Ejemplos con pretina

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Por costumbre las mujeres usan sencillo Huipil, con bordados que resaltan el corte cuadrado del cuello y el borde del vestido, se coloca sobre Fustán que es un medio fondo rizado sujeto a la cintura con pretina de la mism varias cooperativas artesanales, cuya principal actividad es la alfarería, así como varios talleres familiares dedicados a la confección de ropa típica, joyería y fabricación de muebles en general.
Por costumbre las mujeres usan sencillo Huipil, con bordados que resaltan el corte cuadrado del cuello y el borde del vestido, este se coloca sobre el Fustán, que es un medio fondo rizado sujeto a la cintura con pretina de la misma tela, calzan sandalias, y para protegerse del sol se cubren con un rebozo.
Por costumbre las mujeres usan sencillo Huipil, con bordados que resaltan el corte cuadrado del cuello y el borde del vestido, este se coloca sobre el fustán, que es un medio fondo rizado sujeto a la cintura con pretina de la misma tela, calzan sandalias, y para protegerse del sol se cubren con un rebozo.
Vestía Padrón a la usanza guajira, quiere decirse: de camisa blanca y pantalón de listas azules ceñido a la cintura por detrás con una hebilla de plata, que recogía las dos tiras en que remataba la pretina.
En resolucion, en poco espacio se juntaron en el patio hasta catorce personas de diferentes trajes y oficios: llegaron tambien de los postreros dos bravos y bizarros mozos, de bigotes largos, sombreros de grande falda, cuellos a la valona, medias de color, ligas de gran balumba, espadas de mas de marca, sendos pistoletes cada uno en lugar de dagas, y sus broqueles pendientes de la pretina: los cuales así como entraron, pusieron los ojos al traves en Rincon y Cortado a modo de que los estrañaban y no conocian, y llegándose a ellos les preguntaron si eran de la cofradía.
Llegaron también de los postreros dos bravos y bizarros mozos, de bigotes largos, sombreros de grande falda, cuellos a la valona, medias de color, ligas de gran balumba, espadas de más de marca, sendos pistoletes cada uno en lugar de dagas, y sus broqueles pendientes de la pretina, los cuales, así como entraron, pusieron los ojos de través en Rincón y Cortado, a modo de que los estrañaban y no conocían.
—Desta manera, prosiguió, me ha parado aquel ingrato del Repolido, debiéndome mas que a la madre que le parió: y ¿por qué pensais que lo ha hecho? montas que le di yo ocasion para ello: no por cierto, no lo hizo mas sino porque estando jugando y perdiendo, me envió a pedir con Cabrillas, su trainel, treinta reales, y no le envié mas de veinte y cuatro, que el trabajo y afan con que yo los habia ganado, ruego yo a los cielos que vaya en descuento de mis pecados, y en pago desta cortesía y buena obra, creyendo él que yo le sisaba algo de la cuenta que él allá en su imaginacion habia hecho de lo que yo podria tener, esta mañana me sacó al campo detras de la huerta del Rey, y allí entre unos olivares me desnudó, y con la pretina, sin escusar ni recoger los hierros, que en malos grillos y hierros le vea yo, me dió tantos azotes, que me dejó por muerta: de la cual verdadera historia son buenos testigos estos cardenales que mirais.
hago juramento, que si me levanto, que con los hierros de mi pretina os tengo de poner las posaderas como unas amapolas.
Y, a pocos pasos que entró por el bosque, vio atada una yegua a una encina, y atado en otra a un muchacho, desnudo de medio cuerpo arriba, hasta de edad de quince años, que era el que las voces daba, y no sin causa, porque le estaba dando con una pretina muchos azotes un labrador de buen talle, y cada azote le acompañaba con una reprehensión y consejo.
¡Qué palabra fuese ésta para un pobre mozo que llevaba todos sus bienes consigo, podrá vuesa merced considerar! Allí hallé presentes todos los trabajos, allí eché la bendición a la cadena que en la pretina de los grigüescos llevaba cosida, allí lloré la muerte de mis ciento y cincuenta escudos que en el jubón llevaba, allí di al diablo a Sevilla y a mi amo y a quien a su casa me llevó, allí me acordé de que si yo hubiera cumplido el consejo del difunto ermitaño que no me sucediera el mal que al presente trabajaba, y allí, finalmente, me despojé del bien y apoderé del mal, como el que se veía pobre.
Entregados a una de sus distracciones predilectas, levantando la punta de una pollera, tironeando una pretina, haciendo cama a un boca abierta dando con un puñado de garbanzos en el rostro de los transeúntes, fastidiando a medio mundo con sus pillerías de muchachos traviesos y mal intencionados, vagaban una vez en tropel por las calles del mercado.
El señor Paco el Biznaguero, llegado que hubo al rincón de la taberna, donde solía coger las enormes pítimas que habíanle colocado en el lugar de preferencia que ocupaba entre los más famosos curdones de Andalucía, sentóse lentamente, puso en libertad el imponente abdomen, desabotonándose el chaleco y parte de la pretina, dio un resoplido de satisfacción, colocó el sombrero sobre una silla, sobre otra el enorme acebuche que servíale de sostén en los momentos más críticos, limpióse el copioso sudor con un pañuelo de los de yerbas, y exclamó después, golpeando en la mesa con el puño cerrado:.
maestra de corte, se zafó de la pretina las llaves y, abriendo el baúl, nos.
pretina.
Tenía los pantalones superfluamente sostenidos por la pretina, y un trozo de camisa blanca como la punta de un pañuelo escapaba de su bragueta.
Traía la abertura del cuello enfrente de la oreja y muchos papeles en la pretina.
Vestía el singular personaje pantalón de color de hoja seca, corto y angosto de perneras y con pretina de trampa, chaleco azul, cerrado, por una fila de botones de metal amarillo, hasta la garganta, y, por último, casaquín de cuello derecho, con narices en los arranques de las aletas traseras, o faldones rudimentarios, prenda que fue muy usada, hasta no ha mucho tiempo, en la Montaña, por los señores de aldea.
Hice un vestido de paño verdoso obscuro en cuya pretina metí la cadena y caminé a Sevilla para acomodar me con tiempo con quien me llevase a donde deseaba.
La sacristana, mi señora, tenía perdida toda la mala querencia al barbero, el cual, como la sintiese enferma de la voluntad, hallándola sola la derramó los celos por el rostro y cuerpo en cantidad de mojicones, aprovechándose después de la pretina, con que la desconcertó un brazo y acardenaló todo el cuerpo, jurando una y otra vez de no volver para siempre a su amistad, y que dello daba por testigo al tiempo, de que ella estaba harto más sentida que de los golpes recebidos.
Prendido a la pretina de sus polleras, no servirá nunca para nada.
No tuvo tiempo para más, de un salto el hampón cayó sobre el Zurdo, lo sujetó por las solapas de la americana, lo agarró con la mano libre por la pretina del campanudo pantalón, y alzándolo en el aire lo dejó caer con golpe sordo contra el piso.
Mira la doncella que puesta en pretina.
acuchillado le condenaron a que terciase la falda prendiéndola de la pretina, para que todo.
Alegrósele la paxarilla al alguacil, y dixo: yo los meteré en pretina, ó podré poco, yo les haré, dijo el escribano, que me baylen el agua delante, y los dexaré en el pelo de la camisa, que no ha de ser todo chancharasmanchas, y basta ya la trisca.
Y al mismo tiempo que entró Piedepalo con el particular, se entró tras ellos Cienllamas, con la vara en la pretina, y Chispa y Redina con él, preguntando:.

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