Ejemplos con probado

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Cinco años más tarde, y apoyado por el tío de Sebastián Rambert, fue probado por Independiente quedando seleccionado.
En un proyecto junto con Toshiba e Itochu se ha probado un sistema de autocobro.
Aquí te damos algunos consejos por personas que ya han tenido el privilegio de haber probado el mapa.
Los cargos de regidores del Cabildo serían en adelante electivos, los que habían sido comprados se consideraban vacantes y la Junta tendría que dárselos a vecinos que fuesen de un patriotismo probado y de buenos talentos.
Como se ha mencionado, tiene Licencia para matar y ha probado que es capaz y dispuesto a matar a cualquiera que represente una amenaza para su misión.
No era todo, sin embargo, miel sobre hojuelas para don Simón, pues si lo de las fiestas era realizable desde luego, por ser los obstáculos vencibles con dinero, lo del discurso no dejaba de tener tres bemoles, dado que, hasta aquel instante, ni había probado sus fuerzas parlamentarias, ni siquiera elegido asunto para su estreno.
Esto me parece plenamente probado.
Con este le decían entre otras cosas, ha tapado usted la boca a los que aquí se permitían murmurar de su ciego ministerialismo, bien probado con el voto que dió al Gobierno en la cuestión del empréstito.
¿Hay apetito, eh? Ello es que que tú no has probado casi nada hoy.
Nada, nada, cualquier tontería ¿Conque te han probado bien las pildoras? Si don Rufo, por más que digan, entiende ¡Vaya si entiende!se apresuró a decir Ventura con voz temblorosa, la faz tan descompuesta, que su madre la miró sorprendida.
Han probado el dulcedecía, y volverán, ¡vaya si volverán!, así que les dejen.
Leyó la primera de las veinticinco cartas sin comprenderla, en la segunda tropezóse con esta frase, escrita de puño y letra del artillero: En cuanto a tu marido, bueno será que le suprimamos el y le dejemos : está probado que el pobre pertenece a la familia de las.
¡Era la misma! Probado quedaba que la excelentísima señora condesa de Albornoz era una trapisondista de tomo y lomo, y el excelentísimo señor gobernador de Madrid un majadero de siete suelas.
Eso bien lo veo yo Por eso no me opongo Después de todo, lo primero que hay que mirar es el bien de la causa Yo todo se lo sacrifico Bien lo he probado siempre ¡Bien lo estoy ahora probando!.
Harto lo ha probado su ruina, pero además, bastará con que yo, enlazando los rotos recuerdos de mi niñez, te cuente mi modo de vivir en Madrid, para que entiendas que lo mejor, quizá lo único que pudo hacer mi padre, fue dejarme confiada a D.
Yo les he probado que no es natural, sino artificial, el diputado que de aquí enviamos, y, como ahora está en la oposición, el Gobierno le derrotará con mi auxilio en las nuevas elecciones, que serán pronto.
Porque yo, de cerca de treinta años, me he abandonado, me he confiado con gusto, lo declaro francamente, en la amistad honrada de un siervo de Dios, probado en mil fatigas, quebrantado por ellas, lleno de ciencia y de virtud, no se concibe esta amistad, no se explica este trato, sino por motivos viles e impuros.
Si las cartas le hubiesen probado su culpa, el Conde la hubiera asesinado.
No sé por qué temí que la tía Pepilla supiera que no había yo probado el sueño.
¿Será cierto que el dolor es el triste patrimonio de la mísera humanidad? ¿Será cierto que no es posible la realización de nuestros más nobles deseos? Malógrense enhorabuena los planes del malvado, disípense como la niebla los proyectos del perverso, pero ¿por qué han de ser inútiles y vanos todos los pensamientos generosos, todas las desinteresadas aspiraciones de la juventud? ¿Será cierto que la maldad nos acecha por todas partes? ¿Será verdad que el vicio se disfraza con el blanco traje de la virtud, y que la flor más bella está comida de gusanos? ¿Si es una verdadera miseria vivir en la tierra, no es mejor morir cuando no hemos probado aún las amarguras de la vida?.
