Ejemplos con prevengo

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

García, te prevengo que la obra de tu amigo será estrepitosamente silbada.
Así como el primer impulso de la profanación será dirigirse a lo más sagrado del santuario, la regresión vulgarizadora contra la que os prevengo comenzará por sacrificar lo más delicado del espíritu.
Te prevengo que seré muy celosa si me das motivo para serlo, pero celos retrospectivos no tendré nunca.
Le prevengo a usted que tengo mucha experiencia de esto.
Se lo prevengo, señor, para que le lleve el genio y le diga que sí.
Sí, les prevengo a ustedes que estén con cuidado.
-Sí -dijo Villefort-, pero prevengo de antemano al señor d'Epinay que mientras yo viva no será impugnado el testamento de mi padre, pues mi posición no me permite que se arme semejante escándalo.
-Sí duque, sé que vos sois muy indulgente con la reina, demasiado indulgente quizá, y os prevengo que luego tendremos que hablar de esto.
El síndico respondió: ¡Oh madre de Grano-de-Belleza! ¿Ignoras que el mal de ojo es una realidad de las más amargas y lamentables y que no se pueden gastar bromas con cosas tan serias? ¿Olvidaste la suerte del hijo de nuestro vecino y la de otros muchos, víctimas del mal de ojo? ¡Te prevengo que la mitad de los muertos que están enterrados han perecido del mal de ojo!.
-¡Ah!, si venís a buscar querellas con el señor, porque le he preferido a vos, os prevengo que haré un asunto grave de este insulto, y daré parte al procurador del rey.
-Caballero -respondió Danglars, pálido de cólera y de miedo-, os advierto que cuando tengo la desgracia de encontrarme con un dogo rabioso, le mato, y lejos de creerme culpable, pienso que he hecho un servicio a la sociedad, así, os prevengo que si estáis rabioso, os mataré sin piedad.
-Morrel, escuchad aún -dijo el conde-: no tengo necesidad de que intercedan por el señor de Morcef, el señor de Morcef, os lo prevengo, volverá tranquilo con sus dos amigos, mientras que yo.
Y te prevengo que, del dinero que te gane, no te perdono un cuarto, y que si para cobrarme te embargo la caldera, no espere tu mujer que se la devuelva al otro día.
-Te prevengo que mi propósito fue, después de decir a la superior autoridad lo perniciosa que era tu presencia aquí para la paz pública, y hasta para el decoro de la bandera que has levantado y crees defender, suplicarle que te llevaran entre bayonetas y te pusieran a buen recaudo por mucho tiempo, pero un corazón demasiado generoso intercedió por ti.
Encárgoos, pues, que al cerrar nosotros con el enemigo tengáis presente vuestra libertad y la de todos los griegos, esto sea lo primero: lo segundo, os prevengo que no os olvidéis del nombre y seña de Hebe.
-Bueno -agregó Romero, sacando también un billete de cien pesos-, pero prevengo que no sufro trampas, y a la primera le rompo el alma y alzo la parada.
-Tratad de no hacerme esperar, porque a las doce y cuarto os prevengo que seré yo quien corra tras vos y quien os corte las orejas a la carrera.
-De buen grado - respondió el señor de La Trémouille-, pero os prevengo que estoy bien informado, y toda la culpa es de vuestros mosqueteros.
Afortunadamente, yo no soy banquero como el señor Danglars, pero os prevengo que soy tan incrédulo como él.
Soy lo suficientemente rico para saber todo lo que quiero saber, y soy muy curioso, os lo prevengo.
Os prevengo que soy muy exacto.
¡Al fin encontramos un bandido! Os prevengo, querido huésped, que no voy a creer una palabra de lo que digáis.
-¡Bien!, voy a apresurarme a ejecutar las órdenes de sus excelencias -dijo maese Pastrini-, pero les prevengo que el carruaje les costará seis piastras al día.
-Dígame la justicia en qué quiere que la ilustre, y obedeceré de todo en todo: aunque le prevengo -añadió con una sonrisa- que cuanto puedo decir es de poca monta.
-¿Con ésas me vienes, con amenazas ahora? Pierdes, te lo prevengo, lastimosamente tu tiempo -repuso ella provocante-, inventa algo mejor -y clavando en su marido la mirada, una mirada de encarnada y profunda hostilidad- ¿qué más, dime, qué desgracia mayor puede llegar a sucederme a mí que la ignominia de tener un marido como tú?.
-En fin, sea como tú quieras, pero te prevengo que no será posible hoy ni mañana: tengo que buscar casa y arreglarla.
Te prevengo para tu satisfacción que hace más de un año no privan aquí entre la gente del pueblo más que ese cantar tal como le has oído, y otro que no le va en zaga, así por la letra como por la música, que no tardarán en echar estos mismos trovadores.
-Le prevengo a usted que aquí se bañaba la reina cuando estuvo en Santander.
Os prevengo, sin embargo, que sois esclavo de vuestras pasiones.
Suponiendo que yo pueda ser responsable de vuestra felicidad, os prevengo que hacéis un sofisma cuando la comparáis con el derecho.

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