Ejemplos con pintó

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Pintor de historia, pintó también cuadros decorativos y costumbristas, demostrando en todos ellos su gran dominio de la composición y la técnica.
Su obra se encuentra en Lombardía, pero pintó amplios ciclos de frescos para palacios de Viena, Praga y el Sur de Alemania.
También pintó a otros muchos contemporáneos, incluyendo a la artista Mary Moser.
Pintó primeramente las que se encuentran en la Sala dell'Albergo.
Tiepolo pintó escenas del Antiguo Testamento en los frescos del Palazzo Arcivescovile de Udine.
Giovanni Battista Tiepolo pintó los frescos del Palacio Arzobispal de Udine con temas del Antiguo Testamento.
Este es el primer cuadro que pintó después de su recuperación.
Se trata de un cuadro de carácter sensual, propio de algunas de las obras que el autor pintó durante el Segundo Imperio.
Está recostada voluptuosamente en un diván, con una pose que recuerda a Madame Récamier, de David, de la que Ingres pintó los accesorios.
Watteau pintó con pinceladas rápidas y vibrantes, sin precisión en las líneas.
Murillo que era amigo de Justino de Neve, también pintó una obra para el hospital, la Inmaculada, una de sus más famosas obras, que hoy día se expone en el Museo del Prado de Madrid.
El autor de la idea y del dueño del escudo Francisco Elizalde García quien lo pintó fue Héctor Duarte Sánchez.
Se conocieron en una fiesta en el hotel Chateau Marmont de Los Angeles y poco después éste pintó un retrato de Wood, de nombre Pretty Persuasion, que fue expuesto en la Celebritarian Corporation Gallery of Fine Art , galería de arte propiedad de Manson.
La tabla sobre la que se pintó era cuadrangular, y en las esquinas había unos motivos decorativos.
Dewing rara vez pintó otra cosa que no fueran dichas lánguidas figuras femeninas.
Prefería los de mujeres: damas de melena corta y rizada, con un lazo en una sien, como las que pintó Velázquez, caras largas del siglo siguiente, con boca de cereza, dos lunares en las mejillas y una torre de pelo blanco.
Miranda se lo pintó así, y el señor Joaquín convino en ello: las inteligencias medianas ceden siempre al aplomo que las fascina.
Y una viva sorpresa se pintó en su rostro.
¡Qué casualidad! Tapón marcó con mucha habilidad dos puntos para tomar los radios con que había de trazar dos arcos que se cortasen, y se afirmó en su creencia Aquellos dos puntitos parecían, sin duda alguna, los ojos de madame Dous, redondos, pequeños, abiertos como con un punzón El parecido era exacto: tan sólo le faltaba el moñito en lo alto de la cabeza, y para que nada le faltase, pintó Tapón a la esfera un moñito en la parte superior, dibujóle luego unas narices en el punto en que debieron encontrarse los dos malogrados arcos, púsole por debajo una boca bigotuda, añadióle después dos orejas con pendientes, y en menos de un cuarto de hora encontró la cara de madame Dous, en vez de encontrar el radio de la esfera.
Una violenta expresión de ira se pintó en el rostro de la señora al oír este nombre, volvióse bruscamente hacia una joven que la acompañaba, y exclamó con más impetuosidad que prudencia:.
Un inmenso desconsuelo, que desgarraba el alma en aquella carita de ángel, se pintó en las facciones del niño, con los dientecillos apretados y los ojos rebosando lágrimas y amarguras, contestó al cabo:.
El acto parecía ya terminado: el arzobispo iba a dar la bendición y todo el mundo se levantaba para recibirla de rodillas Un niño blanco y rubio, bello y candoroso como un ángel de Fra Angélico, se adelantó entonces a la mitad del estrado: realzaba el encanto de su edad y su inocencia, aristocrático y delicadamente fino que atrae, subyuga y hasta enternece en los niños de grandes casas, y su larga cabellera rubia, cortada por delante como la de un pajecillo del siglo XV, le daba el aspecto de aquel príncipe Ricardo que pintó Millais en su célebre cuadro.
Adornada con sencillez rayana en pobreza, la tal sala no tenía más que algunas estampas de santos y un cuadrote de San José, al óleo, que parecía hecho por la misma mano que pintó el Jáuregui de la casa de doña Lupe.
Diole consejos sanos y prácticos, hízole ver con palmarios ejemplos, algunos del orden humorístico, la perdición que trae a la criatura el dejarse mover de los sentidos, y le pintó las ventajas de una vida de continencia y modestia, dando de mano a la soberbia, al desorden y a los apetitos.
Se retejó con bastante celeridad, y con la misma un pintor, pedido a Orense, pintó y doró el retablo y los altares laterales, de suerte que la capilla parecía otra, y don Pedro la enseñaba con orgullo a los curas, a los señoritos, a la caciquería barbacanesca.
Desta manera me parece a mí, Sancho, que debe de ser el pintor o escritor, que todo es uno, que sacó a luz la historia deste nuevo don Quijote que ha salido: que pintó o escribió lo que saliere, o habrá sido como un poeta que andaba los años pasados en la corte, llamado Mauleón, el cual respondía de repente a cuanto le preguntaban, y, preguntándole uno que qué quería decir Deum de Deo, respondió: Dé donde diere.
Guardó rumbos, pintó carácteres, observó astros, miró puntos, y, finalmente, la sacó con la perfeción que veremos mañana, porque los viernes está muda, y hoy, que lo es, nos ha de hacer esperar hasta mañana.
Las nuevas deste lugar son que la Berrueca casó a su hija con un pintor de mala mano, que llegó a este pueblo a pintar lo que saliese, mandóle el Concejo pintar las armas de Su Majestad sobre las puertas del Ayuntamiento, pidió dos ducados, diéronselos adelantados, trabajó ocho días, al cabo de los cuales no pintó nada, y dijo que no acertaba a pintar tantas baratijas, volvió el dinero, y, con todo eso, se casó a título de buen oficial, verdad es que ya ha dejado el pincel y tomado el azada, y va al campo como gentilhombre.
No hay más que decir dijo la duquesa, pero si, con todo eso, hemos de dar crédito a la historia que del señor don Quijote de pocos días a esta parte ha salido a la luz del mundo, con general aplauso de las gentes, della se colige, si mal no me acuerdo, que nunca vuesa merced ha visto a la señora Dulcinea, y que esta tal señora no es en el mundo, sino que es dama fantástica, que vuesa merced la engendró y parió en su entendimiento, y la pintó con todas aquellas gracias y perfeciones que quiso.
Y el aliento, que, sin duda alguna, olía a ensalada fiambre y trasnochada, a él le pareció que arrojaba de su boca un olor suave y aromático, y, finalmente, él la pintó en su imaginación de la misma traza y modo que lo había leído en sus libros de la otra princesa que vino a ver el mal ferido caballero, vencida de sus amores, con todos los adornos que aquí van puestos.

© Todos los derechos reservados Buscapalabra.com

Ariiba