Ejemplos con pastoriles

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Había excepciones: el gran pintor de frescos carrocos, el boloñés Annibale Carracci, había pintado paisajes pastoriles, y representaciones hogareñas de comerciantes como carniceros.
Este tipo de estructuras estarían relaccionadas con comunidades pastoriles, y servirían como lugar de enterramiento y/o delimitación territorial.
Ignoraban los metales y no existía rivalidad ni envidia entre los hombres pues estas sociedades pastoriles tenían recursos alimenticios de sobra.
Los escenarios del idilio son campestres, los protagonistas son pastores, vaqueros o cabreros, hay ganados que pastan y multitud de términos pastoriles.
Las cualidades principales del Shorthorn argentino, dueño de un biotippo muy productivo para las condiciones pastoriles, son, además de la gran aptitud materna mencionada, rusticidad, fertilidad, facilidad de parto y calidad carnicera.
Gerchunoff asimila aquí los gauchos y los antiguos hebreos bíblicos, como hombres pastoriles, con una vida apacible, cuidando el ganado y la familia.
En él pueden contemplarse y admirar la práctica totalidad de las herramientas agrícolas y pastoriles tradicionales utilizadas aún por nuestros abuelos e incluso por nuestros padres: trillos, arados, escardillos, horcas, zoquetas, cedazos, cencerros y otras esquilas para las ovejas, instrumentos para trabajar el cáñamo, etc.
La mayoría de las personas que usaban estos salones no tenían instalaciones adecuadas para residir permanentemente allí, por lo que se supone que una parte habitaba extramuros, en campamentos en Ayin Feshja y sitios cercanos, donde hombres y mujeres practicaban labores agrícolas o pastoriles para garantizar su sustento, tal y como lo exigían las propias reglas de la comunidad encontradas en las cuevas.
La biblioteca de don Quijote de la Mancha es el tema central del capítulo VI de la primera parte del Quijote, y en ella Miguel de Cervantes Saavedra, por boca del cura Pero Pérez, expone opiniones sobre ciertos libros de caballerías y otras obras de la literatura de su época, entre ellas algunos poemas épicos y novelas pastoriles.
En un paraje natural de gran belleza se encuentra esta Cueva con grabados prehistóricos, el posible resto de un dolmen y restos de abrigos pastoriles.
Es la principal limitante del uso de Festuca en sistemas pastoriles, y su manejo resulta esencial en el uso de pastizales naturales o artificiales de esa especie.
Quien ande buscando los sabores de la cocina moderna por Las Salas y sus alrededores difícilmente los encontrará, a cambio, eso sí, disfrutará de platos pastoriles como la chanfaina o guisao y las migas canas, así llamadas estas últimas por carecer de pimentón y servirse con azúcar.
Además de los anteriores el Museo posee cuatro bodegones de Jean Siméon Chardin y dos escenas pastoriles de François Boucher ordenadas pintar directamente por Carolina Luisa.
Simultaneó la producción de grandes obras de altar con pinturas de menor formato, de temas paganos y pastoriles, destinadas al coleccionismo privado.
El folklore del Valle lo componen romances religiosos, profanos y pastoriles, rondas de casamientos, plegarias populares y canciones pícaras.
Parecían flautas pastoriles clavadas en el suelo.
Sólo entonces volvió la flauta a lanzar sus pastoriles gorjeos y los danzarines reanudaron sus evoluciones.
Y mostraba su reloj, una joya rococó, que con sus esmaltes mitológicos hacía pensar en las fiestas pastoriles de Versalles.
Y de aquí la densidad de sentimientos de los cantares pastoriles.
Frutas, flores, caza mayor y menor, montes, lagos, ríos, poéticos arroyos, oteros pastoriles, todo lo había en los , en esta tierra bendita, la mejor y más hermosa de todas las tierras.
¿Pero dónde, quién? Digamos en honor suyo que este deseo no significaba para ella una aspiración amorosa, era simplemente una exigencia de escena, y sus sentimientos, respecto al soñado compañero de sus retozos pastoriles, eran puros hasta la insulsez.
Aquella que en la Florida recitaba versos pastoriles y jugaba a los corderos.
-El abate no desempeña bien papel alguno, sino cuando Pepita Sanahuja le hace representar el de becerro o carnero en sus farsas pastoriles -dijo doña Antonia-.
-Prohibir que se hable de cosas pastoriles.
Instalado el perro en la casa, Salomé le puso nombre, y recordando las lucubraciones mitológicas y pastoriles de los poetas que en el tiempo de la Chinchón la obsequiaban con sus versos, le puso el nombre clásico de Batilo.
Y más dijo Sansón Carrasco, que, como ya todo el mundo sabe, yo soy celebérrimo poeta y a cada paso compondré versos pastoriles, o cortesanos, o como más me viniere a cuento, para que nos entretengamos por esos andurriales donde habemos de andar, y lo que más es menester, señores míos, es que cada uno escoja el nombre de la pastora que piensa celebrar en sus versos, y que no dejemos árbol, por duro que sea, donde no la retule y grabe su nombre, como es uso y costumbre de los enamorados pastores.
¡Oh, qué polidas cuchares tengo de hacer cuando pastor me vea! ¡Qué de migas, qué de natas, qué de guirnaldas y qué de zarandajas pastoriles, que, puesto que no me granjeen fama de discreto, no dejarán de granjearme la de ingenioso! Sanchica mi hija nos llevará la comida al hato.
Mirad las pupilas azules y húmedas, la boca de dibujo maravilloso, con una sonrisa enigmática de esfinge, quizá en recuerdo del amor galante, del madrigal recitando junto al tapiz de figuras pastoriles o mitológicas, o del beso a furtivas, tras la estatua de algún silvano, en la penumbra.
Con la contemplación de éstos y otros cuadros a cual más sencillos, su lectura favorita adquiría para él cada vez mayor encanto, y hasta las tiernas églogas de Garcilaso le parecían la expresión más fiel de la verdad, y todos los recuerdos de todos los patriarcas descritos hasta entonces le asaltaban las mientes, y veía los trasuntos de todos los cuadros pastoriles del siglo de oro, y hasta sentía el calorcillo de sus venerandos y rústicos hogares, y tal era el dominio que sobre él ejercían estas ideas, que, fingiéndose extraviado, sorprendía a un vecino comiendo, entraba en la choza de otro cuando, sentado éste al frente del grupo de su familia, rezaba el rosario antes de acostarse, pedía aquí candela, más allá un guía, y por donde quiera aliviaba la miseria, complaciéndose en dejar oculta una moneda de plata, ya en el regazo de un niño que jugueteaba arrastrándose a la puerta de su casa, ya sobre el poyo de la cocina.
Eran quizás susurros de follaje estremecido por los dedos de sombra de la noche, revueltos de aves acomodándose en el nidal, para dormir erizando sus plumas, quejas flébiles del agua, que en las horas nocturnas solloza libremente, sin tener que reprimirse ante la alegre y burlona mirada del sol, resonancias del mar en la no lejana playa, propagadas en el aire tranquilo, con fúnebre solemnidad de hondo canto gregoriano, y, transmitidas de eco en eco, estrofas de cantares pastoriles, allá en el monte, donde se recogían al establo los lentos bueyes y las vacas de temblantes ubres.

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