Ejemplos con prestancia

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Era garboso, tenía prestancia natural.
La elección de mármol para los suelos y de estuco en tono tostado para las paredes fue decisión de la baronesa Thyssen, Carmen Cervera, y a pesar de algunas suspicacias, suele elogiarse porque da más calidez y prestancia a las salas.
El reloj tiene forma de rosetón, fue realizado en un taller de Miranda de Ebro y la esbelta aguja confiere a la torre una notable prestancia.
Moreno, quienes lo describen como de prosapia ilustre y aristocrática prestancia.
Los principales destinatarios de los trabajos de los orfebres eran los gauchos ya que los adornos con plata daban a este una prestancia especial, la cual se basaba en valentía, varonil y generosa.
La clave de su éxito fue siempre su privilegiada relación con el soberano inglés, que admiraba su ingenio, cultura y prestancia, y apreciaba sobremanera su compañía.
Un trabajo delicado devolvió al club su estilo y prestancia del pasado, aunque sin poder recuperar la característica torre que identificaba la esquina de Paseo Victorica y Oliveira Cezar y que servía como torre de transmisión de las emisoras radiales que en aquella época transmitían en directo las regatas que se realizaban en el río Luján.
Tuvo la habilidad y prestancia para desarrollar sólidas amistades con la comunidad judía así como con franceses, alemanes, húngaros, polacos, checos y rumanos.
Durante la Primera Guerra Mundial, comandó con prestancia en el Medio Oriente.
Como es habitual en este tipo de edificaciones dos puertas a ambos lados del zaguan comunican con las estancias en semisótano, destinadas un tiempo a viviendas, que mantienen cierta prestancia por su cubrición a base de grandes vigas de madera vista.
Su toreo a pies juntos no quitaba recorrido al lance ni al muletazo, y poseía la misma prestancia y majestad que si lo ejecutara con el cantado hacer clásico de cargar la suerte.
Está realizada con mármoles de diversos colores, embutidos y taraceados, consiguiéndose una obra de gran prestancia, relacionada por su estética con Gómez de Sandoval.
En Granada se conservan dos obras con su atribución, la mejor es una Inmaculada en la abadía del Sacro Monte que acusa en su dorada entonación y prestancia de formas el influjo canesco, junto con la grandilocuencia flamenca.
Cuando Apolonio progresaba hacia las candilejas, doblando a tiempo la espina, pero sin perder, no obstante, su maravillosa prestancia y pontificia dignidad, una voz emitió clamorosa solicitud: ¡Que nos enseñe el negro de la uña! Truculentos aplausos.
Apolonio, como siempre, ya desde su juventud, anda híspido, enhiesto el cráneo, con lentitud y prestancia pontificales.
¡Y cómo se parecía Apolonio a sus gallos! Se les parecía en la silueta, en el aire de prestancia, en el énfasis, en la cresta, pero no en los espolones, se les parecía por fuera.
Como los españoles no habíamos visto, en lo que iba de siglo, Rey ni Roque a la moderna, más arrimados a la Libertad que al feo absolutismo, ardíamos en curiosidad por ver el cariz, el gesto, la prestancia del que nos mandaba Italia en reemplazo de los en buen hora despedidos Borbones.
Riose el Bailío de esta humorada, y como sólo estaba calzado de la bota izquierda, porque la derecha le apretaba, se calzó esta con protesta de sus callos, disponiéndose a recobrar su eclipsada prestancia.
No me mordí la lengua para defender mi vestido y prestancia, y despotriqué furiosamente contra el odioso pantalón, incómodo y deshonesto, contra las chaquetas y levitas de lúgubres colores, contra los acartonados cuellos de las camisas y las ridículas corbatas que nos oprimen el pescuezo.
Aféitese, si no tiene navaja con un vidrio, y póngase, en vez de polvo, cualquier compuesto de pulir metales, pero si va a pedir algo vaya con la prestancia de un gran señor y la insolencia de un príncipe.
Y el rostro romboidal del Astrólogo, con las guías de los bigotes caídas a lo largo de las comisuras de los labios, y su chistera de cochero de punto, lo entusiasmó, luego pensó que unido a la sociedad podría continuar sus ensayas de electrotécnica, y ahora cruzaba las calles semejante a un emperador venido a menos, sin reparar que su prestancia seducía a las planchadoras que pasaban con la cesta bajo el brazo, y emocionaba a las pantaloneras que regresaban de las tiendas con pesados bultos.
Nunca resultaba más siniestro que cuando se mostraba todo cortés, lo cual es probablemente la mejor prueba de educación, y la elegancia de su dicción, incluso cuando maldecía, así como la prestancia de su porte, demostraban que no era de la misma clase que su tripulación.
A él, por su prestancia atlética, lo habían seleccionado para que mostrara el fun-cionamiento inicial de uno de los modelos más recientes en producción computadorizada.
Puede ser el apretarse más la fibra y resistir la sed, el coraje y firmeza para enfrentar Pamperos con la severa prestancia del ombú, o la sencilla reciedumbre de ñandubay.
Inerme y sin otra prestancia que la que le daba su alto sombrero, fue hacia la calle de Bailén y Plaza de Oriente, notó que por la Puerta del Príncipe entraban hombres y muchachos de mal pelaje, colándose entre los grupos, llegó al patio, donde unos cuantos bigardos y chulos indecentes, con palos y navajas, intentaban desarmar a los alabarderos.
Abriremos la mano en el dispendio, pues como ustedes saben, vienen tiempos en que las personas han de ser estimadas según su prestancia y el tono que se den al presentarse en el escenario social».
No me mordí la lengua para defender mi vestido y prestancia, y despotriqué furiosamente contra el odioso pantalón, incómodo y deshonesto, contra las chaquetas y levitas de lúgubres colores, contra los acartonados cuellos de las camisas y las ridículas corbatas que nos oprimen el pescuezo.
Vino a Madrid muy joven en busca de fortuna, y a poco de llegar, su exquisita educación y su prestancia no aprendida le proporcionaron relaciones excelentes.
Verdad que también había gran desproporción entre la prestancia social de muchos y su valer intelectual.
La prestancia y la experiencia de la vida han de servir alguna vez al hombre para no empeorar con responsabilidades inútiles las consecuencias de la Ley, el arrepentimiento no puede ser jamás sustituto defensivo, ni pliego de rectificaciones ni proceso de agravios.

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