Ejemplos con pasa

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Platero, seguro de que no lo robarán los gitanos, pasa, trotando, la cancela, que se cierra tras él con duro estrépito de hierro y cristales, y salta y brinca, del patio de mármol al de las flores y de éste al corral, como una flecha, rompiendo¡brutote!en su corta fuga, la enredadera azul.
Se pasa una mano por la frente.
Si no se trata de salir a la calle, sino simplemente de almorzar o de comer, usa el mismo ceremonial, pero sin quitarse la bata ni el gorro, y cuando una doncella avisa que está la sopa sobre la mesa, pasa la familia al elegante comedor, y allí se hace servir una bien sazonada comida, después de la cual, don Simón una hora de siesta sobre la cama, el sueño su señora en una butaca, y medita, o lee, o mira por los cristales a la calle la repolluda muchacha.
Antes de salir a la calle pasa a otro gabinete frontero al suyo, con la aparatosa sala por medio, y allí encuentra, ordinariamente solas, y rara vez con , a una señora tan gruesa como él, dura de semblante y rica aunque charramente vestida, y a una joven como de veintidós años, ancha de hombros y caderas, bien destacada de pecho, de ojos y cabellos negros como el azabache, de blancos dientes y moreno cutis, bien proporcionada y airosa de talle, y vestida con todo el rigor de la moda, una buena moza en toda la extensión de la palabra.
Y me preguntó con mucho interés, con demasiado interés, quien era un joven recién llegado a Villaverde, que vive en esta casa, y que tarde a tarde, se pasa las horas muertas, en un asiento de la Plaza, de codos en la baranda, y vuelto hacia.
Aun vive, rico y estimado, suelo encontrármele en el casino, en el paseo, en los teatros, pasa cerca de mí y no se digna saludarme, no olvida ni quiere olvidar que yo le sustituí en el escritorio del señor Fernández.
¿Qué te pasa? Dímelo, muchacho, dímelo.
Pero cuando me pongo triste y con ganas de llorar, entonces cierro los ojos y ¡no te veo! He dado en pensar, cuando esto me pasa, que en esos momentos no me quieres, que no piensas en mí, que me has olvidado, que soy un cadáver en tu memoria.
El dolor, con el cual llegamos a encariñarnos, del cual nos abrazamos perdida toda esperanza de volver a la dicha, deseosos de vivir para él, sólo para él, pasa y se va, huye y no vuelve, nos deja para que brisas de ventura, de una ventura fugaz y efímera también, venga a refrescar nuestra frente y a reanimar el desmayado corazón.
¡Pero, muchacho, estás ido, o qué te pasa que no oyes lo que te digo!.
¡Y qué pausas, Virgen santa! Mi pobre Pepeta pasa la vida de Santa Catalina de Sena, y la muy bestia, erre que erre, sin aborreser a ese pillo de , que no vale ni un papel de fumar.
Lo que te pasa es un aviso de la Providencia.
No quiero hacer creer que necesito limosnas, soy pobre, pero aún tengo para no morirme de hambre, y sobre todo, con orden y economía, sin querer aparentar más de lo que realmente se tiene, lo pasa cualquiera tan ricamente.
No tengo a quien contar lo que me pasa, y acaso el pobre anciano podría consolarme y aliviar mi pena.
La fantasía, la terrible loca, que era el ama de la casa, pasa a ser criada.

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