Ejemplos con pesarosa

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Otro tema recurrente de los cuentos de hadas, que incluye tareas imposibles, la condición pesarosa y el intercambio del hijo, y sobre todo, el nombre secreto.
No debo ocultar que si ella se fue un tanto pesarosa yo quedé medianamente triste.
No parecía pesarosa de abandonar la colosal vivienda que fue para ella lugar de ansiedad y martirio.
A mí me ha enseñado mi maestro don Ramón Lagier -dijo-, que cuando tenemos el alma pesarosa, por culpas cometidas, no debemos esperar a encontrar cura, pues para esto cualquier persona natural es cura.
vamos, por donde quiere, me consta, digo, que la pobrecita Isabel está desde hace un año muy pesarosa de haber despedido a O'Donnell.
Alborotáronse las damas con el cuento de Diógenes y Currita, pesarosa de haber dejado escapar en la explosión de ira algo que la convenía tener muy guardado, apresuróse a seguir la broma, diciendo:.
La mujer se mostraba pesarosa en extremo, parecía dolerse también de tener que manifestarse agradecida a quien consideraba inferior a su casa, calculaba la ofensa hecha a Félix, y, sobre todo, no perdía ocasión de repetir a su marido que Aldea estaba enamorado de Josefina.
Amparo había dejado de comer, y noté que había perdido enteramente su tranquila confianza, que estaba preocupada, disgustada, pesarosa de haber ido a almorzar conmigo.
Entonces la hermosa Quiteria, sin responder palabra alguna, turbada, al parecer triste y pesarosa, llegó donde Basilio estaba, ya los ojos vueltos, el aliento corto y apresurado, murmurando entre los dientes el nombre de Quiteria, dando muestras de morir como gentil, y no como cristiano.
Llevándomela a mi tienda a la sazón, le dije: ¡Oh, jovenzuela! ¿No me reconoces? Ella me contestó: ¡No, no te reconozco! Yo le dije: ¡Soy tu amigo, el mismo a cuya casa fuiste en Acre por dos veces merced a la vieja, a la que una vez hube de dar cincuenta dinares y cien dinares la otra vez, absteniéndose de ti con toda castidad y dejándote partir, muy pesarosa, de su casa! ¡Y el mismo que quería tenerte en su poder una tercera noche por quinientos dinares, cuando ahora el sultán te cede a él por diez dinares!.
¡Cuán dulces eran las palabras de mi pobrecita madre! ¡Qué mirada tan pesarosa con sus benditas manos cruzadas en el regazo! Dos lágrimas cayeron juntas de sus ojos, y yo que hasta ese instante me había contenido no pude más y, sollozando, le besé las manos.
-No, señora -respondió ella-, porque creý que, pesarosa, avía buscado vuessa merced mejor traça.
Quedábase pesarosa, acongojada por los presentimientos, y -según lo dijo en quichua, para que no la entendieran los soldados- abandonaría gustosa fiestas y triunfos por no separarse del mancebo.
«A mí me ha enseñado mi maestro don Ramón Lagier -dijo-, que cuando tenemos el alma pesarosa, por culpas cometidas, no debemos esperar a encontrar cura, pues para esto cualquier persona natural es cura.
vamos, por donde quiere, me consta, digo, que la pobrecita Isabel está desde hace un año muy pesarosa de haber despedido a O'Donnell.
-¡Imposible! -replicó éste después de observar con gran fijeza a Nieves que parecía algo pesarosa de su arranque-.
Tanto, que don Manuel, o fuese que en aquella ocasión me tenía alguna voluntad, o porque picado de mis desdenes quería llevar adelante sus traiciones, se descubrió a su hermana, y le contó lo que conmigo le había pasado y pasaba, de que doña Eufrasia, admirada y pesarosa, después de haberle afeado facción tan grosera y mal hecha, tomó por su cuenta quitarme el enojo.
Con todo eso, estuve sin ver a doña Eufrasia hasta otro día, no dándome por entendida, y fingiendo precisa ocupación con la estafeta de mi tierra, hasta que doña Eufrasia, que hasta entonces no había tenido lugar asistiendo a su hermano, le dejó reposando y pasó a mi aposento, dándome muchas quejas de mi descuido y sospechosa amistad, de que me disculpé, haciéndome de nuevas y muy pesarosa de su disgusto.
La niña no tomó ya a risa el enfado de Diego, que se puso muy afligida y pesarosa de haberle causado.
Por fin, ya obscurecido, volvieron los dos a casa seguidos de la pensativa Martina que con las escenas de aquella tarde andaba muy confusa y pesarosa.
¿Habría cambiado de opinión Magdalena? ¿Estaría pesarosa de haberle desdeñado? Posible era, porque, como él decía: «Yo comprendo que esa mujer menospreciara mis caudales, mi figura y mi ropaje de simple particular, porque hay gustos raros e incomprensibles, comprendo también que no la seduzca mi cargo de alcalde, ni la deslumbre mi preponderancia en el pueblo, porque ella no ve cómo me carteo con personajes de la ciudad, ni sabe que aquí no se da un paso sin que yo lo autorice con mi palabra o con mi firma, pero no es posible que haya dejado de maldecir la hora en que me despidió de su casa, desde que me ha visto sobre mi jaca torda, con mi tricornio y mi faja, mandando el batallón.
Entonces, él bajó la cabeza con pesarosa resignación, pro al hablar empleó una lengua extranjera, quizá para que sus palabras sonaran menos dolorosas al corazón de aquella a quien obedecía con tan visible pesar.
Dorotea le tendió su pañuelo para que se enjugara la frente e impregnando su voz con una inflexión pesarosa le dijo:.

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