Ejemplos con prendiendo

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Los motores Diésel no parten ni aun prendiendo hogueras bajo ellos, hay que abandonar las máquinas, el pan, la grasa y mantequilla son como piedra, no se puede comer, se agripan las armas automáticas y es necesario quitarles las armas a los cadáveres rusos pues éstas sí funcionan y bien.
Shackleton y Wild, esperando que el barco se encontrara cerca, procuraron llamar su atención prendiendo fuego a una pequeña cabaña de madera utilizada para las observaciones sobre el magnetismo.
La manera de enfrentarse es mucho específica, mucho frecuentemente prendiendo algún comportamiento animal y se asemeja solamente de mucho distante a otras prácticas orientales.
La información que dio el Diario de Navarra que se había suicidado prendiendo fuego al pajar del suelo.
Prendiendo fuego a Honn -ji Nobunaga cometió seppuku y su joven paje M ri Ranmaru lo asistió.
Simultáneamente, una lluvia de flechas incendiarias, saetas y jabalinas, se alzó desde el campamento enemigo, provocando estragos en la población y prendiendo con fuego los tejados de paja o madera.
Furioso, Clodio atacó a los trabajadores que reconstruían la casa de Cicerón con dinero público, asaltando al propio Cicerón en la calle, y prendiendo fuego a la casa del hermano del orador, Quinto Tulio Cicerón.
Lo interesante de estos PIC es que si algún bloque no se utiliza este no consume potencia por lo que podemos ir prendiendo al bloque sólo en el momento de usarlo para evitar desaprovechar energía del sistema de alimentación.
Los palafitos eran hechos con un armazón de madera y con palma sus costados y techo, el caquetío al abandonar su asentamiento destruían sus viviendas o bohíos prendiendo fuego.
Finalmente el tomo un trabajo prendiendo los incineradores y algunos otros extraños trabajos en la casa de una fraternidad, en recompensa se le permitía dormir en el sótano de la fraternidad y comer.
Adela estaba prendiendo en aquel momento en sus cabellos rubios un jazmín del Cabo.
Estaban prendiendo fuego a la iglesia de los jesuítas.
El , en sus arranques de gallito bravucón, proponía degollar una tarde en el coro a todos los canónigos, prendiendo después fuego a la catedral.
Currita, deseando despertar la emulación en provecho de los pobrecitos heridos, distribuíalos de esta suerte, y era verdaderamente un encanto, que arrasaba en lágrimas los ojos, ver aquellas tiernas parejas de inocentes doncellitas de quince a veinte años, y castos mancebitos de veinte, treinta y hasta cuarenta, sacando hilas del mismo trapito, sosteniendo por lo bajo pláticas caritativas que les animaban a la santa obra, todo, por supuesto, bajo la inspección de la angelical condesa de Albornoz, que iba de un lado a otro distribuyendo las parejas, repartiendo los trapitos, recogiendo en bandejas de plata, ayudada de sus micos, la obra ya hecha, animando a los perezosos con una sonrisa, enfervorizando a los tibios con una palabra, prendiendo por todas partes el fuego de caridad que la abrasaba a ella misma.
La duquesita dio teta al hijo de Manuela durante tres días, al cabo de los cuales, doblegándose ante la enérgica actitud de su esposo, devolvió el niño a la madre, prendiendo entre los pañales un billete de Banco para que pudiese pagar nodriza.
¿Por qué miraba aquello? Su turbación le llevaba a colgar las miradas aquí y allí, prendiendo el espíritu en cualquier objeto, aunque fueran las cabezas de los clavos que sostenían los retratos.
Arrancó después algunas hojas de un breviario, retorciéndolas tranquilamente entre las manos, y sin vacilar un punto, impasible, sereno, las encendió en la lámpara, prendiendo con ellas los combustibles hacinados.
-Están prendiendo gente -añadió D.
El golpe, pues, consiste en apoderarnos en toda la continencia posible de la causa, prendiendo simultáneamente a la zamba, hacemos que cualquiera revelación lesæ Majestatis que resulte, ocupe el lugar de un incidente, de una emergencia de la causa principal, y este es, como os he dicho, el golpe maestro.
-No prendiendo a Mercedes y dejándome toda mi influencia sobre ella, V.
Y como Leoncia ya había comprendido, y permanecía atónita, el viejo, con sonrisa indefinible, avanzó, puso los dos pies dentro de la chimenea enorme, metió la cabeza en la honda campana, y el fuego, prendiendo en sus melenas de acero claro y en su barba argentada, lo envolvió, consumiendo rápidamente su forma, mientras su voz cascada y lejana murmuraba, como en sueños.
Nada, un descuido, la maquinilla de alcohol donde calentaban los hierros de ondular, volcada, el líquido ardiente prendiendo en la flotante manga de la bata de muselina, el sufrimiento y el terror, que inspiran lo contrario de lo que aconseja la prudencia, y lanzan a una carrera insensata hacia la puerta y hacia el aire libre, el aturdimiento de los espectadores, que no les da tiempo a hacer lo único indicado en casos tales, lo practicado por Román, y, al terminar el entrecortado relato, un abrazo confundía al novio y a la hermana, cuyas lágrimas mojaron las mejillas de Román, sus tiznados y chamuscados ojos.
Una noche, después de cenar, reunidas en amplio salón las dos familias, hermosas y numerosas, prendiendo su cavur -legítimo -dijo a Giovanelli su socio:.
El contento de la tropa, soltando chispas a lo largo del árido camino, iba prendiendo fuego y levantando llamas de alegría: para los pueblos era una dicha el paso de la tropa, y esta no deseaba sino que España fuese del tamaño de todo el mundo para que la marcha no tuviese fin.
Prendiendo luego la llama, fue corriendo el incendio de casa en casa hasta apoderarse de la ciudad entera.
Pero sus patas se fueron prendiendo en la miel y no pudieron alzar el vuelo de nuevo.
Prendiendo malas noches, e días denegrados.
Iba Sancta Maria prendiendo sus derechos.
El muchacho, siempre en la duda de qué significaría su título de «blasfemo», resignábase con su suerte, sin sospechar que se publicaban periódicos con sueltos escritos por los mismos interesados en que se hablaba del gran servicio prestado el día anterior por el cabo Fulano «y fuerza a sus órdenes», prendiendo al terrible criminal conocido por el Groguet.

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