Ejemplos con perseguía

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

El Abuelo le cuenta a su nieto la historia de por qué Burns lo perseguía, pero el niño no lo cree, hasta que Burns irrumpe en la casa dispuesto a llevarse la llave.
Sin embargo, la mala fama les perseguía y ya no fueron utilizados en misiones de primera línea, siendo pronto dados de baja.
Por ejemplo en Massachusetts, bastión del puritanismo calvinista, se perseguía a los cuáqueros condenándolos a destierros, mutilaciones y hasta con la pena de muerte.
Castelli se separó del resto de la tropa y cayó asesinado por la partida que lo perseguía, su cabeza fue puesta en lo alto de una pica de la plaza de Dolores durante siete años.
Ayudan a Mario retrasando a Tubba Blubba, quien perseguía a Mario que huía del castillo en busca del corazón de Tubba Blubba.
Pero las palabras que con mayor ansiedad perseguía, las que le transían de entusiasmo en comprendiéndolas y creándolas, eran aquellas que a él se le antojaban términos filosóficos y que, por ende, expresaban un concepto inmaterial: , etc.
Todas las mañanas, la señora Desnoyers, al abrir los periódicos, antes de buscar los telegramas de la guerra perseguía otra noticia.
Y don Rosendo, aunque con repugnancia, pues el pensamiento de exterminar a sus contrarios y hacer de una vez la felicidad de su villa natal, le perseguía sin cesar, iba entrando por la idea y trazando vagamente planes útiles y grandiosos como todos los suyos.
Desde que la joven le diera calabazas, él, que, como hemos visto, sólo buscaba una mujer modesta, hacendosa y con algún dinero, se había enamorado de ella y la perseguía a sol y sombra.
Sánchez Morueta llegó a pensar si Cristina amaría a otro, si al casarse con él por interés, habría dejado en su pasado alguna ilusión que aún la perseguía.
No, a ese no podía quererlo Pepita: lo despreciaba a pesar de que la perseguía en las visitas, extremando con ella su cortesía empalagosa copiada de los padres de la Compañía.
¡No ir! ¡No ir!repetía Diógenes, y púsose a combinar al punto un fantástico viaje de huida, en que se le figuraba subir al coche que acababa de parar en la puerta, cuyos sonoros cascabeles llegaban a su oído taladrándole la cabeza, y correr a escape a San Sebastián, y embarcarse allí para el fin del mundo, huyendo como Caín de aquel juez que le perseguía, dando vueltas por la tierra, vueltas y más vueltas, que vinieron por fin a marearle, produciéndole bascas terribles, entre las que creyó ver asomar ya la guadaña de la muerte ¡La muerte! Aquel maldito despertador que estaba sobre la mesa se la recordaba de continuo, pareciéndole que al compás de su siniestro tic-tac regulaba su paso, rapidísimo como nunca, y lleno de ira mandó a la mujer que lo parase, mas entendió esta que quería verlo para enterarse sin duda de la hora que apuntaba, y apresuróse a llevárselo Diógenes, arrancándoselo de la mano con un arrebato feroz de rabia, estrellólo contra la pared de enfrente, haciéndolo trizas.
Creyó que todos le miraban, que los transeúntes ladeaban el cuerpo para evitar su roce, y anduvo apresuradamente, como si sintiera tras sus pasos el espectro de su vergüenza que le perseguía.
La idea de que podía yo perder a Linilla me perseguía de tal modo, y de tal modo me asediaba que hubiera yo querido volar en busca de la joven para decirle:.
Este excelente hombre, viendo sus angustias, halló una manera delicada de suministrarle la cantidad necesaria para librarse de Cándido Samaniego, que le perseguía con saña inquisidora.
Don Pedro, medio a gatas porque de otro modo no se lo consentía la poca altura del desván, perseguía a sus primas, resuelto a tomar memorable venganza, y ellas, exhalando chillidos ratoniles, tropezando con los muebles y cachivaches esparcidos aquí y acullá, procuraban buscar la puertecilla angosta, para evitar represalias.

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