¿Por qué he de ser yo tan mala como parece? ¿porque tengo una idea? ¿No puede una tener una idea? ¿Dice usted que la otra es un ángel? Yo no lo niego, yo no pretendo quitarle su mérito Si a mí me gusta, si quisiera parecerme a ella en algunas cosas, en otras no, porque ella será para usted todo lo santa que se quiera, pero está por debajo de mí en una cosa: , y cuando tocan a tener hijos, no me rebajo a ella, y levanto mi cabeza, sí señora Y no los tendrá ya, porque está probado, y por lo que hace a que yo los puedo tener, también muy probado está.
No se habían probado las duchas, ni el sacarle de paseo al campo, ni el bromuro de sodio, que estaba dando tan buen resultado contra la peri-encefalitis difusa y contra la meningo-encefalitis, etc y siguió echando términos de medicina por aquella boca, pues entonces le daba por leer libros de esta ciencia, y con una idea tomada de aquí y otra de allá hacía unos pistos que eran lo que había que ver.
Era probado: Siempre que su marido estaba por las noches muy dado a la somnolencia espiritual, al día siguiente le entraba la desconfianza furibunda y la manía de que todos se conjuraban contra él.
Todo lo cual tenia puesto en gran confusion al caballero, de la cual salió contándole su mujer todo aquello que Leocadia le habia contado, y él lo creyó por divina permision del cielo, como si con muchos y verdaderos testigos se lo hubieran probado.
Oyó Vidriera que dijo un hombre a otro, que así como habia entrado en Valladolid habia caido su mujer muy enferma, porque la habia probado la tierra.
El caso es, buen hombre, que ya yo estoy cansado de tomar tantos pareceres, porque veo que a ninguno pregunto lo que deseo saber que no me diga que es disparate el decir que ésta sea albarda de jumento, sino jaez de caballo, y aun de caballo castizo, y así, habréis de tener paciencia, porque, a vuestro pesar y al de vuestro asno, éste es jaez y no albarda, y vos habéis alegado y probado muy mal de vuestra parte.
En resolución, viéndose don Quijote atado, y que ya las damas se habían ido, se dio a imaginar que todo aquello se hacía por vía de encantamento, como la vez pasada, cuando en aquel mesmo castillo le molió aquel moro encantado del arriero, y maldecía entre sí su poca discreción y discurso, pues, habiendo salido tan mal la vez primera de aquel castillo, se había aventurado a entrar en él la segunda, siendo advertimiento de caballeros andantes que, cuando han probado una aventura y no salido bien con ella, es señal que no está para ellos guardada, sino para otros, y así, no tienen necesidad de probarla segunda vez.
Llamábase Azán Agá, y llegó a ser muy rico, y a ser rey de Argel, con el cual yo vine de Constantinopla, algo contento, por estar tan cerca de España, no porque pensase escribir a nadie el desdichado suceso mío, sino por ver si me era más favorable la suerte en Argel que en Constantinopla, donde ya había probado mil maneras de huirme, y ninguna tuvo sazón ni ventura, y pensaba en Argel buscar otros medios de alcanzar lo que tanto deseaba, porque jamás me desamparó la esperanza de tener libertad, y cuando en lo que fabricaba, pensaba y ponía por obra no correspondía el suceso a la intención, luego, sin abandonarme, fingía y buscaba otra esperanza que me sustentase, aunque fuese débil y flaca.
Consolóse con esto Sancho, y aseguró a la princesa que tuviese por cierto que él había visto la cabeza del gigante, y que, por más señas, tenía una barba que le llegaba a la cintura, y que si no parecía, era porque todo cuanto en aquella casa pasaba era por vía de encantamento, como él lo había probado otra vez que había posado en ella.

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