Ejemplos con parranda

Están compuestas por tres partes bien diferenciadas batucada que es la que aporta la percusión y sonido, la parranda que aporta su letras y cuerpo de baile que desarrolla coreografías.

Andaba continuamente de parranda, todo el mundo le perdió el respeto y la misma Ochún, que era su mujer, lo abandonó.

Latin Dreams grabó la primera versión de Vivo en el Limbo popularizada tiempo después por el maestro del vallenato Kaleth Morales en versión parranda.

At each stop the owners of the house join the parranda and it grows in numbers during the evening.

The home owner has already given plenty of hints that he is prepared to receive a parranda.

En música folclórica contó con el grupo Los Berreros y actualmente con el grupo la Parranda de Firgas y el cuerpo de baile Miguel Gil, en los carnavales destaca la murga Los Relinchones Endiablados, participante anual en el carnaval de Las Palmas de Gran Canaria.

En el Cesar, son platos típicos el sancocho de chivo con plátano, ñame, ahuyama y maíz, éste es uno de los más tradicionales y más importantes ya que parranda sin sancocho no vale y vallenato con hambre no canta.

Sus dos exponentes culturales más importantes son el Centro Cultural de Taganana y la Parranda Malvasía.

La parranda de San Benito nació con la promesa que Estilita de Roque le ofreció al santo después del accidente de.

La cultura de la región es rica en tradiciones con una alta influencia africana, donde sus habitantes -al igual que todos los pueblos veroenses- se suman a la gran algarabia de la parranda bautista.

Esta parranda a través de los años se fue haciendo tradicional y por supuesto fueron aumentando los asistentes, por lo cual decidieron trasladarla al cine San Nicolás que era una casa tradicional más amplia donde se proyectaban en el pueblo en la época de oro del cine mexicano.

, dirigida también por Luis Alcoriza,que relata el drama de un adulterio, una muerte, una parranda fenómenal en medio de la espera de una carrera de autos.

Más tarde los arropó en la gran cama de la casa de debajo de los árboles, pero ella durmió esa noche en la casita y Peter montó guardia fuera con la espada desenvainada, pues se oía a los piratas de parranda a lo lejos y los lobos estaban al acecho.

Y como casi no pasaba noche sin parranda, se fue, poquito a poquito, aficionando al zumo de parra.

Aquellos que han vivido siempre de orgía en orgía, de cantina en cantina, sumergidos entre el lodo de los grandes festines, banquetes y borracheras, saben muy bien lo que se siente después de una noche de parranda.

Echemos, pues, por detrás del Muelle, y por de pronto, cedamos la acera a esta parranda de cítaras y guitarras.

pero apenas me estoy reponiendo de lo que gasté en la pasada parranda de hace quince días.

Esa tarde su marido había regresado después de una parranda más.

Jarana, parranda escandalosa que tiene la gente más ruin del populacho.

A la mañana había yo ayudado a limpiar y adornar el galpón de esquila, que quedó emperifollado como una iglesia y mientras volvía, que era para la oración, prometíame una buena noche de parranda como no se presenta en muchas ocasiones.

La parranda estaba en su apogeo.

Andaba de parranda y cantando:.

Donde él no estaba, la mejor parranda tenía el aspecto de un velorio.

-¡Qué diablos, hombre! ¡Vengo por ti para llevarte a una parranda, donde hay muchachas de arroz con leche y canela, y te encuentro en cama haciendo el chancho rengo! Vamos, pícaro, pon de punta los huesos y andandito, que la cosa apura.

Por el camino, Moreira había encontrado a Julián Andrade, gaucho muy valiente, a quien invitó a la parranda y a tomar parte en el combate que sostendrían contra el pequeño ejército que les esperaba.

A pesar de que él quiso hacer seguir el baile y la parranda, la gente estaba tan impresionada, que poco a poco fueron abandonando aquel recinto y montando a caballo.

Pero yo me sigo preguntando: ¿Dejará el Alcalde su parranda por acordarse de mí?.

-Como que es un león, pero que un león pa el trabajo, como que entoavía andaban por los cielos de parranda las últimas estrellas y ya estaba mi niña en el lebrillo.

Era un anhelo constante, un afán de saber, de descollar entre los otros estudiantes, distanciado ahora de sus antiguos compañeros de parranda, cuya sociedad rehuía y a quienes solía encontrar sólo de paso, al cruzar los alrededores del mercado o esperando en los claustros la hora de clase.

Era víspera de Nochebuena, y sería milagro que no saliesen de parranda, Agustina apretó el paso.