Ejemplos con personalidad

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

El capitán estaba allí, en aquellos renglones, con su ruda y desbordante personalidad, escandaloso, simpático y agresivo.
Y así, Apolonio veía en sus gallos la incorporación de algo necesario y deficiente en su propia personalidad, eran encarnación de su personalidad frustrada, porque el dramaturgo es el hombre de acción frustrado.
Se verificaba en su pecho la perfecta frustración de su personalidad deficiente, una especie de catarsis.
Y así, esperé que, pasado un lapso de tiempo prudencial, la personalidad del hombre sereno y expansivo se sobrepusiese a la del hombre apasionado, triste y taciturno, y que don Guillén reanudase su cuento.
Cada una tiene su personalidad, su alma, su fisonomía, su gesto, su biografía.
Falta tal vez, en nuestro carácter colectivo, el contorno seguro de la personalidad.
El cuidado de la independencia la de la personalidad, la del criterioes una principalísima forma del respeto propio.
Desde que nuestro siglo asumió personalidad e independencia en la evolución de las ideas, mientras el idealismo alemán rectificaba la utopía igualitaria de la filosofía del siglo XVIII y sublimaba, si bien con viciosa tendencia cesarista, el papel reservado en la historia a la superioridad individual, el positivismo de Comte, desconociendo a la igualdad democrática otro carácter que el de un disolvente transitorio de las desigualdades antiguas y negando con igual convicción la eficacia definitiva de la soberanía popular, buscaba en los principios de las clasificaciones naturales el fundamento de la clasificación social que habría de substituir a las jerarquías recientemente destruídas.
Anhelo colaborar en una página del programa que, al prepararos a respirar el aire libre de la acción, formularéis, sin duda, en la intimidad de vuestro espíritu, para ceñir a él vuestra personalidad moral y vuestro esfuerzo.
Pareciole que la personalidad del insigne jefe de partido, repentinamente y por arte de birlibirloque se confundiera con la suya, creyose metamorfoseado, idéntico con su ídolo, y no cupo en su pellejo, y borráronse los recelos que a veces sentía aún pensando en el cercano desposorio.
Y lista era, en efecto: allí estaban inscritos por riguroso orden alfabético los feudatarios de la gran personalidad colmenariana, en las diversas provincias de la Península, había apellidos que tenían al pie una A mayúscula, que significaba , otros señalados con M A, , alguno llevaba agregada una D,.
Pero yo no vengo aquí como juez a juzgar su personalidad, ni como crítico a analizar su obra letra luego difundir por los aires el juicio que lo rebaje o enaltezca.
El alma muere con el cuerpo, no es más que una manifestación de nuestro pensamiento, y el pensamiento es una función cerebral, pero los hijos perpetúan nuestro ser a través de las generaciones y los siglos, ellos son los que nos hacen inmortales, ya que guardan y transmiten algo de nuestra personalidad, así como nosotros heredamos la de nuestros antecesores.
El autor, que tan sin escrúpulos de ningún género ataca de frente al vicio y a la insolencia, se reserva siempre su juicio sobre individuos determinados, y se halla muy distante de pretender herir personalidad ninguna, por despreciable que le parezca.
El dinero quedaba a su espalda, sin recibo, sin garantía alguna, resguardado por el espíritu de confianza inquebrantable que circuía la respetable personalidad del banquero caritativo.
Como estilista sin rival, como personalidad sin parecido en el terreno de las letras, donde brilla la figura de Alarcon con luz propia y bellísima, sirven de ejemplos constantes , , los trozos del y las , donde hay diálogos, descripciones y discursos que bastan por sí solos a hacer este libro una joya más de nuestra literatura, y un digno modelo para los que se dediquen en España a esta forma tan dificil y compleja, tan sin reglas y sin criterio, como que responde a la manera pública que tienen de manifestarse cosas tan difíciles de manosear, como el hogar doméstico, la fiesta de familia, la aventura galante, y todo ese mundo de acciones individuales que, por medio de la imprenta periódica, tienen su crítica constante en las columnas de los periódicos.
Al amanecer, inquieta y rebelde al sueño, oíales hablar y reconocía hasta los gestos más insignificantes que modelaban la personalidad de cada uno.
Era un hombre simpático, no muy limpio, de barba inculta, la nariz muy gruesa, personalidad negligente, terminada por arriba en una caballera de matorral, que debía de tener muy poco trato con los peines, y por abajo en anchas y muy usadas pantuflas de pana, que iba arrastrando por los ladrillos de la rebotica y laboratorio.
Pero mientras la personalidad física se extinguía, la moral, concentrándose en una sola idea, se determinaba con desusado vigor y fortaleza.
Fortunata siguió inquiriendo con molesta curiosidad todo lo que quería saber respecto a la intimidad de los esposos, pero el otro se escurría gallardamente, dejando a salvo, hasta donde era posible en aquel criminal coloquio, la personalidad sagrada de su mujer.
Bien, muy bien, perfectamente biendijo Nicolás, orgulloso de lo que creía un triunfo de su personalidad, que se imponía sólo con mostrarse.
¿Por qué no se había de alegrar de ver en él un rasgo siquiera de personalidad árbitra de sí misma? Hay que ver por dónde sale este demonches de chicopensaba con cierta travesura.
Si tenía la personalidad legal, ¿cómo no tener la otra? Figurábase que algo crecía y se vigorizaba dentro de él, y hasta llegó a imaginar que si le pusieran en una báscula había de pesar más que antes de aquellas determinaciones.
Lo que sí podía sostener sin miedo a equivocarse era que Fortunata tenía vivos deseos de mejorar su personalidad, es decir, de adecentarse y pulirse.
La vanidad de cayó de golpe cuando más se remontaba, y no encontrando aplicación adecuada a su personalidad, se estrelló en la conciencia de su estolidez.
Lentamente, pues, recobraba el Delfín su personalidad normal.
La doble personalidad de esta señora tenía un signo externo en su cuerpo, una representación fatal, obra de la cirugía, que en este punto fue una ciencia justiciera y acusadora.
Idea tan desfavorable de su personalidad exasperaba al joven.
Iba la criatura saliendo de esa edad en que los niños parecen un lío de trapos, y sin perder la gracia y atractivo del ser indefenso y débil, tenía el encanto de la personalidad, de la soltura cada vez mayor de sus movimientos y conciencia de sus actos.

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