Ejemplos con puntillo

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Ocho notas en un puntillo, es astronómicamente infrecuente, tanto, que se prefiere hasta un cambio de tempo.
Kai es un muchacho alegre, sincero, aventurero, leal y despreocupado, con un puntillo de malicia.
Y si para mí es de rosas, para todos es ortiga, y no tiene más ley ni más roque que el puntillo de honor.
Todo es un puntillo de honor, un puntillo de disciplina y nada más.
Con este continuo hablar, Alejandro de su Nieves y Lucrecia de su Nachito, llegó a empeñarse entre los dos hermanos una verdadera puja de alabanzas de los respectivos vástagos, y picada Lucrecia en su puntillo de madre del niño más hermoso del mundo, envió a su hermano un retrato del prodigio, vestido de ''ranchero'', con su listado ''jorongo'', sus amplias ''calzoneras'' y su sombrero ''jarano''.
Cuando menos, la burla le carcomía el puntillo.
Pues bien: supongamos ahora que yo hubiera tenido ingenio bastante para componer un libro de leyendas poéticas y edificantes, llenas de madres resabidas y sentimentales, de padres eruditos y elocuentes, y de hijos galanes, trovadores y sensibles como los pastores de la ''Galatea'', quiero imaginarme que, al pintar el concejo de mi tierra, hubiera arrojado de él al tío ''Merlín'', y puesto por tema de discusión, en vez del que allí se ventiló bajo la impresión de una suspicacia casi estúpida y de una malicia lamentable, tal cual égloga de Virgilio o artículo del ''Código Penal'', como para una asamblea de académicos escrupulosos o de sabios legisladores, supongamos que, en lugar de exhibir a la familia del tío ''Nardo'' vendiendo hasta las tejas para ''echar a América'' al niño ''Andrés'' con la esperanza de verle tornar un día rico e influyente, sin hacerse cargo de los infinitos ambiciosos montañeses que han perecido hambrientos y abandonados en aquellas regiones, hubiera pintado un indiano poderoso en cada casa, arrojando sin cesar talegas de onzas por la ventana y atando los perros con longaniza, supongamos también que, en vez del sencillo mayorazgo ''Seturas'', hubiera presentado un patriarca venerable explicando, bajo los bardales de una calleja, las maravillas de la botánica y de la astronomía, deteniéndose extáticos, ante la majestad de su palabra, los tardos bueyes, los fieles canes y los rizados borregos, supóngase asimismo que, en lugar de admitir como base del carácter del campesino montañés el puntillo y la suspicacia, causa de tantos males en este país, donde todos los días es una verdad el ''paso'' de ''Las Aceitunas'' del buen Lope de Rueda le hubiese poblado de hombres infalibles y longánimos, sin más tribunales que el de la penitencia, ni otras leyes que las del Decálogo, supongamos, además, que, en lugar de ''Cafetera'' y de la nuera del tío ''Bolina'', y de otros personajes ''ejusdem farinae'' que andan por el libro, hubiera presentado algo parecido a los marineritos que bailan en el teatro la ''tarantela napolitana'', y a las bateleras del ''demimonde'' en las regatas del Sena, supongamos, en fin, que yo hubiera sido capaz de crear un país y un paisanaje con todos los primores que caben en la naturaleza y en la humanidad, y de sacar a la plaza pública esa creación con el título de ''Escenas Montañesas'': ¿qué hubieran dicho entonces de ella esos mismos señores a quienes dedico estas líneas? De fijo: «Hombre, esto es muy bueno sin duda, pero tiene tanto de montañés como nosotros de turcos.
No hagáis un puntillo de honra de no romper.
Iba a darse la gran batalla de Waterloo, y aunque el pueblo y los comerciantes no las tenían todas consigo en favor del lechuza, un puntillo de amor propio hizo que no rechazasen apuestas.
No se debe llevar el puntillo de religión a tales extremos.
Todo es un puntillo de honor, un puntillo de disciplina y nada más.
—Pues ese puntillo —ponderó Momo— les hace a muchos sudar y tal vez reventar, por.
En efecto, allá, lejísimos, se veía un puntillo blanco que corría por la arena de la playa.
, pues, porque el puntillo.
-¡Y cata ahí el puntillo montañés! -replicó don Juan con nerviosa sonrisa- ¡Ay, Pedro, qué ciego es quien no ve por tela de cedazo!.
Según él, nadie como Calderón entendía en achaques del puntillo de honor, ni daba nadie las estocadas que lavan reputaciones tan a tiempo, ni en el discreteo de lo que era amor y no lo era, le llegaba autor alguno a la suela de los zapatos.
Hasta dónde llegaban su sencillez y su puntillo de hombre de cuenta y razón, muéstralo el hecho siguiente, que no fue el único en su género:.
-Tengo yo mi puntillo de vanidad -dijo a Nieves mientras la quintañona venía-, en que este erizo andaluz que desde que salió de la tierra no ha puesto la mirada en cosa que le parezca bien, aprenda a mirar como es debido lo que se ve desde aquí, hasta que se muera de repente por mal de asombro y maravilla.
En la mayoría de los eruditos, que suele ser gente mezquina y envidiosa, la rebusca de pequeñas verdades, el esfuerzo por rectificar una fecha o un nombre, no pasa de ser o un deporte o una monomanía o un puntillo de pequeña vanidad, pero en un hombre de alma elevada y serena, y en los eruditos de erudición que podría llamarse religiosa, tales rebuscas implican un culto a la verdad.

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