Ejemplos con próxima

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Así, pues, confió a su mujer el del fascinador título nobiliario, y la preguntó en seguida, con el acento más dramático que pudo, si le parecería regular proteger los amores de su hija con un semejante, cuando estaba próxima a ceñir sus sienes acaso con la ducal corona.
Revivió con esta incensada el amortiguado espíritu de don Simón, y en el acto se puso a contestar a sus amigos, dándoles las gracias y asegurándoles que en la ya próxima discusión de los presupuestos demostraría a sus murmuradores cuán leve era su adhesión al Ministerio, comparada con su amor al país que representaba.
Desde la próxima semana te caerán en el bolsillo todos los días dos pesetas como dos soles.
España estaba tan exangüe al acabar los Austrias, que se vio próxima a ser repartida entre las potencias de Europa, como Polonia, otro pueblo católico como el nuestro.
Comía con la cabeza baja, para no mirar a su hija, que estaba sentada al otro extremo de la mesa y parecía próxima a prorrumpir en llanto viéndose ante él.
¿Qué le importaba su carrera viendo a la Iglesia en peligro y próxima a desvanecerse la poesía soñolienta de los siglos que le había envuelto desde la cuna como una nube perfumada de incienso viejo y rosas marchitas?.
Lo que le valía el continuo acarreo de pellejos hinchados de vino o de aceite perdíase en manos de chalanes y constructores de carros, hasta que llegó el momento en que, viendo próxima su ruina, abandonó el oficio.
La ceguera de la cólera y la penumbra crepuscular no le permitieron distinguir si era hombre o mujer, pero vio cómo de un salto se metía dentro y cerraba la puerta de golpe, asustado por aquella aparición próxima a echarse la escopeta a la cara.
Esta lucha, que durante dos días apasionaba a toda la vega y no parecía aún próxima a su fin, había llegado a oídos de Batiste.
En la puerta de una escalerilla le hacía señas una buena moza, despechugada, fea, sin otro encanto que el de una juventud próxima a desaparecer, los ojos húmedos, el moño torcido, y en las mejillas manchas del colorete de la noche anterior: una caricatura, un payaso del vicio.
Las niñas, con Andresito, hacían planes para la próxima feria.
No era su próxima degradación lo que más lamentaba, sino la pérdida de los placeres con que le había tentado la riqueza improvisada.
La calma del crepúsculo, compuesta de murmullos imperceptibles, de lánguidos suspiros que exhala la Naturaleza próxima a adormecerse, invadía el ambiente.
Su madre era una tramposa capaz de todos los enredos y vergüenzas para conservar el falso oropel de su vida, su madre despreciaba las murmuraciones que herían hondamente el honor de la familia, dejaba a las hijas que se arrojasen en el peligro, arrastradas por la desesperada audacia de cazar un novio, y al final se entregaba como una perdida en brazos de un amigo de su esposo, se vendía infamemente cuando estaba próxima a la vejez, manchando todo su pasado, por una necesidad del orgullo.
Yo lo arreglaré, y poco he de poder o la próxima semana tendremos ese dinero.
En cuanto llegasen a la próxima esquina, interrumpía a la joven, aun a riesgo de ser descortés.
Estaba próxima a los cincuenta años, según confesión que varias veces hizo a sus hijas, pero era tan arrogante y bien plantada, unía a su elevada estatura tal opulencia de formas, que todavía causaba cierta ilusión, especialmente a los adolescentes, que con la extravagancia del deseo hambriento sienten ante los desbordamientos e hinchazones de la hermosura en decadencia la admiración que niegan a la frescura esbelta y juvenil.
Las de mi niña pronto estarían engalanadas con todos los primores de la próxima primavera.
Linilla sonreía alegremente, pensando en la próxima llegada de su protector, pero no podía disimular su tristeza.
Preparamos los cuadros y sembramos rosales, claveles, lirios, azucenas, que nos prometían para la próxima primavera abundantes flores.
Vino el médico del pueblo y declaró que ya era tarde, ¡que la agonía estaba próxima!.
Aguardé en la esquina próxima la hora señalada, y al sonar ésta en el reloj de la Parroquia me presenté en el despacho.
Nada había variado: las arboledas, más copadas, conservaban la misma disposición, el mismo aspecto, el caserío de la hacienda próxima volvía ante mis ojos igual, idéntico, como una estampa admirada en la niñez, y que el mejor día, cuando menos lo esperamos, viene a recordarnos épocas dichosas.
Tan triste se puso un día pensando en estas cosas y tan al vivo se le representaban la próxima perdición de su querido hijo y las redes en que inexperto caía, que salió de su casa resuelta a implorar la misericordia divina del modo más solemne, conforme a sus grandes medios de fortuna.
Por la parte más próxima a la calle, fuertes rejas de hierro completaban el aspecto feudal del edificio.
En el mismo instante salió una mujeraza de la puerta más próxima, y agarrando a una de las niñas embadurnadas, le levantó las enaguas y empezó a darle tal solfa en salva la parte, que los castañetazos se oían desde el primer patio.
Y no se hacía ya ilusiones el bueno de Olmedo acerca de la catástrofe próxima.
Cuando su tía tomó respiro dejándose caer sofocada en la silla próxima a la mesa, Maximiliano rompió a hablar a su vez, pero no era aquello razonar, era como si cogiera su corazón y lo volcara sobre la cama, lo mismo que había volcado la hucha después de cascarla.
Lo tomaban en la habitación próxima a la entrada, y al salir lo volvían a dejar después de doblarlo.
Fortunata hizo a su amiga algunas confidencias acerca de su próxima salida y de la persona con quien iba a casarse.

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