Ejemplos con purgatorio

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Benedicto XVI subraya en el texto la doctrina sobre la existencia del purgatorio como dolor que transforma para el amor y del infierno como cerrazón definitiva al don de la alegría eterna, pero también precisa: si el Juicio Final fuera pura justicia, podría ser al final sólo un motivo de temor para los hombres y que en cambio la gracia nos permite esperar y encaminarnos llenos de confianza al encuentro con el Juez.
Obviamente, Este tipo de Pena de Sentido también se da en el Purgatorio, si bien no en el mismo grado.
En el proceso de purificación del purgatorio, el fuego va desapareciendo conforme la persona logra desidentificarse del mal que llevaba y rechazarlo, esto es el acrisolamiento, en el caso de la condena definitiva, quien está en el infierno nunca se arrepentirá de sus vicios ni los rechazará por más que le quemen.
Se considera distinta la desesperación del condenado al infierno, quien sabe con seguridad que nunca alcanzará aquél Bien y se recrimina a sí mismo, odiando a todo y a todos, del sufrimiento de quien tiene la esperanza de alcanzar tarde o temprano a merecer la visión que conoció durante su Juicio, después de purificarse en el Purgatorio.
En la Divina Comedia de Dante, Otakar es visto fuera de las puertas del purgatorio, en compañía de su rival imperial Rodolfo.
El álbum se divide en cinco canciones en referencia al infierno, cinco para el purgatorio y sólo una para el paraíso, instrumental.
Fue asistido en el proceso judicial por su amigo de juventud John Faber, vicario del obispo de Constanza, quien le ayudó a escribir una carta a Fernando I, en la que trataba de conciliar con parte del dogma católico, pero como mantuvo sus puntos de vista sobre el bautismo, la eucaristía y su negación de la existencia del purgatorio.
Debía edificarse un templo dedicado a la Virgen María y a las ánimas del Purgatorio.
Suor Angelica se correspondería con la parte del purgatorio, una de las tres divisiones de la obra de Dante.
Otros piensan que todavía no tienen derecho de venir y ellos se quedaran a cuidar y recepcionar a los que vayan llagando al purgatorio.
El purgatorio es como el vestíbulo del celestial coliseo, lugar de los que deben esperar con la natural impaciencia.
Muchos de los antiguos pueblos habían desaparecido, se borraban los caminos, nadie en España sabía con certeza la geografía del país, y en cambio, pocos ignoraban la situación del cielo y del purgatorio.
Bien se lo merece, porque, al fin, si alguna falta cometió, tuvo en este pícaro mundo su purgatorio.
Yo espero ir al Purgatorio, ó, por mejor decir, ya estoy en él.
misa mayor en su respectiva parroquia, y además todas las que puedan, pues las almas del Purgatorio no reciben otro consuelo que el que nosotros les enviamos.
Pero nosotros, los caminantes, los inquilinos, los forasteros, nos damos cuenta esta noche de que Madrid es un vivac, un destierro, una prisión, un purgatorio.
Lo que hizo fue mandar un recadito a su amiga, sacándola del purgatorio de incertidumbre y tristeza en que estaba.
Las saca uno del purgatorio del deleite y allá se van otra vez.
Hasta la boeta de las ánimas del Purgatorio fue cuidadosamente lavada y barnizada de nuevo, y las ánimas en pelota, larguiruchas, acongojadas, rodeadas de llamas de almazarrón, salieron a luz en toda su edificante fealdad.
¿Qué han hecho estos desdichados, que ansí los azotan, y cómo este hombre solo, que anda por aquí silbando, tiene atrevimiento para azotar a tanta gente? Ahora yo digo que éste es infierno, o, por lo menos, el purgatorio.
Por eso dime quién eres, que me tienes atónito, porque si eres mi escudero Sancho Panza, y te has muerto, como no te hayan llevado los diablos, y, por la misericordia de Dios, estés en el purgatorio, sufragios tiene nuestra Santa Madre la Iglesia Católica Romana bastantes a sacarte de las penas en que estás, y yo, que lo solicitaré con ella, por mi parte, con cuanto mi hacienda alcanzare, por eso, acaba de declararte y dime quién eres.
Los gentiles respondió don Quijote sin duda están en el infierno, los cristianos, si fueron buenos cristianos, o están en el purgatorio o en el cielo.
Lo cual será al revés en vuestra merced, o a mí me andarán mal los pies, si es que llevo espuelas para avivar a Rocinante, y póngame yo una por una en el Toboso, y delante de mi señora Dulcinea, que yo le diré tales cosas de las necedades y locuras, que todo es uno, que vuestra merced ha hecho y queda haciendo, que la venga a poner más blanda que un guante, aunque la halle más dura que un alcornoque, con cuya respuesta dulce y melificada volveré por los aires, como brujo, y sacaré a vuestra merced deste purgatorio, que parece infierno y no lo es, pues hay esperanza de salir dél, la cual, como tengo dicho, no la tienen de salir los que están en el infierno, ni creo que vuestra merced dirá otra cosa.
Y más le ruego: que haga cuenta que son ya pasados los tres días que me ha dado de término para ver las locuras que hace, que ya las doy por vistas y por pasadas en cosa juzgada, y diré maravillas a mi señora, y escriba la carta y despácheme luego, porque tengo gran deseo de volver a sacar a vuestra merced deste purgatorio donde le dejo.

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