Ejemplos con probé

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Después probé y me gustó, manifestó.
Cuando las recibí y las probé, vi que no me estaban bien.
¡Dichosa severidad! Cansada del sinnúmero de medicinas que he tomado para calmar mis penas, probé la indulgencia, y no me va mal con esta droga.
Después me metí con los frailes, y probé que entre ellos y los palaciegos nos han traído la guerra civil.
¡Felices tiempos aquellos! ¡Cómo varían las cosas! ¿Dónde están las alegrías de aquella época? ¿Dónde los infantiles regocijos? ¿A dónde se fueron las ilusiones rosadas, las mariposillas de la infancia? Ahora todo ha cambiado, no hay sueños para el alma, la frente, antes soñadora, tiene ya la palidez del primer dolor, ya probé las amarguras de la vida, y sé que sus dejos se quedan en los labios para siempre.
Me tenté la espada, por ver si estaba en mi cintura, y probé si salía con holgura de la vaina.
Yo que esperaba que bajase el agua para pasar, probé en este intermedio el agua y la hallé casi dulce, y no quedándome la menor duda que por allí desaguaba el Colorado, o a lo menos alguna porcion de él, tiré algunos tiros llamando al contra-maestre y marineros, los que volvieron, habiendo bebido agua dulce en el dicho rio.
Habiendo llegado a él, probé el agua salada, y por ser ya de noche me volvi a bordo: en este intermedio hice tender la red a los marineros, y se pescaron algunos pejereyes y bacalaos.
Entonces exclamó su interlocutor como venteando por el aire el olor de imaginarios buñuelos fritos en aceite y rellenos de crema y endulzados con miel: Por el honor de los árabes, que ahora mismo me vuelvo a Bagdad para comer ese delicioso bocado que no probé en mi vida durante mis correrías por el desierto!.
Jamás probé brebaje igual.
—¡Cocota! ¿No te descubres? ¿Qué haces aquí? ¿No te probé que nada te debo?.
Probé a caminar y la.
—¿Es que acaso no es mío el rumbero Silva? ¿No les probé que era el picure.
—El otro día lo probé.
No probé bocado desde que me desayuné.
Probé de hacerlo con el impedimento que llevaba en mi pierna, cosa que me hizo pensar otra vez en el hombre que llevaba aquel hierro en la suya, y observé que el ejercicio tenía tendencia a llevar el pan con manteca hacia el tobillo sin que yo pudiera evitarlo.
Y ella, taciturna, siguió almorzando entre suspiros, y yo, meditabundo, apenas probé bocado.
Las probé y me supieron a demonios.
Ello fue que en el salón, después de la comida, cuyo suculento aliño a la española tengo que elogiar aunque sea de pasada, probé a sacar del pedernal duro de María Ignacia algunas chispas, hiriéndola por uno y otro lado de su entendimiento con el eslabón de estudiadas preguntas y proposiciones.
, los comparé con lo que se les entregaba a las indiadas de Calfucurá y probé que iban a recibir más que ellos.
¡Sin embargo, ¡oh Emir de los Creyentes! te juro por la nobleza de mis antecesores que reprimí los impulsos de mi alma y no probé bocado! Por el contrario, esperé a que mi huésped me instase con mucho ahínco a servirme de aquello, y le dije: ¡Por Alah! hice voto de no tocar ninguno de los manjares de tu hospitalidad, emir Jobair, mientras no accedas a una súplica que es el móvil de mi visita a tu casa.
Yo probé.
-Pero yo tuve la suerte de defenderlo -continuó del Campo-, probé que era inocente y lo soltaron, por eso él me convidó a que viniera a su rancho a pasear cuando anduviera desocupado.
Un mes largo de talle que no probé bocado,.
Con que yo sospeché que me venía con segundas, y probé a tirarle un poco de la lengua, por si él andaba, en el ajo.
-Un pedazo de pan, y otro trago de ese ron tan excelente que ya probé, porque hace mucho tiempo que no he tomado nada.
Tan cogida me vi entonces, que estuve sí canto o no canto, pero dominándome un poco, probé a negar, y negué, con la mayor desvergüenza, que hubiera cambiado de vestido en toda la mañana.
José como su bendita hermana se desviven por agasajarme, y te aseguro que ni probé jamás tan mullido y albo lecho como el que aquí disfruto, ni entraron por esta boca pecadora condimentos tan substanciosos, ricos y variados como los que en obsequio mío presentan diariamente en su mesa.
Habiendo llegado á él, probé el agua salada, y por ser ya de noche me volvi á bordo: en este intermedio hice tender la red á los marineros, y se pescaron algunos pejereyes y bacalaos.
Hice alto un momento, probé la sal y era excelente.

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