Ejemplos con propietario

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

No podía dormirse con aquellos dientes ajenos, porque le mordían, a pesar suyo, la lengua, como si el antiguo propietario viniese, a favor de las tinieblas del sueño, a vengarse del macabro usufructo.
Yo no sé cómo piensan en esto mis objetó Simón, afectando desdén hacia las palabras del propietario, pero sé cómo pienso yo, y por eso he dicho lo que dije, y ahora añado que siempre somos la carne de pescuezo en este pueblo, los pobres artistas, que lo bueno, lo cómodo y lo de lustre, allá se lo reparten los manates.
Cuando el nuevo propietario entró en el salón de popa, rodeado de camarotesúnico lugar habitable en este buque de carga, los recuerdos del muerto salieron a su paso.
El capitán estaba asociado con el propietario, que había hecho quiebra varias veces Y precisamente porque era irracional este viaje, Ulises se apresuró a embarcarse.
En Barcelona conoció a su tío el rico, el talento financiero de la familia Blanes, un hermano de su madre, propietario de una gran tienda de ferretería situada en una de las calles húmedas, estrechas y repletas de gentío que desembocan en la Rambla.
Todos los cabos del promontorio le inspiraban el deseo de doblarlos a nado, como los delfines, todas las bahías y ensenadas necesitaba medirlas con sus brazos, como un propietario que duda de la mensura ajena y la rectifica para afirmar su derecho de posesión.
El , que había sido rebautizado por su nuevo propietario con el nombre de , en memoria de su tío, resultaba una compra dudosa a pesar de su bajo precio.
Además, era el propietario: nadie mandaba sobre él, su poder no tenía límites.
Cuando el buque llegó a Barcelona sin su propietario de vuelta de Nápoles, el hijo de Ferragut no experimentó ninguna sorpresa.
Se unió a la acometividad de su carácter una indignación de propietario que se ve atropellado dentro de su casa.
Yo, en invierno, me dedico a la pesca: soy propietario de una pareja de barcas del Estábamos cerca de las islas Columbretas, cuando de pronto vimos aparecer un submarino cerca de nosotros.
El capitán de vida novelesca iba a quedar convertido en un propietario de casas, sin conocer otras luchas que las que sostuviese con sus inquilinos.
En este ambiente de lobreguez señorial, los objetos del pasado se amoldarían con facilidad, sin el grito de protesta que parecían lanzar al ponerse en contacto con las paredes blancas de las habitaciones modernas La histórica morada exigía cuantiosos desembolsos, por algo había cambiado de propietario muchas veces.
Miró el oficial al edificio y luego examinó a Desnoyers con visible extrañeza, como si lo encontrase de aspecto demasiado humilde para ser su propietario.
Un jefe ostentando en una manga el brazal distintivo de la Administración militar daba órdenes como si fuese el propietario.
Su miedo de propietario le hizo hablar.
En el resto de la tarde y una parte de la noche fué recibiendo el propietario las noticias que le traía el conserje después de sus visitas al castillo.
Era el propietario territorial más rico de la población y el representante genuino de la aristocracia por venir de una antigua familia de terratenientes y no haber en la villa persona titulada que mejor la representase.
Entre los remolinos de aquella muchedumbre y los mil cambiantes de luces de todos colores y reflejos, que asemejaban el bulevar al fantástico escenario de un baile de hadas, Jacobo sólo veía un pensamiento, un plan cuyas primeras líneas se le torcían a cada instante, empujadas por ideas opuestas, por inconvenientes inesperados, por temores fundadísimos que le hacían titubear, gimiendo de dolor como un niño caprichoso a quien quitan de las manos una golosina, rugiendo de rabia como un león encadenado a quien arrancan de las garras su presa, que esto era para él la idea de devolver aquellos documentos, de no quedarse con ellos utilizándolos en provecho propio, y siendo actor principalísimo en vez de mero instrumento Mas ¿cómo responder entonces a la reclamación del terrible propietario? ¿Cómo evitar la sospecha de aquel robo, hecha a un ladrón sin duda, pero al fin y al cabo robo? ¿Cómo prevenir la venganza terrible e inevitable que había de seguirse al descubrimiento?.
A la muerte de su padre se las habían repartido los hermanos a su gusto, siguiendo la costumbre de la huerta, sin consultar para nada al propietario.
Apenas si se acordaba del pobre , y sintió el orgullo del propietario cuando en el puente y en el camino volviéronse algunos de la huerta a examinar el blanco caballejo.
Antes, mucho antes, había sido el propietario de todo aquello un gran señor, que al morir depositó sus pecados y sus fincas en el seno de la comunidad, y ahora ¡ay! pertenecían a don Salvador, un vejete de Valencia, que era el tormento del tío , pues hasta en sueños se le aparecía.
Juanito, propietario y mayor de edad, era la firma con garantías que ella necesitaba.
Podían decir lo que quisieran ciertas gentes, pero él, don Juan Fora, propietario y paseante perpetuo, sostenía que nada hay como la cocina casera y el comer en familia.
——Yo, por ejemplo, no le pagaría al maestro de coches: el maestro de coches tomaría un palco en la Zarzuela y lo dejaría a deber: la empresa de la Zarzuela ajustaría cantantes y no les daría un maravedí: los cantantes comerían en la fonda, y dirían : el fondista haría lo mismo con el carnicero, el pescadero, el cazador y el hortelano: el hortelano tomaría fiado en la tahona: el tahonero debería el trigo al labrador: el labrador no llevaría la renta al propietario: el propietario no pagaría las contribuciones, y el Gobierno le debería a todo el mundo!—Y, a propósito del Gobierno: de esta manera, no habiendo oro, plata, cobre, billetes de banco ni papel del Estado, resultaría que todos los ministros serían sumamente morales, a no ser que se dedicaran a robar cuadros y alhajas, cosa que ni siquiera puede imaginarse, sobre todo en nuestra hidalga nación.
Ya era propietario de inmuebles, y más valía esto que el dinero contante.
Aparisi, propietario y concejal de oficio, era un hombre que se preciaba de , pero con el marqués de Casa-Muñoz no le valía su suficiencia, porque este no toleraba imposiciones y era capaz de poner puntos sobre las haches.
Cayetano Villuendas, rico propietario de casas, progresista rancio.
Las hijas del famoso Bonilla, importador de pañolería y después banquero y extractor de vinos, casaron: la una con Sánchez Botín, propietario, de quien vino la generala Minio, la marquesa de Tellería y Alejandro Sánchez Botín, la otra con uno de los Morenos de Madrid, co-fundador de los Cinco Gremios y del Banco de San Fernando, y la tercera con el duque de Trastamara, de donde vino Pepito Trastamara.

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