Ejemplos con purgante

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Peter lo interpreta mal y empieza a comprar cosas innecesarias, como un purgante para vomitar, con lo que reta a Chris, Stewie y Brian y el mismo Peter a beber y el último que aguante sin vomitar se come un trozo de tarta que compró Lois.
Eran unos polvos blancos, efervescentes, que se tomaban diluidos con agua como purgante o para mitigar la acidez de estómago.
A dosis elevadas y en personas susceptibles se puede presentar un efecto purgante excesivo, cólico, palpitaciones, respiración alterada y colapso.
Pronto se vio que quienes tomaban la bebida sufrían de diarrea descubriéndose así un nuevo purgante.
La raíz, empleada como purgante, es de escasa actividad tóxica.
Poco utilizada por su toxicidad, aun se le considera un buen purgante para expulsar las lombrices de los potros.
Y en textos del siglo V aparece mencionada por sus valores como purgante, curar heridas y lavar los ojos.
Por extensión, también representa la triple realeza del Papa sobre la Iglesia militante, purgante y triunfante.
Las hojas y flores de Caesalpinia tinctoria en decocción se usan como purgante, las hojas y frutos en decocción para lavar el cabello contra la calvicie, los frutos en decocción contra la diarrea y las flores en infusión contra las fiebres intermitentes.
Es un purgante violentísimo y peligroso.
Las raíces, que algunos consideran venenosas, se utilizan como un purgante y para el tratamiento de las enfermedades venéreas.
Es el único que sirve en medicina como purgante y tónico.
A los tallos y hojas molidos se les atribuyen facultades cicatrizantes y su decocción se usa como purgante.
Estaba tomando una limonada purgante.
parece irisado globo y sólo contiene ceniza cáustica, la uva purgante, el.
-Oye, no dejes de mandarme con el conductor el purgante que te pedí el otro día.
es un purgante.
El médico le recetó una limonada purgante, y el farmacéutico le sirvió igual dosis de ácido fénico.
«¡No va a ser chico purgante el que te vas a tener que tomar tú mañana por la mañana!».
A fe que si su dolencia no hubiera necesitado purga, tal vez le hubiera hecho daño, y por esto no debe decir que el purgante es el remedio universal, porque a él le sentó bien.
Porque esto debemos inferir si dice el señor Terán que el purgante es el remedio que pone bueno a todo el mundo de sus dolencias, porque a él le sentó bien el purgante y a cuatro conocidos suyos, esto sólo quiere decir que así como al que le duelen las muelas le sienta bien el sacárselas, porque éste es el remedio de esta incomodidad, así al señor Terán le convino el purgante, porque éste era el remedio que requería su enfermedad.
A la verdad, ¿para qué se quiere saber medicina para hablar de ella? Cualquiera que haya avanzado en la literatura hasta el catón cristiano conoce que no es preciso, sino que basta haberle sentado bien una medicina, y porque el señor corresponsal se haya puesto gordo y bueno, o nos lo quiera hacer creer, con su purgante, cosa de que nos alegramos y le damos mil enhorabuenas, ya queda probada la cuestión de que es generalmente bueno el purgante.

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