplido liceo, el más poblado huerto de Academo, y el más genuino trasunto del pórtico de Júpiter Liberador y del clásico mercado, todo esto es, amigo mío, la casa de huéspedes española, señaladamente la madrileña.

¿Madurará en la realidad esa esperanza? Vosotros, los que vais a pasar, como el obrero en marcha a los talleres que le esperan, bajo el pórtico del nuevo siglo, ¿reflejaréis quizá sobre el arte que os estudie imágenes más luminosas y triunfales que las que han quedado de nosotros? Si los tiempos divinos en que las almas jóvenes daban modelos para los dialoguistas radiantes de Platón sólo fueron posibles en una breve primavera del mundo, si es fuerza no pensar en los dioses , como aconseja la Forquias del segundo Fausto al coro de cautivas, ¿no nos será lícito, a lo menos, soñar con la aparición de generaciones humanas que devuelvan a la vida un sentido ideal, un grande entusiasmo, en las que sea un poder el sentimiento, en las que una vigorosa resurrección de las energías de la voluntad ahuyente, con heroico clamor, del fondo de las almas, todas las cobardías morales que se nutren a los pechos de la decepción y de la duda? ¿Será de nuevo la juventud una realidad de la vida colectiva, como lo es de la vida individual?.

Artegui torció hacia el teatro, ante cuyo pórtico aguardaban dos o tres cochecillos de los llamados cestos.

La gente salía de misa, vertía el pórtico ondas y ondas humanas, y Lucía, en pie, no acertaba a separarse de aquella catedral, erguida y blanca como una mártir cristiana en el circo.

Nosotros hemos sido gobernados por guerreros y sacerdotes, pero nos detuvimos en el pórtico de la vida moderna, sin fuerza ni deseo para tomar la mano de la ciencia, que era la única que podía guiarnos.

Extendíase al frente el prado, verde, risueño, lleno de luz y de alegría, con una fuentecilla alegre y bullidora que por cuatro caños murmuraba, a la izquierda, alzábase la majestuosa mole del Colegio, adelantando el soberbio pórtico de su iglesia como adelantaría un soldado de Cristo el fuerte brazo mostrando un crucifijo, elevando la grandiosa cúpula como elevaría al cielo la frente, buscando allí la fortaleza, el impulso, la luz.

El coche se detuvo al fin en el , ante el vasto pórtico del.

Y en el pórtico, donde ya estaba Plácido esperándola, decía: Vamos a casa de los de Sobrino.

Echaba un párrafo con las beatas que le habían cogido la delantera, alguna de las cuales llevaba su chocolatera y cocinilla, y hacía su desayuno en el mismo pórtico de la iglesia.

¡Qué iglesia tan pobre! Más bien parece la casuca de un aldeano, conociéndose únicamente su sagrado destino en la cruz que corona el tejadillo del pórtico.

¡Simbolismo! ¡Jerigonzas! El pórtico estaba muy mal labrado, y las figuras parecían pasadas por tamiz.

¡Vaya unos santos más mal hechos y unas santas más flacuchas y sin forma humana!, ¡unas columnas más toscamente esculpidas! Sería de ver a alguno de estos sabios que escudriñan el de un monumento religioso, consagrándose a la tarea de demostrar a don Pedro que el pórtico de la Gloria encierra alta poesía y profundo simbolismo.

—Un minuto despues llegaba Antonio Arregui, seguido de muchas personas, al pórtico de la Capilla, en demanda de Manuel Venegas.