Ejemplos con pusiera

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

La verdad es que si me pusiera a hablar sinceramente, tendría que deciros no poco también acerca del dichoso borriquito cuya vida, andanzas y muerte ha pintado Juan Ramón con tanto amor.
No contenía el acta una mala protesta, ni él creía lo que se contaba de su elección sobre atropellos cometidos por sus auxiliares, pero tales cosas podrían decirse en el Congreso, de tal modo podrían presentarse los hechos, que al fin vacilaran los ánimos y se pusiera todo el mundo de parte del vencido, lo cual equivalía a echarle a él de allí y obligarle a volverse a su cosa, como un Juan particular, sin haber llegado a ser.
Estos dos problemas venían preocupando al ser humano desde que, salido de la barbarie prehistórica, con una casa que le pusiera al abrigo de las fieras, un vestido que le librase del frío y la tierra cultivada asegurando su nutrición, pudo desarrollar la más tardía de sus facultades: el pensamiento.
Era que la amazona de la huerta, al sentir el primer pellizco del viejo pirata, había contestado con una bofetada, contenta en el fondo de que alguien pusiera a prueba su virtud.
No, Angelina: sería una locura eso de que yo pusiera los ojos en esa señorita.
y echó adelante resuelta a destruir cualquier obstáculo que se pusiera al paso.
Este danzante tuvo la culpa de que yo me pusiera aquella noche como me puse y de que te contara aquellos horrores.
Para que el progreso pusiera su mano en la obra de aquel hombre extraordinario, cuyo retrato, debido al pincel de D.
Como ciertos cobardes se vuelven valientes desde que disparan el primer tiro, Maximiliano, una vez que rompió el fuego con la hombrada de aquella mañana, sentía su voluntad libre del freno que le pusiera la timidez.
Pues a sortear y dirigir aquella revolución doméstica, que atajarla era imposible, y el que se le pusiera delante, arrollado sería sin remedio De esta idea provino la relativa tolerancia con que habló a su sobrino en la segunda noche de confianzas, la maña con que le fue sacando noticias y pormenores de su novia, sin aparentar curiosidad, aventurándose a darle algunos consejos.
Al ver a su marido, sintió como si lo que está a cien mil leguas de nosotros se nos pusiera al lado de repente.
¿Ve usted lo que me decía? ¿Y cuando se empeñaba en que me pusiera yo esos cuerpos tan ceñidos, tan ceñidos que con ellos parece que enseña una todo lo que Dios le ha dado?.
¡Cómo se le quedaría la cabeza al que lo inventó! Y aquí hay una pequeña mancha Creo que si me pusiera a mirar la luz, me dormiría más pronto, Vuelta otra vez.
Fortunata sentía leve consuelo en su alma, y se decía: ¡Si Dios quisiera que se pusiera bueno! Pero cómo va Dios a hacer nada que yo le pida ¡Si soy lo más malo que Él ha echado al mundo! Para mí esta casa se tiene que acabar.
El cuerpo se iba pareciendo al de una vaca que se pusiera en dos pies.
Lo mejor sería que le pusiera un ama, entregándoselo a personas que le habrían de cuidar mejor que ella.
Mandaría a Librada que se pusiera en la puerta con una escoba y bastaba.
Pues en verdad que esta vez han dado salto en vago, que yo confío en el buen discurso de mi señor, que habrá considerado que ni yo tengo requesones, ni leche, ni otra cosa que lo valga, y que si la tuviera, antes la pusiera en mi estómago que en la celada.
Todavía respondió don Quijote, si tú, Sancho, me dejaras acometer, como yo quería, te hubieran cabido en despojos, por lo menos, la corona de oro de la Emperatriz y las pintadas alas de Cupido, que yo se las quitara al redropelo y te las pusiera en las manos.
Por cierto, hermano cabrero, que si yo me hallara posibilitado de poder comenzar alguna aventura, que luego luego me pusiera en camino porque vos la tuviérades buena, que yo sacara del monesterio, donde, sin duda alguna, debe de estar contra su voluntad, a Leandra, a pesar de la abadesa y de cuantos quisieran estorbarlo, y os la pusiera en vuestras manos, para que hiciérades della a toda vuestra voluntad y talante, guardando, pero, las leyes de la caballería, que mandan que a ninguna doncella se le sea fecho desaguisado alguno, aunque yo espero en Dios Nuestro Señor que no ha de poder tanto la fuerza de un encantador malicioso, que no pueda más la de otro encantador mejor intencionado, y para entonces os prometo mi favor y ayuda, como me obliga mi profesión, que no es otra si no es favorecer a los desvalidos y menesterosos.
Si este caso se pusiera entre un galán y una dama, pudiérase llevar, pero entre marido y mujer, algo tiene del imposible, y, en lo que toca al modo de contarle, no me descontenta.
Replicó Sancho Panza, y tornó a replicar el cabrero, y fue el fin de las réplicas asirse de las barbas y darse tales puñadas que, si don Quijote no los pusiera en paz, se hicieran pedazos.
Y no le tuviera bueno Augusto César si consintiera que se pusiera en ejecución lo que el divino Mantuano dejó en su testamento mandado.

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